Capítulo 16

261 9 0
                                    

En la puerta de la discoteca nos encontramos con Elena, Paula, David y Carlos. Les sonríe y les doy un beso a cada uno.

-Wow, estás preciosa, Laura. -me halaga David.

Río y le guiño el ojo, divertida.

-Entremos. -dice Dani.

Tras pagar la entrada, pasamos al interior. El olor a cachimba, la música a toda voz y las luces nos reciben en la estancia. En la pista, montones de personas amontonadas bailan y cantan, más bien gritan, la música que suena. En la tarima hay algunas chicas y varios chicos bailando y riendo.

Mis amigos y yo nos dirigimos hacia la barra para pedir algo de beber. El barman me mira con una pequeña y me guiña el ojo mientras se acerca a mí. Le sonrío coqueta.

Le conozco, siempre intenta ligar conmigo pero, lo nuestro no ha pasado a más de bailar algo pegados en la discoteca. Me cae bastante bien, no es mal chico pero, no me gusta para tener algo con él aunque sea atractivo.

-¿Qué quieres, guapa? -pregunta.

-¡Dos chupito de tequila! -grito para que se me escuche sobre la música.

-A este invito yo.

Vuelve a guiñarme el ojo y se marcha a por mi pedido.

-¡Lo tienes loco! -exclama Paula a mi lado.

Río mientras niego.

-¡No quiero nada con él!

-Si yo tuviera un bombón como ese por mí, estaría babeando. -

Río por las ocurrencias de mi amiga y, momentos después, el mismo chico aparece con mi bebida en su mano.

-Muchas gracias, guapo. -le guiño el ojo.

Él me sonríe y se apoya en la barra, acercando su rostro al mío.

-Termino mi turno a las tres, ¿seguirás aquí? -pregunta.

Asiento y le sonrío.

-Bien, hasta después, guapa.

Se gira y comienza a caminar hacia unos chicos que esperan a pedir algo para beber.

Coloco la sal en mi mano y paso la lengua por ella, chupando esta; bebo el primer chupito y, luego, muerdo el limón. Después, repito lo mismo con el otro pequeño vaso de tequila.

-¡Vamos a bailar! -exclamo.

Agarro a Dani del brazo y me lo llevo a la pista. Él ríe mientras me sigue. Comienzo a bailar a su lado y él me acompaña mientras pasa sus manos por mi cintura.

No os equivoquéis: entre Dani y yo no ha nada de nada. Es unos de mis mejores amigos y por ello tenemos mucha confianza.

Pasada unas horas ya me he bebido siete chupitos de tequila; no sé donde están mis amigos, ninguno de ellos; veo borroso debido al alcohol y me encuentro bailando con Lucas, el chico de la barra.

-Voy al baño. -le grito al lado del oído.

Él asiente y se separa de mí.

-¡Te espero aquí!

Andando como puedo, entro en el baño y, torpemente, cierro la puerta con pestillo. Me miro al espejo, observando mi reflejo: mi cabello está ligeramente despeinado pero, no se ve demasiado mal; mis labios están pintado con un rojo brillante que se ha extendido por toda mi cara, creo que me he besado con Lucas y en mi cuello se ven un poco los chupetones que Ángel me hizo.

Recuerdo a Ángel y las preguntas acuden a mi mente: ¿Por qué me hizo eso en el cuello? ¿qué somos realmente? Decido resolver la duda de la mejor forma posible, llamándole para que responda a mis preguntas.

Agarro mi teléfono y pulso en su contacto, al instante me da la llamada.

-¿Sí?

Su voz está ronca, lo que me hace saber que está acabado de despertar pero, suena bastante sexi.

-¿Ángel?

Mi voz sale casi como si no fuera la mía. Sí que estoy borracha.

-¿Laura? ¿Estás bien?

-Sí, sí...Solo necesito que me respondas a unas preguntillas.

Suelto una risita y le escucho gruñir.

-¿Estás borracha?

-Como dice Nacho no estoy borracho, estoy lleno de alcohol... -canto la canción de Natos y Waor.

Río fuertemente y él suspira.

-Dime dónde estás, por favor.

-La única discoteca que hay en el pueblo. -río. -No me acuerdo como se llama.

Río.

-Bueno me vas a responder, ¿no?

Tres golpes suenan en la puerta con fuerza.

-¡Espérate, joder! -grito.

Vuelvo a colocar el móvil en mi oreja pero, ahora solo se escucha el familiar pitido que indica que Ángel ha colgado.

Maldigo y guardo el móvil en mi bolsillo, luego salgo del baño con rapidez, recibiendo la mirada enfadada de una estúpida.

Paso de ella y sigo mi camino hacia la pista de baile, buscando a Lucas.

-¿Me buscabas? -escucho su voz.

Sus manos rodean mi cintura y da un beso en la curva de mi cuello. Su cuerpo queda pegado a mi espalda y su erección a mi trasero.

Río, sin saber que estoy haciendo, y comienzo a moverme moviendo mi trasero al ritmo de la música.

Puedo escuchar como gruñe en mi oído. Me giro, pasando mis manos por su cuello y, al instante, la ganas de vomitar acuden a mí.

-Necesito salir. -murmuro.

Él me mira confundido, al no entenderme por la fuerte música y lo bajito que lo he dicho. No espero a que me entienda y, como puedo, corro fuera del local. Una vez que salgo me dirijo hacia un poco más lejos de la puerta y, allí suelto todo lo que estaba dentro de mi estómago.

Siento unas manos agarrar mi pelo y, por un instante creo que es Lucas pero, cuando me giro para verlo puedo observar que es Ángel y, por su mirada no parece nada contento.

Cuando no me queda nada por vomitar, limpio un poco mi boca y levanto mi cabeza. Suspiro al, por fin, estar al aire libre.

-¿Cuánto has bebido? -pregunta Ángel.

Coloca un mechón de pelo rebelde tras mi oreja.

-No mucho. -susurro. -Siete chupitos de tequila. No entiendo por qué me he puesto tan mal.

-Eso es una bomba, Laura. -suspira.

-Lo siento por haberte llamado.

Parece que haber vomitado ha quitado parte de mi borrachera.

-Es lo mejor que has hecho, sino ahora estarías aquí sola.

Me mira por un momento y luego, frunce el ceño.

-¿Con quién te has besado? -su voz suena dura y cargada de enfado.

Y, al momento, sé que me he metido en la boca del lobo.

Él, mi profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora