Dos días después la subasta estaba completamente terminada. Produjo ciento cincuenta
mil francos.
Los acreedores se repartieron las dos terceras partes, y la familia, compuesta por una
hermana y un sobrino, heredó el resto.
La hermana abrió unos ojos como platos cuando el agente de negocios le escribió
diciéndole que heredaba cincuenta mil francos.
Aquella joven llevaba seis o siete años sin ver a su hermana, que había desaparecido
un día sin que llegara a saberse, ni por ella ni por otros, el menor detalle sobre su vida
desde el momento de su desaparición.
Así que llegó a toda prisa a París, y no fue pequeño el asombro de los que conocían a
Marguerite cuando vieron que su única heredera era una gorda y hermosa campesina
que hasta entonces no había salido de su pueblo.
De pronto se encontró con una fortuna hecha, sin saber siquiera de qué fuente le venía
aquella fortuna inesperada.
Volvió, según me dijeron después, a sus campos, llevándose una gran tristeza por la muerte de su hermana, compensada no obstante por la inversión al cuatro y medio por
ciento que acababa de hacer.
Empezaban ya a olvidarse todas aquellas circunstancias, que corrieron de boca en boca
por París, la ciudad madre del escándalo, y hasta yo mismo estaba olvidando la parte
que había tomado en los acontecimientos, cuando un nuevo incidente me dio a conocer
toda la vida de Marguerite, y me enteré de detalles tan conmovedores, que me entraron
ganas de escribir aquella historia, como ahora hago.
Hacía tres o cuatro días que el piso, vacío ya de todos sus muebles vendidos, estaba en
alquiler, cuando una mañana llamaron a mi puerta.
Mi criado, o por mejor decir mi portero, que me servía de criado, fue a abrir y me trajo
una tarjeta, diciéndome que la persona que se la había entregado deseaba hablar
conmigo. Eché un vistazo a la tarjeta y leí estas dos palabras:
Armand Duval
Me puse a pensar dónde había visto antes ese nombre, y me acordé de la primera hoja
del volumen de Manon Lescaut.
¿Qué podía querer de mí la persona que había dado aquel libro a Marguerite? Mandé
que pasara en seguida el hombre que estaba esperando.
Vi. entonces a un joven rubio, alto, pálido, vestido con un traje de viaje que parecía no
haberse quitado en varios días ni tomado siquiera la molestia de cepillarlo al llegar a
París, pues estaba cubierto de polvo.
El señor Duval, profundamente emocionado, no hizo ningún
esfuerzo por ocultar su emoción, y con lágrimas en los ojos y la voz temblorosa me
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La Dama de las Camelias
Classicsde Alejandro Dumas (hijo) La dama de las camelias, publicada por primera vez en 1848, es una novela firmada por Alejandro Dumas (hijo). Esta obra está inspirada en un hecho real de la vida de Alejandro relativo a un romance, que tuvo lugar en 1847...