Semana 31

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Las semanas pasaban, solo quedaban 9 semanas para salir de cuentas, es decir, 2 meses y 1 semana.

Andreu y yo queremos que salga ya, estamos impacientes por verle su carita, saber a quién se parecerá, tenerla entre nuestros brazos, básicamente ser por fin una familia de tres.

Hoy tocaba revisión y ecografia, después de tanto tiempo Andreu podría venir conmigo, y es que últimamente entre el trabajo y el accidente no ha podido acudir a ninguna. Por fin iríamos a ver a nuestra pequeña los dos juntos.

– Amor ¿estás ya preparada?

– Solo me queda el pelo, ve metiéndote en el coche que yo ya voy.

– Vale, no tardes que quiero ver a mi princesa pronto.

– Que si pesadooo

– Oyeee

– Anda corre para el coche

Me vuelvo al baño y empiezo a peinarme cuando de repente me llega una llamada de mi hermana.

– Qué raro si no hemos quedado ni nada.

Cojo la llamada extrañada y contesto.

– ¿Meri?

– Mama, mama...

Intenta hablar pero no para de llorar y apenas se la entiende.

–¿Mama que Meri? Relájate por favor que no te entiendo.

– Por favor no te pongas nerviosa.

– Si me sigues diciendo que no me ponga nerviosa más nerviosa me voy a poner ¿me quieres decir que coño a pasado con mama?

– A mama le ha dado un infarto, está ingresada en el hospital.

– ¿Que ha mama que?

– Silvia por favor relájate si, se como eres para ponerte de los nervios enseguida.

– ¿Como pretendes que no me ponga de los nervios?

Mi familia no sabe que estoy embarazada, y diréis ¿pero como no se lo has contado con 7 meses que llevas encima? Pues es que mi familia es muy religiosa y creen que quedarte embarazada antes de casarse es de putas y todo lo que continúa y cuando me vean aparecer con la barrigota que tengo serán dos disgustos en la familia.

– Silvia ¿vienes o no?

Me cuesta respirar, me estoy poniendo muy nerviosa, me duele mucho el pecho y estoy mareada, me pego a la pared y poco a poco voy resbalándome hasta quedar en el suelo donde los ojos comienzan a pesarme y solo escucho una voz de fondo que dice.

– ¿Silvia? ¿Silvia estás ahí? Silvia contesta.

Y a continuación todo es negro y solo escucho un pitido en mis oídos.

Relatado por Andreu Buenafuente:

Silvia comienza a tardar mucho y yo ya me estoy cansando de esperar, he jugado un poco con el móvil, he enviado un par de whatsapp a mis amigos y he escuchado como tres canciones y esta mujer no baja.

Decido que ya es hora de irnos así que salgo del coche con cuidado ya que me duele todo el cuerpo aún y subo arriba.

– ¿Silvia? Silvia, amor, vamos a llegar tarde como no te des más prisa. ¿Silvia estás ahí?

Grito un par de veces más pero no me contesta nadie así que rápidamente voy hacia el baño y me la encuentro ahí, tirada en el suelo con el móvil en la mano.

– ¿Silvia? Silvia por dios contéstame

Intento moverla despacio pero no me contesta. Cojo una toalla y la mojo un poco para a continuación pasársela por la frente, el cuello y el pecho. De repente noto que intenta respirar y lo hace muy agitadamente así que la incorporó un poco como puedo y la pego a mi pecho para que se relaje.

– Ya está mi vida, ya está, tranquila.

– Andreu mi madre

–¿Tu madre que?

– Le ha dado un infarto tenemos que ir a Barcelona ya

– Claro que si mi vida vamos

– ¡No lo entiendes!

– No entiendo el que Silvia

– No saben que estoy embarazada, ya sabes lo que te conté

– Eso no importa ahora Silvia tu madre está ingresada, lo que quieran pensar luego de ti será luego como ya te he dicho pero ahora lo importante es que tenemos que volver a Barcelona.

Al final optamos por coger el AVE y unas horas más tardes ya estamos en el hospital.

Relatado por Silvia Abril:

Andreu necesitaba fumar un poco ya que estaba muy nervioso y necesitaba relajarse así que le he dicho que se vaya a fumar tranquilo que yo mientras entraba.

– ¿Meri?

Jolin lo que ha crecido mi renacuaja. Ella se gira y se le abren los ojos como platos.

– No jodas Silvia

Ella siempre estuvo en contra de todo lo que pensaban mis padres sobre las religiones así que será la única que se alegrará por todo.

– Dios voy a ser tía

– Si reina, serás tía

Viene corriendo y me abraza con mucho cuidado.

– Pero ¿como? ¿Cuando? ¿Con quien?

– Hey poco a po...

– Bueno bueno, pero mira a quién tenemos aquí

– Monica

– Si es que ya lo sabía yo, tanto tiempo sin pasarte por casa ni si quiera era bueno

– Yo...esto... puedo explicarlo lo prometo

– ¿Que me vas a explicar? Que le abres las piernas a todo el mundo

– ¿Que dices? Yo no hago eso

– Me vas a decir tu a mi que no si ibas morreandote con todos los del instituto, así te va, ¿y que tu marido que?

– No tengo marido

– Encima, si es que solo eres una desgracia más en la familia.

– Ella no es una desgracia Monica ¿que coño te pasa?

– Tu cállate enana.

– ¿Ahora te vas a poner a llorar enserio? Seguro que el tío que te dejó preñada te vio el bombo y se asustó y se fue corriendo, ahora a criar a ese ser no deseado sola.

– Si que es deseado joder cállate ya mi novio...

– Creo que ese soy yo

Entra un Andreu muy sonriente y se abraza a mi espalda, mis hermanas se quedan flipando ya que no pensaban que fuera con Andreu.

– ¿Que pasa mi vida?

CARTAS A MI PEQUEÑADonde viven las historias. Descúbrelo ahora