Tras Bambalinas [Ruggarol]

16. Una mala escala en Buenos Aires.

"Qué duro que tu amor imposible sea correspondido y, aún así, siga siendo igual de imposible."

Aeropuerto Internacional de Buenos Aires

12 de abril de 2017

Ruggero

Estábamos una vez más pisando mi querida Buenos Aires, se preguntarán ¿por qué? y es por que estábamos haciendo una pequeña escala aquí para luego tomar el siguiente vuelo a Montevideo Uruguay.

Mi valija gigante y yo íbamos en búsqueda de Candelaria, quien había insistido bastante en venir a pasar unas cuantas horas acá antes de que yo tomará el siguiente vuelo.

— ¡PICHONCHINO! -escuche su voz a mis espaldas y enseguida voltee para encontrarme con la argentina. — Te extrañe mucho -llegó hasta mi y me envolvió en sus brazos.

Solté mi valija y le devolví el abrazo. — Yo también amore -conteste para luego tragar fuerte por el mal sabor de boca que me había provocado pronunciar esas palabras.

Ella despegó su cabeza de mi hombro y buscó mis labios para unirlos con los suyos, no iba a negarme, tengo que pensar aún como es que haré para terminar nuestra relación y definitivamente no sería ahora. Era un beso muy necesitado, tal vez para ella pero no para mi, sin embargo, hice lo posible para seguirle el ritmo.

Al separarnos ni si quiera pude mantener mi mirada en ella, la sensación de culpa me estaba carcomiendo por dentro, por lo tanto, dirigí mi campo de visión a cualquier otro lugar, pero para mi sorpresa me encontré a lo lejos observándonos a la ladrona que se estaba robando mi corazón poco a poco, me congele en mi lugar y parpadeé repetidas veces sintiéndome sumamente incómodo por la situación, mierda, sus ojos parecían retener sus sentimientos, ella no quería exponer que lo que acababa de ver le molestaba así que después de unos segundos intercambiando miradas ella comenzó a caminar hacia el lado contrario a nosotros de la manera más indiferente posible.

— Ruggi, te traje esta mochila con un cambio de ropa limpia para sólo Uruguay y yo me llevo esta valija ya para nuestra casa -me entregó la mochila que estaba mil veces más ligera que la tremenda valija que parecía cargar piedras.

— Gracias -le sonreí sin mostrar los dientes.

Saque de mi gran valija mis cosas de uso personal para pasarlas a la mochila, como cepillo de dientes, perfume, desodorante, entre otras cosas que podrían serme necesarias, la verdad que Candelaria siempre me hacía la vida más fácil en este tipo de aspectos.

(...)

Despedirme de Cande fue algo difícil, la chica no me paraba de besar y no quería soltarme, le tuve que prometer o más bien JURAR que el domingo que viene seré todo suyo ya que será día libre en Buenos Aires, ese día ya me lo estaba saboreando para dormir todo lo que fuera posible pero seguramente querrá pasarlo con su familia.

Arriba del avión me tome el atrevimiento de buscar a Karol con la mirada, solamente quería ver como estaba, tampoco planeaba hablar con ella ahora mismo, sabía que no era el lugar indicado porque seguramente pelearíamos, pero fue intento fallido, por lo visto ella estaba en una mejor sección que la nuestra así que desanimado me fui a buscar mi asiento el que por cierto compartía con Anita.

(...)

— ¡HAY JACUZZI EN EL HOTEL MANGA DE GILES! -exclamó Agustin emocionado mientras pasaba ambos de sus brazos por los hombros de Mike y Jorge. — ¿Vamos o que?