"Ne takamet tesu weli tewa bidaj, muchi kicha crear insanka"
La fresca brisa azotaba fuertemente los árboles, hacía algo de frío esa mañana en la Ciudad de México, no tenía muchas ganas de salir está noche o de hacer algo, pero debía de hacerlo para secuestrar a las dos nuevas víctimas, eran dos chicas está vez.
Una era una chica de quince años que solo pasaba vagando de fiesta en fiesta y poco hacía por su familia, incluso se había embarazado hace tiempo pero había abortado para seguir de fiesta, bebiendo y cogiendo con quién se le diera la gana. El otro chico era vecina de su víctima que fue poseído por el Nanahuatzin, aún tenía dudas sobre quiénes eran y sobre lo que hablaban.
Xochimitl se había comportado muy esquiva últimamente y la Catrina no había aparecido desde la noche anterior. Tenía miedo, mucho miedo de lo que haré, pero debo hacerlo por ella, porque no permitiré que el mundo sea gobernado por Chasca y porque quiero que mi amada vuelva a la vida.
Emily no merecía morir, ella debería de estar viva.
— Sabes... hace mucho tiempo que no interactuaba con un humano vivo, la última vez creo que ni siquiera existía el país de México, o el país de dónde vengo, dónde se supone que vivía Chasca— Me contó con una sonrisa nostálgica.
Sonreí, deseaba saber la razón del porqué ella se estaba comportando así conmigo, porque me ocultaba algo y quiero saber lo que me oculta.
— ¿Cuánto tiempo nos queda para sacrificar a los nueve?— Pregunté preocupado.
— Es algo que te quería contar... nos queda poco tiempo así que hoy daremos las almas de cuatro de los secuestrados, por eso necesito que llegues antes de la media noche para preparar todo— Avisó avergonzada.
Se la veía deprimida, triste, no parecía la misma ente sobrenatural que se me apareció hace tiempo.
— Está bien, intentaré traerlos antes de la media noche para el sacrificio— Contesté mirando hacia un punto fijo de la pared de la cocina.
Un extraño ruido se escuchó detrás mío y vi como ella se desvanecía como si nada enfrente mío, necesitaba saber que le pasaba, necesitaba saber que me ocultaba, no podía arriesgarme en matar nueve vidas si no la traeré de nuevo.
Tomé mi taza de café y salí de la cocina, me senté lentamente en el sofá y prendí la televisión para ver aunque sea un poco de noticias y poder tranquilizarme y dejar de pensar en todo lo que estaba pasando desde que ella se fue.
"Recuerde no pasear solo de noche por las zonas oscuras y desoladas de la ciudad, ya son varias las víctimas de secuestros que hemos contabilizado estos días, las autoridades no descartan que sea posible que se trate del mismo secuestrador, en todo caso le recomendamos no salga solo en lo posible, la policía aumentará sus despliegues y si usted ve actividad anormal por las calles recuerde denunciar"
"Aquí seguimos con el listado de las personas desaparecidas: Teresa Rivera, Samuel Castillo, Camila Renderos y Daniel Saavedra. Todos personas jóvenes, por lo tanto pedimos a los adolescentes y adultos jóvenes a no salir solos a altas horas de la noche"
Ya era conocido que algo extraño estaba sucediendo, sabían que había un secuestrador, los casos habían sido aislados pero todos cometidos en la noche, cuatro personas jóvenes desaparecidas, lo más seguro es que solo era ruido de los medios para vender una noticia, ningún policía o algo parecido podía deducir que había un secuestrador en serie.
— Bonita casa— Dijo una voz conocida detrás mío. La chica que se supone es Chasca.
Llevaba el pelo peinado en una especie de corona de trenzas, sus ojos se veían muy descansados, llevaba una sonrisa de oreja a oreja, iba vestida con una camiseta floreada de botones, unos short cortos de tela de jeans desgastados y unas zapatillas. No se parecía en nada a la chica que me encontré hace tiempo en el hotel de Pátzcuaro.
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LOS MUERTOS NO VUELVEN A LA VIDA
Nouvelles(Spin-Off de la Saga Octógora) ¿Qué pasaría si el amor de tu vida se fuera para siempre? ¿Hicieras todo lo posible para recuperarle? Él si, está dispuesto a intentar cualquier cosa para devolverla a la vida, aunque eso incluya hablar con el mismí...