Corazones inmarcesibles [Wolfstar]

Vuelve a la ciudad paraiso [Draco×Theo]

Tiene la manía de querer controlar lo poco que puede, piensas, tiene la manía de tener bajo control lo que tenga a su alcance porque todo lo demás es un desastre. Puedes llegar a pensar, tu desde tu propio infierno, que tiene la manía de controlarte a ti.
Pero no todo es controlable, así que apuestas, apuestas con Blaise, con Pansy, con Daphne. Apuestas tu vida, tu familia, tu felicidad. Apuestas quien se ira primero. Apuestas a perder, apuestas a tu autocontrol, a tu autorespeto, aunque careces de ambos. Apuestas a un padre asesino, a una madre miedosa, a un intento de suicidio venidero. Tuyo o de él. Apuestas a una noche oscura, a un cuerpo sudoroso sobre ti, a un par de lagrimas derramadas mientras te dice que no puede más.
Apuestas a su fuerza, porque la tuya no vale nada. Apuestas a sus manos, a sus besos, a su panico.
Y te encuentras a ti mismo pensando en eso mientras él afloja tu corbata en el baño de prefectos al que se colaron cuando no había nadie cerca. En el campo de quiddich oscurecido por la noche sin luna, cuando estas de rodillas frente a él. En el baño de las tres escobas, con el pecho pegado al frio marmol de la pared.
Te encuentras a ti mismo pensando en eso cuando duermes a una cama de distancia, cuando Blaise dice su nombre para contar un chiste.
Pero aquí estas esta noche, como cualquier otra, oculto en algun lado, cubierto de la negrura de una habitacion con cortinas demasiado gruesas y la ceguera emocional que te provoca quererlo.
Aquí estas esta noche y te preguntas porque. ¿Porque apuestas a perder? ¿Porque a tu desesperacion, a tu poco criterio, a tu inexistente autorespeto?
Pero sshh, no digas nada, no cambies tu expresion, sigue. Sigue, sabes que te gusta ese dolor.
Adelante, disfruta el momento previo a la sensacion de ahogo, disfruta los besos marcados en tu cuello, en el de él, en las cuerdas que los unen de manera invisible. Goza el miedo que te invade, goza el panico estimulante porque es lo que te va quedando.
- ¿Quieres parar?- te pregunta con una sonrisa- La espalda debe dolerte- suspira en tu oido
Ya no quieres que te hable, ya no le crees nada de lo que te pueda llegar a decir, no le respondes. No te va a salir la voz.
Estas aquí esta noche, porque apuestas a algo que no tienes. Apuestas a perder lo poco que te queda y te das cuenta de eso cuando la adicion es capaz de comerte vivo, de quemarte por dentro, de reducirte a cenizas.
Te preguntas si hay algo fuera de esto, si has permitido que algo exista aparte del mundo imaginario que es estar con él, si en realidad tendrias algo si decidieras terminar con esto. No es que lo vayas a hacer, no, pero a veces piensas en eso. No es como si de verdad fueras a darte cuenta de que te queda amor propio o autoestima, no despues de tanto tiempo. Pero piensas en eso, porque no hay nada que hacer, porque estas aquí esta noche rogando por sentir un poco de lo que sentias al principio, un poquito de esa maravillosa libertad, antes de que se fuera todo a la mierda por tu culpa. Quieres estar de vuelta en la ciudad paraiso, en la perfeccion erronea, en el camino más lindo del mundo justo antes del precipicio. Caida libre. Muerte segura. Una muerte segura a la que caminas casi encantado, porque ya has perdido todo tu libre albedrio.
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Quizas algun día decida decirles a quien le habla el narrador.