Capítulo 34

131 7 0
                                    

Primera hora: física y química.
Me siento atrás con Ed y Carlos. No voy a atender demasiado. Por suerte, hoy abrían el plazo de inscripción de la beca que llevaba tanto tiempo deseando poder solicitar. Digo por suerte porque, además de que estaba ansiosa por saber si la podía conseguir, me ayudaría a distraer mis pensamientos de mi odioso profesor de matemáticas.

-¿Y la vas a aceptar si te la dan? -preguntó Ed en voz baja a mi lado.
-Pues claramente.
-¿No te da miedo irte tan lejos sola y por tanto tiempo? -le miro y niego con una pequeña sonrisa.

Se referían a la beca. La beca consistía en pasar 10 meses en el extranjero, en Estados Unidos, para estudiar un curso allí.

Y, sinceramente, sí que me daba miedo irme tan lejos sola y por tanto tiempo. Pero, lo necesitaba. Necesitaba tanto cambiar de aires, de pueblo, de ver siempre a las mismas personas y, a pesar de tener tanta gente a mi alrededor sentirme sola. Era algo que, nunca, en mi vida, le había confesado a alguien pero, era la realidad: no me sentía bien con mi vida desde hacía varios años y necesitaba un año lejos de todo para poder despejarme.

-Algo de miedo sí que me da, la verdad, pero supongo que todo el mundo tiene algo de miedo antes de irse tan lejos. Sin embargo, creo que será una experiencia fantástica y estoy dispuesta a disfrutarla al máximo.
-No sé qué voy a hacer sin ti -susurra Ed mientras hace un puchero.
-Pues estar más tranquilo -río.
-Oye -susurra Ed por lo bajo-, y con el profesor de mates, ¿seguís juntos?
Bajo mi cabeza un segundo, mirando hacia mis manos, sin saber qué decirle exactamente. Sé que si hablo mucho sobre ello acabaré llorando.
-Todo se ha terminado. ¿Te parece si vamos después en el recreo a la piscina y te cuento?
Este asiente, mirandome con cara preocupada. Sabe perfectamente que lo que le tengo que contar me está haciendo daño, me conoce a la perfección.

Las dos primeras clases pasan de forma monótona. Lo único que agradezco es no tener hoy matemáticas, me ha quitado un gran peso de encima. No sé qué haría si tuviera que verlo hoy. Ni siquiera sé si entraré a sus clases en lo que queda de semana. O de mes. O de curso.

-Bueno, ¿qué ha hecho ese cabrón?
Le doy una pequeña sonrisa a Ed, mientras me siento junto a la piscina. Me quedo en silencio, mientras me quito los zapatos y los calcetines y meto mis pies en el agua, que está increíblemente fría.
-Sabía que tarde o temprano se iba a acabar. Sabía que iba a ser demasiado tarde para mí, porque yo llevo por él desde poco después de conocerlo. Pero pensaba que sería un poco más adelante. Ni siquiera hemos durado dos semanas juntos. Qué triste.
-¿Por qué ha sido? -pregunta Ed, sentándose a mi lado.
-Se ha acostado con la de dibujo técnico.
-¡¿Con esa?! -exclama, abriendo los ojos-. Ya me hubiera extrañado que decidiera cambiarte por otra persona pero, encima que lo haga con una como ella.
Asiento, mirando el agua de la piscina, evitando levantar la mirada, por si no puedo aguantar más las lágrimas.
-Laura, escuchame -sus manos agarran las mías y me obliga a mirarlo-. No quiero que derrames ni una lágrimas más por tal imbécil. Vales mucho más que él, ¿vale? No te merece ni un poco. Mereces mucho más que cualquier idiota como él. ¿Y sabes qué? Que estoy seguro de que vas a conseguir esa beca y te vas a marchar de aquí, dejándome solo y desolado.
Dejo escapar una pequeña risa por sus palabras, que suena como un puchero cuando se junta con las lágrimas que han comenzado a derramarse.
-Stop -murmura y sus dedos comienzan a apartar lágrimas de mi rostro.
Asiento, pasando mis brazos por la cara, limpiándola. Es suficiente.
-Además, imbécil, en tres semanas tienes el concierto de Justin Bieber. ¿Cómo coño quieres enamorarlo con esa cara de mustia? -suelto una carcajada.
-Vas a venir conmigo, ¿no?
-No sabía que yo estaba invitado.
-Creía que había quedado claro en el momento en que te dije que tenía entradas para ir a ver a Justin.
-Sí, iré. Que veas que soy un buen amigo que se come cuatro horas sufriendo solo por ti.
Doy un golpe en su pecho, riendo por sus palabras.
-Y ahora yo, ¿cómo puedo comportarme bien en la clase de dibujo técnico? Ya me caía mal antes, ahora ni te imaginas.
-Te iba a decir, estate tranquila y comportate como lo haces normalmente pero me acabo de dar cuenta de que tú la insultas estando tranquila o enfadada, así que tampoco va a haber demasiada diferencia.
-Qué mal ejemplo tienes de mí.

El resto del día pasa realmente lento y aburrido pero, gracias a diosito, sin ver a Ángel por ninguna parte. Parece que la suerte hoy está conmigo por una vez en mi vida. Ahora solo queda Dibujo técnico y lo peor habrá pasado porque después tan solo hay música, mi clase favorita.

Entramos todos en la clase y, poco después, llega Sonia, acompañada de Luis a su lado. Lo miro con cara de confundida, ¿para qué ha entrado cuando quedan dos horas de clases?

-Voy a hacer un cambio de sitios. Luis sientate aquí delante -apunta, señalando justo en la mesa que estaba pegada a la suya-. Laura, tú a su lado. Adrián, ponte justo en el sitio de Laura. Eso será por hoy.

La miro, incrédula, ¿qué le ocurre en la cabeza? Ha hecho dos cambios. Ella cree que yo me llevo mal con Luis, todo el instituto lo cree y, hasta hace horas, era verdad. Por eso lo ha hecho. Inspiro profundo y recojo mis cosas, sentándome donde me ha indicado.
-¿Estos sitios serán para siempre o solo en tu clase? -pregunta Luis a mi lado.
-El tutor me ha dado el permiso para que sean permanentes así que no se moverán de vuestros nuevos sitios.
Bufo, qué asco de mujer, de verdad.
-Señorita Valdés, le ruego que no de muchas molestias como normalmente, las dos últimas noches pasadas he estado durmiendo muy mal, no me ha dado tiempo a descansar -informa, con una sonrisa divertida.
La miro, incrédula por lo que acaba de decir. Solo Ed, Luis y yo podemos comprender a qué se refiere. La muy perra me lo está restregando por la cara. ¿Acaso ella sabe que yo he estado con Ángel?
Voy a hablar pero Luis lo hace antes que yo.
-No veo que Laura haya dicho nada hasta ahora. ¿No sabes hacer otra cosa que intentar molestar a los alumnos?
-Le ordeno que controle su tono hacia mí.
Luis mira hacia otro lado, apretando sus dientes.
-No creo que haya dicho nada malo. Solo he pedido por favor que no moleste.
-Podría haberse referido a toda la clase y no solo a ella. Parece que solo tiene el nombre de Laura en la boca. -puedo escuchar por detrás a Ed.
Abro mis ojos y me giro, reprendiendole con la mirada por meterse. Él no es de los que se meten en peleas con profesores.
-¿Por qué no os vais los tres un poquito fuera de mi clase y os relajáis? -pregunta, señalando la puerta.
-¿Acaso era una opción? -susurro, mientras paso por su lado, directamente hacia la puerta.
Poco después salen Luis y Ed. Una vez fuera y con la puerta cerrada los tres estallamos en risas.
-Ahora entiendo por qué os gusta tanto pelearos con profesores. -murmura Ed, mientras suelta una pequeña risa.
-¿Y tú para qué coño has entrado a penúltima hora? -le pregunto a Luis.

-El hijo de puta de Fernandez no me tiene mucha estima. Me vio fuera y me obligó a entrar. Literalmente había medio instituto fuera y solo me lo dijo a mí.
-No se lo tomes en cuenta, tío, follándose a esta no puede estar muy bien de la cabeza -exclama Ed, mientras señala la clase, refiriéndose a Sonia.
Luis y yo estallamos en carcajadas, mientras que Ed se queda estático, mirando detrás de nosotros.
-Muy gracioso, Collins -puedo escuchar su voz detrás nuestra.
Suspiro, armándome de valor y me giro, afrontándolo.
-¿Les apetece detención a los tres por lo que veo?
-Qué pereza me da esto. ¿Nos va a poner la detención o qué? Hay prisa -exclamo, queriendo escapar ya de delante de él.
Escucho como Luis ríe a mi lado y puedo notar la mirada sorprendida de Ed sobre mí.
-¿Tiene algo importante que hacer, señorita Valdés?
-Cualquier cosa es más importante que hablar con usted, si le soy sincera.
-Detención tras las clases. Vosotros dos os habéis librado -dice, refiriéndose a Ed y Luis.

Me acabo de meter en la boca del lobo.

Os informo. Todos los demás capítulos serán contados en pasado a partir de ahora (cuando la empecé comencé a escribir en presente, así que iré editando capítulos poco a poco).
También os digo que me da mucha penita hablar del tema de la beca. Me dieron la beca Amancio Ortega para irme a Estados Unidos diez meses y por culpa del COVID no he podido ir 😢
Por cierto, ¿de dónde sois y qué tal va el coronavirus en donde vivís? Espero que estéis todos bien. ❤️

Si leéis la novela y os gusta os agradecería que dierais like aunque sea, me incita a seguir escribiendo. Si veo que no hay mucha interacción no me apetece escribir normalmente jeje.

Él, mi profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora