Capítulo 16: Jareño en Imouto

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Todos estaban con la mirada fija en el rostro de Jareño, esperando a que empezara su relato.

- Todo empezó cuando llegué en ese callejón iluminado por la luna con olor a pis... Recuerdo que no entendía nada de lo que estaba pasando... Pasé un par de días en la calle con mi traje lleno de polvo, hasta que vi a aquella persona a la que salvé... aquella persona la cual quería ver con todo mi corazón. Pero cuando la saludé, noté algo muy raro.

No me reconocía. Su ropa era muy diferente a la que llevaba habitualmente. ¿Acaso era un cosplay? Eso es lo que creí al principio... Pero resulté equivocarme.

Conseguí llevarme muy bien, hasta el punto de vivir con ella en una pequeña casa. Estábamos enamorados. Era todo lo que necesitaba por el momento, con Ara, la persona a la que amaba y continúo haciendo. Recuerdo aquellas tardes, tirados en el sofá, hablando del infierno. Solía escribir relatos para ella, y al parecer le encantaban... Aunque tuvieran alrededor de 200 páginas se las leía en una noche con una perfecta crítica para contarme el día siguiente.

A veces paseábamos por un prado de rosas... notaba como el dulce olor se metía dentro de nuestro olfato, haciendo que nos miráramos a los ojos y sintiéramos cómo nuestros labios rozaban los del otro. Era una sensación cálida, lo más bueno que probé en toda mi vida... No puedo ni explicar el sabor de ellos, pero me transmitía algo... Algo a lo que acabé enganchado...

Nos ganábamos la vida en una tienda de magia. La verdad es que había muchos libros de aquél tema, los cuáles me llamaron mucho la atención. El negocio consistía en vender amuletos mágicos. La mayoría eran para que la gente tuviera buena suerte.

Pasamos dos años juntos, antes de que llamara una patrulla de soldados a nuestra casa. Nos cogieron después de habernos inmovilizado en el suelo. Aún recuerdo la expresión con la que nos mirábamos mutuamente, preguntándonos qué habíamos hecho.

Y ahí estábamos, frente la reina, el rey y su hija... arrodillados como cual presa pidiendo libertad...

Recuerdo las palabras que dijo el rey... "Sois acusados de haber causado una maldición a todo el poblado de Imouto", llevándonos a la guillotina.

Recuerdo aquél día como si fuera ayer... Aquella muchedumbre gritando, festejando aquél acto. No habíamos hecho nada malo... Recuerdo que un 10% de la gente murió debido a una fuerte fiebre, pero al no haber medicamentos, era totalmente normal. Sin embargo, ignoraron ese hecho y procedieron a nuestra ejecución. La primera era Ara. En ese entonces sabía todo, y sabía que si la perdía, la perdería en mi universo. Traté de razonar con el pueblo... Traté de suplicar piedad...

Nadie pareció escucharme. Me encontraba totalmente perdido, y terminaron cogiendo a Ara.

Aún veo cada noche aquella mirada desesperada... aquella forma en la que me miraba, que hace que me pregunte, ¿por qué no hice nada? ¿Por qué me quedé paralizado, viendo como aquella cabeza rodaba...? Veía al frente... Y sólo veía gente riéndose de aquella terrible desgracia.

Finalmente me cogieron, era el siguiente en ser decapitado... Pero al agacharme a la fuerza, mi móvil cayó al suelo saliendo por el bolsillo de mi chaqueta.

Aún recuerdo el grito que vino de entre medio de aquella muchedumbre. "¡¿Un móvil?!".

Levanté la cabeza, y ahí estaba aquél hombre, con un subfusil. "¡Si me salvas, te llevaré a casa!", dije.

Los dos sabíamos que la otra persona no era de ahí, y lo único que quería hacer era volver... Y así fue como apuntó a la persona que me decapitaría, y le disparó.

Todo el mundo se quedó sin palabras. Él corrió hacia mí, defendiéndose con su arma, aunque no hizo falta disparar una bala más. Me liberó, y nos fuimos de ese lugar lleno de odio.

En ese momento me dije: "Voy a matar a los tres gilipollas que reinan Imouto.", aunque no pude matar al rey y a la reina, pues murieron más tarde de aquella misma fiebre. Decidimos vivir a las afueras del poblado. Conocía aquél castillo abandonado, ya que me paseaba mucho por el prado de rosas que estaba bastante cerca, y era un lugar perfecto para que vivieran diez personas.

Así pues, fuimos reclutando a gente. Después vino Juve, Milca, Fer, Patri y Raúl.

Pero aquél día... Aquél día en el que recibí aquella visita... Aquél matrimonio con su hija...

Nunca pensé que acabaría así. Eran buenas personas, pero cuando fui con el padre a la cocina, vio que tenía una fotografía de Ara.

"Ojalá encuentren al otro cabrón, y al traidor que le salvó". Me quedé de piedra. No pude controlarme... Cogí un cuchillo y se lo clavé en el cuello. Cuando la madre vio lo que pasó, cogió un cuchillo y me atacó... No quise matarla, pero fue en defensa propia, y la niña...

A veces pienso que lo mejor habría sido matarla, pero no es mi estilo... No puedo matar a una niña indefensa...

Al acabar el relato, todos se quedaron de piedra. No sabían cómo reaccionar. De una forma u otra, entendían mejor a Jareño. O al menos, entendieron por qué hizo todo lo que hizo. Por qué inundó el poblado en la desesperación, y porque les tenía tanto odio.

Por otra parte, en el momento en el que Conii se fue del castillo, se encontró a Alex con Floppy en el prado de rosas. Alex, al ver a Conii llorando, fue corriendo.

- Conii, ¿qué haces en este lugar? ¿Y llorando?

- Ya me da igual todo, déjame... No pasa nada...

Alex no podía dejarla ir, así que la tomo por el brazo.

- María está muerta, la he matado... Estaba con Jareño... Y luego Jony ha dicho que me fuera, que no me quería ver más...- dijo Conii mirando al suelo, decepcionada con ella misma.

Al escuchar eso, podía entender la idea principal de lo que pasó. Jareño quiere alejar lo máximo posible a Conii de Jony, para impedir cualquier intento para frustrar el conjuro, pero no podía ver a Conii tan triste.

- Vayamos a hablar con Jony – dijo Alex

- Es igual, Alex... ¿Para qué? Acabaré sola, ¿qué gano yendo ahí y ver a Jony cuando no me quiere ni ver?

El rostro de Conii lleno de lágrimas hacía que Alex se sintiera mal. No sabía cómo actuar en aquél momento, pero terminó actuando por instinto.

- Vamos a hablar con ese idiota... - dijo cogiendo a Conii de la mano y yendo hacia el castillo con Floppy detrás.

Al entrar, no había nadie, pero se escuchaban voces viniendo del salón. "Sólo tenemos que encontrar a la décima persona".

- Esa es la voz de Jony... - dijo Conii.

- Vamos.

Al entrar al salón, se encontraron a un montón de gente. Cuando Jony vio a Alex, que fue el que entró primero por la puerta se alegró, pero cuando vio a Conii, bajó la mirada.

Al notar eso Conii, reaccionó de la misma manera, pero lo más extraño fue Floppy al entrar en el salón, corriendo hacia Raúl ladrando. Raúl, que estaba bebiendo un cubata, al ver a Floppy dejó caer el vaso, rompiéndolo al impactar contra el suelo.

- Lizzie, ¿eres tú?


¿Una realidad o un sueño?Where stories live. Discover now