Capítulo 22

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Ya han pasado dos semanas y hoy, ¡es mi cumpleaños!

Cuando mi despertador suena me levanto de mi cama de un salto.

-¡Mamá! -grito mientras bajo las escaleras en pijama. -¡Mi regalo!

Ella ríe mientras sale de La Cocina. Luego, me entrega una caja forrada con fotos de Justin Bieber.

-Felicidades, cariño.

Suelto un pequeño grito y abro esta. Me encuentro con dos camiseta de él, sudaderas, unos pantalones y una gorra. Todo de la merchandise oficial.

-¡Muchísimas gracias, mamá! -exclamo y salto hacia ella.

Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y ella me abraza también.

-Hay más, Laura. Mira bien la caja.

Me separo al instante y comienzo a sacar las cosas de la caja. En el fondo, me encuentro un sobre de color blanco. Lo agarro con manos temblorosas, ¿es esto lo que creo que es?

Abro el sobre y cuando lo hago, mis ojos se empañan de lágrimas. ¡Es una entrada para el concierto que dará próximamente en Madrid!

-Oh Dios. -susurro y tapo mi boca con mis manos.

Me giro hacia mi madre y esta me mira con una sonrisa. Las lágrimas comienzan a salir.

-¡Muchas gracias, mamá! -le vuelvo a abrazar.

Lloro durante minutos hasta que mi madre me obliga a ir hacia mi habitación a cambiarme.

Me coloco mi uniforme y luego, con toda la prisa del mundo desayuno y salgo de mi casa. Allí ya está Ed, esperándome con un pequeño regalo en su mano.

-Feliz cumpleaños, pequeña. -me lanzo a él.
-Muchas gracias.

Agarro la pequeña caja y un bonito collar me recibe. Es una llave con diamantitos de color plateado.

-Tengo la otra parte. -señala.

Su collar es de un corazón con una cerradura.

-Oinnn, me encanta. -grito y le vuelvo a abrazar. -¿A qué no sabes que me ha regalado mi madre? -pregunto.

Él niega y me mira, esperando a que hable.

-¡Iré al concierto de Justin!

Su sonrisa se ensancha y me rodea en sus brazos.

-Me alegro mucho, te lo mereces Laura.

-¡Vamos tengo que contarlo a todo el mundo! -exclamo y me monto en su moto de un salto.

Ed ríe y arranca esta. Cinco minutos después, llegamos al instituto.

Corro hacia dentro, sin esperar a Ed, y cuando entro mis amigos están en la puerta esperándome.

-¡Felicidades, Laura! -exclaman a coro.

Sonrío y me lanzo a abrazarles. Ellos ríen. Después de abrazarnos me dan todos los regalos. Finalmente, les cuento la noticia de lo del concierto y todos se alegran por ello.

El timbre suena, haciéndole ver la realidad: es mi cumpleaños pero, también es martes y hay clases.

-Id, voy a sacar mis cosas de la taquilla.

Ellos asienten y me dirijo hacia mi taquilla. Cuando la abro, me percato de que dentro hay algo que no estaba anteriormente.

Es una pequeña caja cerrada con un pequeño lazo rojo. Lo agarro y desato el nudo luego, abro la caja encontrándome con una foto mía durmiendo. A su lado, una nota escrita a mano:
Feliz cumpleaños, Laura.
Esta foto te la hice aquel día que te quedaste en mi casa a dormir. Me encanta, ¿sabes? Pareces un ángel. Todavía dudo si lo eres o no.
A.F

Abajo de la foto hay un brazalete que tengo por seguro que debe de haber costado una pasta. Cojo la caja y la guardo en mi maleta. No voy a dejar que Ángel se gaste tanto dinero en mí, hoy mismo lo devolveré. Aunque, debo de admitir, que me encanta el brazalete.

A segunda hora, en matemáticas, me quedo cuando termina la clase.

-Ángel. -le llamo una vez que no queda ningún alumno en la clase.

Él me mira sorprendida, desde que le dije que debíamos dejar de vernos no le llamo por su nombre.

-No puedo aceptar tu regalo. -murmuro.

Le entrego la cajita y, este la mira con el ceño fruncido y, luego niega.

-Es tu regalo de cumpleaños. Por cierto, muchas felicidades Laura.

Le sonrío.

-Muchas gracias pero, en serio, es mucho.

-No, no lo es. En serio, quédatelo.

Pensé por un momento y asentí con una pequeña sonrisa. Me mordí el labio y le miré.

-Con una condición. Me acompañarás hoy a hacerme el tatuaje.

Él asiente con una sonrisa.

-Nos vemos. -me despido.

Salgo con una pequeña sonrisa de la clase. Estoy muy emocionada por que me acompañe.

Las horas se pasan con rapidez y, finalmente, llega la hora. Ángel pasa a recogerme en su coche a mi casa y yo me monto en él.

-Hey. -saluda.
-¿Qué tatuaje te vas a hacer? -pregunta.
-Purpose en la muñeca y unas alitas de Ángel en el antebrazo.
-Más te vale que no tenga muchas sombras o te vas a cagar del dolor. -se burla.
-Animas mucho. -le reprendo.

Él ríe, con su mirada fija en la carretera.

-Dime, ¿te han regalado algo especial?
-Oh, ¡sí! ¡no te lo vas a creer! -grito.

Él me mira con un momento con una sonrisa y luego vuelve a mirar a la carretera.

-¡Tengo una entrada para el concierto en Madrid de Justin! ¡En primera fila!
-Wow, ¿y eso es un regalo o un castigo? -se burla.

Río mientras le pego en el hombro con suavidad.

-Los tatuajes no dolerán demasiado, ¿no? -pregunto temerosa.
-Ya te he dicho que te vas a enterar. Pero estaré allí dentro para reírme de ti mientras llorar.

-¡Eres un idiota! -exclamo y él ríe.

-No duelen casi nada, no tienes de qué preocuparte. -me tranquiliza.

Asiento, un poco más tranquila. Estoy un poco nerviosa, temo desmayarme en cuanto la aguja traspase mi piel y que Ángel se ría de mí por toda una vida.

Poco después, llegamos al local donde me van a tatuar. Me bajo del coche y, luego lo hace Ángel.

-No estés nerviosa, es peor. -murmura.

Pasa su brazo por mis hombros y me atrae hacia él. A instante, siento una calidez embargando mi estómago. Y me pregunto, ¿cómo mierda he aguantado tanto tiempo lejos de él? He creado una dependencia hacia él que me cuesta salir.

Él, mi profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora