Código Moral

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Maxon.

Dicen que una persona no ha alcanzado el completo éxito en su vida hasta que no cumple tres importantes puntos.

El haber triunfado en su carrera; El haberse casado y el haber formado una familia.

No necesariamente se tienen que cumplir en ese orden, hay personas que no triunfan en su carrera hasta después de muchos años de matrimonio, otros que no tienen hijos hasta que triunfan en su trabajo y tienen estabilidad económica, y también hay personas que ni siquiera están casadas y tienen mucho éxito en su carrera.

De joven nunca presté atención a esa "Norma de la vida" ya que nunca pensé que fuera necesario cumplir esas normas para tener éxito en mi vida, hasta que cuando solo tenía 23 años ya me encontraba casado y formando una familia en compañía de mi esposa, un par de años después logre comprar varias acciones de la empresa en que trabajaba y gracias a ello terminé siendo dueño de la misma, haciéndome ver que tal vez aquel consejo sí era cierto después de todo.

Durante 7 años las cosas no hicieron nada más que mejorar.

Mi esposa Kriss abrió su propia joyería, la cual inmediatamente fue ascendiendo en reconocimiento y popularidad debido a sus hermosos y únicos diseños, cumpliendo su sueño de tener su propia joyería, además de hacer que ganáramos más dinero del que pudiéramos imaginar.

Después de ello decidimos tener otros hijo y mudarnos a una de las casas más lujosas de la ciudad para que los niños tuvieran "más espacio" aunque eso no era más que un pretexto puesto que ambos queríamos un hogar "De acuerdo a nuestro estatus".

Sé que suena como una estupidez pero cuando tienes todo el dinero del mundo no prestas mucha atención a las cosas que haces.

Literalmente eramos una típica familia de revista, y eramos feliz con ello. O eso creí hasta que las discusiones comenzaron.

Unos meses atrás Kriss comenzó a reclamarme por cosas sin sentido, Por la hora en que llegaba, con quién me encontraba o hablaba, cada hora me hablaba por teléfono para saber dónde me encontraba, entre otras cosas.

Nada de eso era cierto, de hecho no sé de dónde saco aquellas descabelladas historias. En ningún momento se me hubiera ocurrido engañarla, puesto que la amaba y respetaba profundamente.

Todo cambió cuando las discusiones fueron cada vez más frecuentes, hasta el punto que
comenzábamos a discutir desde el amanecer hasta el anochecer, no había momento en el que no
lo hiciéramos, gracias a que ella no dejaba de creer que la estaba engañando y por más que le
diera que no era cierto no lograba que cambiara de opinión.

Nuestros hijos eran los más afectados por nuestras discusiones puesto que cada que nos
escuchaban discutir huían a la habitación más cercana y se escondían en algún armario abrazados y llorando hasta que los gritos cesaban.

Así que decidimos que lo mejor era divorciarnos ya que nuestro matrimonio ya no era el mismo
de antes, lo cual ya no funcionaba entre nosotros.

Mientras comenzábamos con el trámite decidí que lo más sano era que me fuera a vivir a otro
lado porque sabía que mientras no estuviéramos divorciados las discusiones no iban a cesar y lo
último que necesitaba en el mundo era tener que soportar que me echaran en cara falsas
acusaciones.

O eran falsas acusaciones hasta que después de unas semanas de comenzar a dormir en una casa
diferente, fui a una discoteca a distraerme un rato y ahí fue donde conocí a una hermosa joven de
cabello Pelirrojo  y ojos azules, quien me cautivó con su belleza.

Por primera vez las acusaciones de mi esposa eran ciertas, aunque ya no tenía derecho a reclamarme nada debido a que habíamos decidido separarnos.

Seguí viéndome con la pelirroja en diversas ocasiones hasta el punto que comenzamos una relación seria, nunca le comenté el hecho de que estaba casado y me encontraba en pleno proceso
de divorcio.

Como lamento no habérselo dicho antes puesto que la pelirroja llamada America Singer resultó
ser la abogada de mi esposa durante nuestro divorcio.


America.

"―America, Le presento a mi "Maravilloso" esposo, Maxon Schreave―dice Kriss sarcástica en cuanto ve entrar a los hombre.
"Esto tiene que ser un mal chiste" Pienso."

En cuanto sus ojos se encuentran con los míos puedo notar la sorpresa en ellos y apuesto en que en mi mirada se puede apreciar lo mismo, pero inmediatamente recobro la compostura antes de
decir.

—Señor Schreave, soy America Singer, la abogada de su esposa durante el divorcio— Digo tendiéndole la mano, recalcando esta última frase.

—Es un gusto conocerla Señorita Singer— responde correspondiéndome el agarre de manera nerviosa.

Su esposa lo observa atenta a cada uno de sus movimientos, esperando que con cualquier paso en falso demuestre que la está engañando y pueda quitarle su dinero, aunque viéndolo bien ahora todas sus sospechas son ciertas.

Durante toda la reunión Maxon y yo evitamos hacer contacto visual todo lo que nos es posible, y
cuando lo hacemos es sin expresión alguna, como si nunca antes nos hubiéramos visto.

Al finalizar la reunión salgo inmediatamente y me dirijo a mi oficina, en donde al llegar me
siento en el escritorio y recargo mi cabeza y entierro mis manos en el cabello analizando lo que acaba de pasar.

Maxon nunca mencionó que estaba casado o dio señales de ello, puesto que en ningún momento lo vi llevar una alianza de matrimonio y las veces que he ido a su casa no hay pruebas de que
alguien más viviera con él, así que por mi mente jamás cruzó la posibilidad de que estuviera
casado, ya que si hubiera sido así ni siquiera me habría acostado con él la primera vez que nos conocimos.

Lo último que deseaba en este mundo era convertirme en una rompe-hogares, y peor aún encargarme del divorcio de dicho matrimonio.

No puedo creer que nunca me di cuenta de que me estaba encargando de su divorcio, pero eso se debe a que nunca vi su nombre escrito en ninguno de los papeles, gracias a que cuando Celeste me entregó los papeles ya venía completada la ficha de datos personales por lo cual nunca se me ocurrió leerla ya que en el resto del documentos se les mencionaba como Señor y Señora Schreave, respectivamente.

Que estúpida fui por no haberlo hecho y no haberme dado cuenta en lo que me había metido y
terminar con ello.

Soy sacada de mis pensamientos gracias a un par de golpes a la puerta.

Paso mis manos por mi rostro para relajarme un poco antes de decir.

―Pase.

La puerta es abierta segundos después y detrás de la misma aparece Maxon, quien me mira
avergonzado.

Ninguno de los dos décimos nada por unos minutos, hasta que el comienza a decir.

―America…― Comienza a decir.

―¿Cuándo Tenías pensado decirme que estabas casado, que tienes una familia y que yo no era nada más que tu amante?― Lo interrumpo molesta ante el hecho que me haya visto la cara de
idiota al no haberme dicho antes algo al respecto.

Se sorprende ante mi pregunta, dejándolo sin palabras.

―¿Y bien?― Pregunto aún más enojada al entender que no era su intención mencionarme en
algún momento que estaba casado.

―Déjame explicarte bien las cosas, hace meses que mi esposa cree que tengo una amante…

―Pues estaba en lo cierto― respondo entre dientes.

―No, no lo estaba― responde molesto ante mi afirmación―. Esas acusaciones comenzaron
desde mucho antes de haberte conocido, y gracias a esas acusaciones discutíamos día y noche, literalmente discutíamos desde que despertábamos hasta que nos quedábamos dormidos, por eso decidimos que lo mejor era divorciarnos, pero no por ello las discusiones terminaron, así que decidí comenzar a vivir en otro lado, ya que mis hijos eran los más afectados por nuestras peleas.
Unas semanas después de aquello fue cuando te conocí, y es cuando se puede decir comencé a ser “infiel”, lo cual no completamente cierto ya que solo me encontraba casado con Kriss por medio de un papel, ya no por forma sentimental.
Por eso no te lo comenté en ningún momento, sé que hice mal por no haberlo hecho, pero no le
hallaba importancia.
Lamento haberte mentido, y espero que me perdones por ello― Termina de explicar, lo cual hace que mi enojo disminuya un poco al entender la situación.

Meditó sus palabras unos minutos antes de decir.

―Es cierto, debiste haberme dicho que estabas casado, o mejor dicho “En proceso de divorcio”
desde el primer momento en el que nos conocimos, para así poder evitar el problema que
tenemos en estos momentos y con problema no me refiero al hecho que me hayas visto la cara de
idiota al decirme que estabas soltero, si no al hecho de que tu esposa quiere dejarte sin dinero y sin la posibilidad de que sigas viendo a tu hijos y eso solo lo logrará si comprueba que tienes una amante, la cual casualmente es su abogada…― Le explico.

―Maldita sea, entiende que tú no eres mi amante― dice molesto.

―Sí eso yo ya lo entendí, pero para los ojos de ella y de la ley sí lo soy porque estamos manteniendo una relación cuando legalmente aún te encuentras casado, lo cual me convierte en la amante por más que lo niegues o expliques que me conociste luego de que decidieron separarse, ustedes se casaron por bienes compartidos, un vez que se divorcie la mita de tus bienes pasarán a ser de ella y viceversa, la custodia de sus hijos será algo que debatan arreglar y acordar qué días los verán cada uno de ustedes. Pero si ella obtiene pruebas de que mantuvimos una
relación mientras seguían casados la mitad de tus bienes serán de ella, al igual que la custodia
total de tus hijos, a los cuales deberás dar manutención hasta que sean mayores de edad, y solo podrás verlos siempre y cuando ellos quieran y ella lo permita.

―¿Y qué es lo que debemos hacer?― Pregunta desesperado.

―Solamente hay una forma de evitar todo eso…

Ahora no me queda más remedio que seguir con mi trabajo y aplicar mi “Código Moral” y terminar mi relación con él de una vez por todas.




Anything Could Happen (Merxon) (La Selección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora