5. PRIMERA VÍCTIMA

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En la imagen Mictlantecuhtli (Dios de los muertos)

Ya estaba anocheciendo, varias personas salían y entraban de la populosa cafetería en la que trabaja la chica a la que sacrificaría, me daba tristeza pensar en que una vida se esfumaría pronto, pero lo hago por ella. 

Porque deseo verla de nuevo, tenerla conmigo y vivir lo que nos fue arrebatado, lo que nos pertenece, no dejaría que la muerte me la quitará de nuevo. Estaba seguro ahora mismo entregaría a la muerte la vida de otras personas que no conocía por la de ella. 

Aunque parezca algo egoísta es lo que estoy dispuesto a hacer por amor, no me importa dar vidas de otras personas porque ni las conozco, nunca las eh visto en mi vida, supongo que sería como dar la vida de cualquier otro ser vivo, un animal, un humano, una planta. 

Esas personas a pesar de tener derecho a seguir viviendo, a pesar de que sé que está mal lo que haré... tengo que hacerlo hay veces que las respuestas, las soluciones no se encuentran en algo bonito, no son algo aceptado por los demás pero son soluciones y hay que arriesgarlo todo. El que no arriesga no gana. 

Me preparé mentalmente para lo que haría, de lejos veía como Teresa servía en la cafetería cafés y cenas mientras se llenaba mucho el lugar, vestía con delantal simple de color blancuzco y bajo este se encontraba una camiseta sencilla manga larga de rayas grises y rojas, pantalones pegados color celeste y unas zapatillas Adidas blancas. La verdad era que no se veía para nada mal, lástima que está sería su última noche en este trabajo. 

Esperaba que hubiera podido despedirse de sus familiares y personas cercanas porque no los volvería a ver. Algo en mi interior me gritaba que esto estaba mal pero lo ignoraba, las ansias de verla viva me consumían por completo, el deseo era más fuerte que la razón. 

¿Qué importaba la vida de un ser humano? Somos seres destructivos, lacras, seres que solo pensamos en nosotros mismos, que destruimos nuestro ambiente hasta casi arruinarlo por completo, las masacres, las guerras, los asesinatos, la violencia. 

Todos los problemas que existen los hemos creados nosotros. Esto no cambiará al  mundo, esto no es algo importante, una vida más no hará que el  mundo dejé de girar sobre sí, no hará que el solo se apagué. 

Camine tranquilamente rumbo a al entrada del lugar, tenía las paredes pintadas de un rojo oscuro, arriba de la puerta se encontraba un gran letrero con luces de neón que decían el nombre del establecimiento. 

Habían varias personas que entraban y salían de todas las edades, algunos parecían encontrarse en citas, otros acabando su día de trabajo y algunos calmando las penas en su soledad. 

Una chica de cabellos lilas pintados me atendió en la entrada del lugar con un menú y me indicó dónde sentarme, llevaba una camiseta negra con el logo de Green Day y unos pantalones rasgados de una tonalidad celeste pálido sucio, usaba unas zapatillas Convers ya gastados y llevaba el cabello peinado  en una coleta. 

Pedí una taza de café y un pastel de vainilla y fresas, observaba sigilosamente los pasos y movimientos de Teresa, había derramado un pedido de unos clientes por accidente al chocar contra una mujer que se encontraba peleando con algo importante con el marido, la mujer le pidió perdón claro pero ahora tenía que volver a esperar a que hicieran la orden de nuevo. 

Pobre, parece que este no es su día de suerte y no mejorará. Es débil físicamente pero ágil para escapar, parece tener una especie de problema en los ojos pues no parece distinguir muy bien las letras que se encuentran lejos, parece ser muy confiada, no será difícil secuestrarla y llevarla hacia dónde Xichimitl me indicó. 

LOS MUERTOS NO VUELVEN A LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora