Caminaron en silencio hasta la estación de camiones, Camila trataba de ser fuerte, pero en ocasiones lágrimas traicioneras escapaban de sus ojos, Ariel no la dejo sola en ningún momento.
Al llegar a la central, compraron los boletos, esperan que salga el bus que los llevará a su destino, pero desafortunadamente por la hora, tienen que esperar hasta el día siguiente. Al menos tienen un techo sobre sus cabezas, al igual que un lugar donde sentarse. El frío traspasa las delgadas paredes, o las pocas que tenía, ya que hay una ventana amplia en cada pared. Los cuatros se sientan contínuamente, para transmitirse calor.Camila se recarga en el hombro de su novio, quedando dormida en segundos.
Camila, Camila ¡Despierta!
Despierta de golpe, con algo de sudor entre su cuerpo. Ariel siente su sobresalto, sacándolo de su mundo de sueños.
—¿Estás bien? -pregunta al escucharla agitada.
—Sí, no te preocupes, solo fue una pesadilla —frota su rostro con sus manos.
—Vamos, te compraré una botella con agua.
Se tomaron de las manos, para salir de ese lugar, fuera de ella hay una máquina dispensadora. Ariel introduce unas monedas, aplastó los botones para ordenar su artículo, cae al ser despachado.
— Tómalo —le indica a Camila. Ella obedece, se agacha para agarrar su botella. En ese momento, saca de su bolsa una pequeña caja cuadrada, delgada con un delicado moño verde limón. Cuando Camila voltea hacia su novio, se topa con el obsequio —. Feliz cumpleaños.
Ella sonríe ampliamente, agarra la caja.
—gracias —le da un fuerte abrazo.
—Es un detalle, pero yo lo hice así que cuenta más.
—De acuerdo —lo abre con curiosidad, encontrando una pequeña pulsera tejida de hilo rojo, con tres ojos turcos, dos plumas plateadas en delgadas láminas, de esas bellas pulseras ajustables.
Ariel la toma entre sus manos con delicadeza.
—¿Puedo?
—Por supuesto —estira su mano frente a él, prosigue a colocarla en su muñeca.
—Es muy linda.
—Obvio, yo lo hice —menciona con arrogancia.
—Presumido —dice Camila riendo.
—Amaneció mejor —menciona Verónica parándose a un lado de Erick, que tenía rato mirándolos, ambos están en un área donde no pueden ser vistos por Camila o Ariel.
El chico sólo asiente con la cabeza diciendo: —Me alegra.
—Te protegerá —agrega Ariel
—Claro, después me enseñas a como hacerlos.
—Con gusto.
Erick sale con ellos, junto con su mochila.
—Chicos, Verónica y yo tenemos hambre ¿Vamos a buscar algo para comer?
Verónica se para en el marco de la salida, estira sus brazos para quitar su pereza. Le sonríe pícara a su novio, le lanza un beso en el aire. Erick solo rueda los ojos.
—Todavía tenemos tiempo —comenta Cam, mientras observas la hora de su celular.
—Entonces vamos a comer algo o terminaré comiendo a ese bombón —menciona Verónica, agregándole dramático al final, al referirse a su novio. Erick arquea su ceja izquierda, se da la media vuelta, alejándose de los tres—. Es un aguafiestas —agrega aburrida.
—Espero que encontremos algo abierto —se une, Ariel.
—Mínimo debemos encontrar un Oxxo —opina Camila.
El cuarteto caminan un par de cuadras, por suerte, los Oxxos son muy recurridos, así que su búsqueda no duró mucho. Los chicos realizaron el pago, le entran a sus novias lo que ellas escogieron.
Camila escogió una rebana de pay de queso y un yogurt de fresa. Verónica junto con Erick tomaron unas galletas y café. Ariel, por su parte, es más descuidado referente a su alimentación, se compró una soda coca y unas sabritas medianas con chamoy y chile.
—¿Es en serio Ariel? —le pregunta Camila al mirar como se come una sabrita completamente bañada en esa salsa de chamoy.
—¿Qué? —responde con otra pregunta al no entender su situación.
—No entiendo cómo puedes comer eso a primera hora.
—Un pedazo de pastel no es mejor que unas sabritas ¿Sabías?
—A ver ya —interfiere, Verónica —Camila, tenemos que regresar necesito usar el sanitario, que me urge.
La toma de la mano, para llevarla a otro lugar.
—¡Esto no ha terminado!
Los chicos ríen, la expresión de Camila, es toda una comedia. Ellas caminaron por delante, hablando en su propio mundo.
—Su vida continúa complicada, creo que, no importa cuánto te esfuerces Ariel, Camila tiene un destino muy turbio —inicia Erick la conversación.
—Haré lo que está en mi manos, tal vez mis soluciones no sean las correctas, la amo, Erick.
—Eso me consta, pero no tardan en encontrarnos, señor, su madre y padre, han hecho de todo en su búsqueda, es algo que ya no podemos ignorar.
—Cuando eso suceda, me preocuparé, por el momento lo único que me importa, es Camila.
Un grito de Verónica los saca de su plática.
—¡En serio que ya me urge! -menciona ella para trotar, ya que están a una calle.

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Maldita (Editado)
ParanormalUn poder que no obtuvo por voluntad o deseo. Camila Laguna, una chica que vive con una especie de "don" desde su nacimiento y comparte con su novio Ariel, y sus amigos cercanos, el mirar a seres que concluyeron su ciclo y no deben estar en este mu...