Todo comenzó cuando nos informaron en donde nos tocaba sentarnos.
No me disgusto mi posición, detrás de mi había un chico que era difícil de ignorar, con apariencia ruda, cabellos de punta de color rojos y una linda sonrisa entusiasta.
Parecía ser fuerte y a la vez ser una de esas personas que le cae bien a todo el mundo.
Para mi sorpresa: no estaba equivocado puesto que al día siguiente...
En una aburrida clase un pequeño papel en forma de bola cayó sobre mi mesa:
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"Hola"
Eso era lo que decía, con la letra más fea que había visto.
Me giré para poder verlo, y allí estaba él con esa sonrisa tan alegre y llena de energía, otro estúpido como yo.
Así que escribí otro "Hola" en la parte trasera de ese arrugado papel y me giré para entregarlo, sintiendo la adrenalina en mi cuerpo a causa del miedo de ser descubiertos por Aizawa-sensei.
No tardo mucho tiempo en contestar con un papel un poco más grande que el anterior:
"Qué aras en el receso?"
Me pareció la pregunta más tonta del mundo porque todos saben que el receso es para comer una hamburguesa de triple queso.
"Comer"
Su respuesta fue igual de inmediata:
"Comemos juntos ¿quieres?"
{ Fue en ese momento donde por primera vez mi corazón latió por él }
No le di importancia a la pregunta, pues era normal intentar acercarce a los que serán tus compañeros o futuros amigos.
Así que escribí mi respuesta:
"Me encantaría"
Unos largos minutos después de eso toco la campana, todos comenzaron a salir con prisa porque sabían que la cafetería se inundaba de personas rápidamente. Por mi parte no tenía ese problema, porque había pasado comprando mi comida en un restaurante de 24 horas.
—Oye, si no nos damos prisa no podremos comer—. Dijo el chico pelirrojo de letra fea. El tono de voz que utilizó para hablar conmigo fue muy amigable.
—¿Te gustan las hamburguesas?.
—Si... ¿qué tiene que ver con lo que te he dicho?—. Preguntó con una pequeña sonrisa.
—Hoy había una oferta de 2×1 en un restaurante, así que tengo dos hamburguesas y dos bebidas, podríamos ahorrarnos ir hacer cola en la cafetería.
Antes de responder hubo un momento de silencio porque al parecer no le terminaba de gustar mi idea.
—Acepto, pero con la condición de que me dejes pagar tu comida mañana.
— Está bien.
Los dos salimos del aula y nos dirigimos a una zona de la cafetería un poco apartada para poder comer tranquilos.
— Acepto que traigas mi comida sin saber tu nombre, raro ¿no? —. Dije con una sonrisa divertida por la situación.
—¿Todavía no lo sabes? —. Negué con la cabeza un poco apenado por no prestar atención a cuando mis compañeros se presentaron —.Soy Eijirou Kirishima, tu compañero de clases y me siento detrás tuyo.
—Eso ultimo ya lo sabía —. Los dos reímos, me sorprendí lo familiar que me sentía a su lado como si lo conociera de hace años. — Kirishima... —. Pronunciar me produjo una sensación muy placentera.
— Es raro ¿verdad? Me lo dicen muy seguido, pero igualmente no me disgusta mi nombre. Aunque el tuyo es mucho más bonito que el mío, Denki Kaminari.
Lo que dijo me dejo en blanco, el tiempo paró, me recordaba a cunado usaba todo mi poder y mi cerebro hacía cortocircuito.
Y por una extraña razón sentí la cara arder, así que me reí para salir de ese momentáneo trance.
— A mi me gusta... —. Le mostre la mejor de mis sonrisas—.Tu nombre me gusta.
