Mi Dilema

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“―Le Dije a Kriss que ella tenía razón con todo, aunque eso no fuera verdad, le di todo mi dinero y todas mis propiedades con tal de que me dejara seguir viendo a mis hijos. Te dije que iba a permanecer a tu lado y no pensaba dejar a mis hijos de lado, así que no se me ocurrió hacer otra cosa más que eso―. Dice decidido.”

Esto no puede ser posible, no creo que haya sido capaz de cometer una estupidez de tal magnitud, o más bien es lo que yo quiero pensar que haya sido lo que lo impulsó a decir tal mentira, porque eso espero que sea una mentira.

―Dime que es una clase de broma de mal gusto, por favor—. Digo a modo de súplica mientras masajeo mis sienes para calmar el dolor de cabeza que tengo en estos momentos debido al descanso que me exige mi cuerpo.

―Lamento decepcionarte pero lo que te acabo de decir es verdad, de hecho justo vengo de tomar mis cosas de mi casa, iba en camino a un Hotel pero creí que era necesario que te enteraras de lo que hice―. Explica serio.

― ¿Te das cuenta de lo que hiciste?, Arrojaste todo por la borda gracias a un simple impulso, solamente eran tres meses lo que debías esperar, maldita sea, eso era todo así no tendrías que haberte envuelto en todos esos problemas, porque, ¿Qué te asegura que tu ex esposa va a dejarte ver a tus hijos luego de lo que le aseguraste?, porque enserio siempre y cuando no haya un acuerdo legal ella puede negarte el derecho a verlos ya que tú tienes todas las de perder gracias a lo que le dijiste—. Digo molesta.

Medita unos segundos lo que acabo de decir hasta que finalmente entiende el significado de mis palabras y en su rostro muestra el descubrimiento de la magnitud de su error.

― ¿Ya viste que no todo es tal fácil como parece, verdad?, pero bueno no hay forma de volver al pasado y evitar que hagas tal estupidez, tampoco hay nada que podamos hacer a estas horas de la noche así que lo mejor es que vayamos a dormir y mañana buscamos una forma de arreglar las cosas, ¿Vienes?—. Digo mientras me dirijo a mi habitación.

Le extiendo la mano a forma de invitarlo a pasar la noche en mi apartamento puesto que luego de lo que hizo esto no es nada.

Él no tarda ni un segundo en seguirme el paso, sabiendo que esta es la forma de aprovechar su oportunidad de poder dormir juntos luego de varios meses.

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A la mañana siguiente durante el desayuno reanudamos la conversación que dejamos inconclusa la noche anterior.

― ¿Entonces qué es lo que tienes planeado hacer?—. Pregunta mientras toma un sorbo de café.

Tengo que reprimir mi impulso de quitársela de las manos y tomar todo el contenido, ya que debido al embarazo no debo tomar café, aunque no sé si vaya a poder soportarlo puesto que con ello es lo único que puedo controlar mi mal humor causado por el estrés y digamos que en estos momentos no me encuentro muy relajada que digamos a pesar de haber hecho el amor con él en la mañana cuando despertamos.

― ¿Hacer de qué?—. Pregunto cansada.

― ¿Enserio no sabes de qué estoy hablando?— pregunta sarcástico.
Tardo unos segundos en recordar sobre qué está hablando.

―Ah eso, pues lo mejor será que contactes a tu abogado y le expliques detalladamente qué fue lo que hiciste para que te diga exactamente lo que te dije anoche y te ayude a buscar una forma de arreglar tu error, mientras yo voy a ir al bufete para reunirme con tu ex esposa, puesto que hoy tenía programada una cita con ella a las 11:00 a.m. por lo cual voy a aprovechar dicha oportunidad para hacerla entrar en razón para que acceda a llegar a un acuerdo razonable contigo y así poder hacer todo legal para que al final no hayan malentendidos o algo por el estilo—. Le explico y él no hace nada más que asentir ante mis palabras.

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― ¿Ella sabe que soy yo?— pregunto una vez que nos encontramos en el estacionamiento.

―No, solo le dije que ella tenía razón pero no le di ningún nombre, ni pista, nada.

Asiento antes de despedirme de él con un beso, el cual profundiza y yo no puedo hacer nada más que corresponderle.

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No le cuento a Marlee ni a Celeste lo ocurrido durante la madrugada puesto que mi mente aún no procesa todo lo ocurrido y aún no acepto que todo lo que me dijo Maxon sea verdad, aún creo que es una clase de broma que tarde o temprano será aclarada. Así que mientras lo mejor es que lo mantenga como mi secreto.

Cuando llega la hora de la reunión con la ex esposa de Maxon, ella entra con su semblante serio o más bien debería decir molesto, cuando se suponía que debería estar saltando de alegría al saber que tenía la razón y va a quedarse con todo su dinero sin tener que darle ningún centavo a su ex esposo.

―Buenos…—. Comienzo a saludarla cuando siento un gran golpe en mi mejilla seguido de un gran ardor.

Llevo mi mano a mi mejilla y compruebo que estoy sangrando gracias a que me rasguñó cuando me dio la cachetada.

― ¿Pero qué diablos le sucede?—. Pregunto en un susurro puesto que si alzo un tono más mi voz voy a terminar gritándole.

― ¡¿Cuánto tiempo llevan viéndome la cara de estúpida?, ¿Cuánto?!—. Pregunta histérica aunque no sé de qué diablos habla.

― ¿A qué se refiere?— pregunto serena, aun manteniendo mi mano contra mi mejilla, tratando de disminuir el ardor.

― ¡No te hagas la inocente, maldita zorra!, ¿Cuánto tiempo han estado acostándose tú y Maxon a mis espaldas?, ¿Cuánto tiempo han estado viéndome la cara de estúpida?

—Eso no es cierto, yo nunca había visto a su esposo, las únicas veces que lo hice era cuando teníamos que encontrarnos con él—. Miento mientras mi mano desciende lentamente, dejando mi mejilla al descubierto.

Ella aprovecha para darme otra cachetada, esta vez más fuerte que la anterior.

—Ya deja de mentir, porque para empezar me estuviste viendo la cara de estúpida durante estos meses haciéndote cargo de mi divorcio cuando tú eras la causante de ello— dice mostrándome una foto la cual fue tomada hace unas horas, en la cual Maxon y yo aparecemos besándonos en el estacionamiento de mi edificio.

Siento mi rostro palidecer al ver la foto, en su rostro se dibuja una sonrisa burlona al ver mi expresión.

― ¿Ves? descubrí su maldita mentira, no me importa que Maxon me haya dado todo su dinero, yo no le voy a permitir seguir viendo a sus hijos, no cuando me estuvo engañando con una zorra como tú, y también me voy a asegurar de que todos se enteren de lo que eres en realidad y no consigas otro empleo en tu vida, porque estos son los últimos minutos en los que tendrás un trabajo decente―. Dice antes de salir de la oficina dando un portazo.

Esa misma tarde su amenaza comienza a cumplirse, puesto esa misma tarde soy despedida del bufete.

Y así es como mi mala suerte decide irse con broche de oro, haciéndome perder mi trabajo.

Anything Could Happen (Merxon) (La Selección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora