Capitulo 26.

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2 días antes del juicio.

—Me ha llamado la abogada. —Kyley sale de una de las habitaciones de la planta baja. —Quiere hablar con Hayley.

—¿Conmigo?. —Pregunto desde la cocina. Voy hacia el salón. —¿Por que conmigo?.

—Cuando estuviste en el hospital, Dylan hizo la denuncia que metió a papa en la carcel, pero la hizo a tu nombre. Entonces, solo tú puedes hablar con la abogada.

—¿Que pasa con el juicio?. —Irina llega después de dejar a los niños en la guardería.

—No tengo ni idea, no me pueden dar información. Necesita que vayas ahora. —Me dice Kyley a mi. —Y Dylan, tu también.

Dylan acaba de desayunar y los dos salimos hacia el colegio de abogados. Mi abogada tiene el despacho allí. Cuando estuve en la carcel, Dylan me dijo que había hecho una denuncia a mi padre pero no me comentó nunca que la había hecho a mi nombre, cosa que no sabía que se podría hacer. Cuando salió el juicio sabíamos que iba a ganar y que mi padre estaría en la cárcel por lo menos unos veinte años o incluso más. La abogada nos dio toda la confianza de que nada podría salir mal, pero ha pasado.

—La hemos cagado, Hayley. —Dice Dylan mientras conduce. —Nunca debimos aceptar que Eithan hiciese esa tontería.

—Era nuestra única vía de escape. No teníamos otra opción. —Digo. Dylan no contesta pero bufa, algo que no me sorprende porque solo hace eso cuando sabe que las cosas que no pueden ir a mejor.

—Eithan se va a quedar por lo menos quince años en la carcel.

—No, no va a pasar. Nuestra abogada tiene que tener otra solución. —Intento convercerme a mi misma.

—¿Que pasa si no la hay?.

—Pasamos a nuestra segunda opción. Si ese es el objetivo de -S, que salga de la carcel, entonces dejemos que lo haga y si quiere matarlo, que lo mate.

Dylan sigue conduciendo y sabe que la única opción que nos queda es mudarnos a un sitio muy lejos de aquí. Tenemos dinero suficiente para vivir el resto de nuestras vidas. Mi padre no estará mucho tiempo vivo fuera, algo que me alegra. El colegio de abogados está a menos de una hora, justo en el centro de la ciudad. Ella se llama Hannah, es una de las mejores abogadas que hay en este mundo y espero que no haya perdido ni un solo juicio.

Dylan y yo bajamos del coche y nos adentramos en las oficinas del colegio. Hannah está en la primera planta. Mis manos comienzan a sudar y no quiero enfrentarme con la realidad, ni quiero contarle a mi hermana que es lo que nos va a decir porque estoy totalmente segura de que algo bueno no es.

—Buenos días. —Dice ella haciéndonos una señal para que entremos a su despacho. Dylan está con su gesto serio y yo intento sonreír aunque se que esto no puede acabar bien. —Podéis sentaros. —Nos señala las dos sillas que hay enfrente de la suya.

—Creo que está al tanto.

—Si, Hayley, estoy totalmente al tanto de todo lo que ha pasado.

—¿Cómo está Eithan?. —Pregunta Dylan.

—Está en uno de los calabozos preventivos que hay en la prisión. Afortunadamente no está con tu padre, lo hemos evitado. —Respiro. —He hablado con él y quiere hacerse responsable de todo, porque sabe que sus años en prisión pueden ser rebajados si acepta sus delitos. Le he dicho que ahora mismo lo peor que puede hacer es confesar. No se lo que hará el abogado de tu padre pero tengo información que se presentará en el juicio. —Se levanta y coge papeles. Después se sienta y nos los da.

My last secret. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora