Ser Sirius no es genial

2.1K 174 15
                                    

Remus John Lupin odia con su alma el levantarse temprano, odia el olor de las plantas colandose por la ventana semi abierta que, en todo caso, le había pedido especificamente  a James que cerrara. Odiaba los pajarillos cantando, la luz metiendose por entre las cortinas, y su propio aliento de muerto, convinado con el humo de cigarro que Sirius fumaba cada mañana mientras se vestía.
Cuando abrió los ojos, tuvieron que pasar varios minutos para que notara esa cosa que estaba pegada en el techo sobre su cama, una foto, donde salian Sirius, James y él en el patio de la familia Potter, sonriendo, felices, y recuerda haber tenido a Sirius sentado en sus piernas, y a Jimmy abrazando su cuello, y tambien recuerda que Padfoot había pegado esa fotografia en el techo sobre su cama a la vuelta de las vacaciones.
Pegó un salto nervioso, apretando sus rodillas al pecho, y comenzó a mirarse. Estaba sin camiseta, y había un tatuaje perfecto de un lobo en su cintura, su cuerpo era más blanco, más atletico, más tibio. Su cuerpo era Sirius, y ese desordenado pelo largo, el corazón le tirito unos buenos diez minutos.
Estar ahí, así, era impresionante, la piel era tan suave y las manos le apestaban a cigarrillos, pero le tiemblan, le cuesta concentrarse, resulta dificil mantener una sola cosa en su cabeza, le duele algo pero en realidad no sabe que es, se sentía como estar triste, como estar solo.
Escucucha su propia voz, unas dos horas despues, y le sigué, quiere encontrarse, quiere calmarle, porque Pads es un histerico y no se controla, no reacciona.
- Eh, no vayas a gritar- le dijo desde la puerta, y la voz de Sirius le parecio tan dulce que se quiso morir- Llevo despierto un rato, hecho bolita en tu cama...en todo caso ¿Porque tu cuerpo tiene esa manía de levantarse tan temprano?
Nunca se había sentido tan pequeño en la vida, tan infantil, el cuerpo de Sirius era pequeño e infantil, era suave y encantador pero tenía esas cosas malas que resaltaban cuando Remus andaba cerca, porque viendose desde afuera podía notar lo diferentes que eran, que tenía una mirada fuerte que no comprendía, que su propio cuerpo era intimidante pero paternal, con un aura de calma que sobresalía por su espalda, inspiraba cierto respeto.
- Moony, eres demasiado alto- le escucha quejarse, con un hilito de voz, que sonoba bastante patetico mientras salía de la boca de Remus-...¿Como es que...? ¿Re? ¿Moony? ¡Remus!
El cuerpo le pesó de repente, y sus pulmones no parecían querer responder a las ordenes que su cerebro mandaba, llevó sus manos al pecho, como si eso solucionara algo; las rodillas le temblaba y ya no podía mantanerse de pie, así que se deslizó, con la espalda pegada a la pared, hacia el suelo.
Su voz se extinguia antes de salir de su garganta, y no era capaz de controlar las lagrimas, o de entender absolutamente nada de lo que estaba pasando. No puede respirar, se esta ahogando, quiere gritar, soltar una rabia que no alcanza a comprender, deja de tocarse el pecho para comenzar a rascarse los brazos, clavando las uñas, es instintivo, y no puede entender porque, porque lo hace, porque necesita una pizquita de dolor para recuperar el aliento durante un par de segundos.
- No...se...que pasa- logra articular, aunque parecía que no podía decir nada sin quebrarse
- Ataque de ansiedad-le responde Sirius, poniendose de cuclillas para estar a su altura- Lo hemos hecho antes ¿Te acuerdas? Como cuando mi madre me golpeo despues de navidad...
- Se siente mal- murmura dificultosamente- Se siente...se siente...
- Se como se siente, Moons- le susurra, tomando sus manos, acercandose un poquito más- Escucha mi voz...
- No es tu voz- se queja Remus- Es la mia
- Y es mi cuerpo, no el tuyo- le replica- y lo que sea que esta...voz tenga- le dice apenas audiblemente- Siempre ha hecho cosas geniales conmigo.

5 minutos despues.

Remus estaba de pie en el baño, mirando el cuerpo de Sirius con cuidado, era guapo, impetuoso, irreverente, era caliente como el infierno y dulce como un ángel, tenía un semblante coqueto que bordeaba en la lujuria, y su mirada era una mezcla elegante y extraña, entre la inocencia y la picardia.
Nuevamente siente un dolor, pero ahora logra identificarlo, al menos sabe de donde viene, es un ardor profundo en el muslo derecho, quiere rascarse, es insoportable. Levanto el borde de la ropa interior de su cuerpo, exponiendo una piel rasgada, cuatro lineas rojizas con costra, en paralelo a otras que escalaban hasta el hueso de la cadera.
Remus John Lupin quedó sin aire, y los ojos se le llenaron de lagrimas de manera casi instantanea.
- Joder, Sirius- murmura intentando calmarse
Esperaba poder finjir que no las había visto hasta que pudiera hablar con James a solas.

Corazones inmarcesibles [Wolfstar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora