Semana 27

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Una semana ya ha pasado desde el accidente, Andreu está en coma si, yo tampoco me lo creo, una semana y cada vez que voy al hospital no me dejan entrar a verlo, no se por qué, dicen que no es posible que pueda entrar. Yo solo sé que si le pasa algo me muero, que por fin estábamos bien, íbamos a tener una niña, la íbamos a criar juntos, íbamos a ser una familia feliz y ahora... ahora todo se va a la mierda.

Tengo a Ana de inquilina en casa, no se quiere ir.

En una semana he bajado mucho peso, apenas como y de los nervios estoy vomitando constantemente, eso no es nada bueno para la bebe, lo sé, pero es que no me entra hambre, no puedo, es imposible. Mi mundo se ha vuelto gris, sin Andreu no soy nada, lo necesito a mi lado.

"Pequeña, se que está siendo duro todo esto, solo quería pedirte perdón por no cuidarte todo lo que tendría que cuidarte, pero entiéndeme, estoy pasando por un mal momento, tu padre...tu padre está muy malito en el hospital, no abre sus preciosos ojos marrones, ni me mira con ellos, ya no se ríe o viene a abrazarme y darme mimitos, ya no habla con mi barriga para que le escuches y te calmes, ni te da consejos para cuando llegues al mundo. Ya no dice nada y tengo miedo, tengo mucho miedo, pero hay algo que me dice que va a salir de esta, y que por fin vamos a estar todos bien, vas a nacer, y vamos a forma la familia que tanto deseábamos tener. Solo espero que eso se cumpla pronto o no podré soportarlo. Te quiero princesa y seguro que papa también te quiere mucho."

– ¿Que haces?

Me asusta Ana entrando por la puerta de la habitación.

– ¿A ti no te han enseñado a llamar a la puerta antes de entrar a una habitación?

– Si, pero últimamente me da miedo escuchar tanto silencio de una habitación cerrada, donde tú estás metida.

– Estás exagerando mucho.

– ¿Exagerando yo? Silvia, te recuerdo que estás embarazada y en vez de subir peso como una embarazada normal en una semana has perdido dos kilos del tirón. Por no recordarte la vez que te me desmayaste en la cocina mientras hablábamos. Solo quiero lo mejor para ti ¿entiendes?

– ENTIÉNDEME TU A MI TAMBIÉN, MI PAREJA ESTÁ INGRESADA EN EL HOSPITAL EN COMA. PUEDE QUE SE ESTE MURIENDO Y NO ME DEJAN VERLO Y POR SI FUERA POCO ESTOY EMBARAZADA DE EL E ÍBAMOS A TENER UNA NIÑA.

– Cálmate Silvia, no es bueno para la bebe.

– NADA DE LO QUE HAGO ÚLTIMAMENTE ES BUENO PARA LA BEBE, SOY CONSCIENTE DE ELLO PERO NO PUESO SOPORTARLO MÁS NECESITABA DESAHOGARME.

– Vale ya está, venga acuéstate un poco y descansa, te traeré el desayuno.

– No tengo hambre.

– Me da igual, vas a comer quieras o no, y no vas a vomitar porque como lo hagas te quedas aquí sola y no vengo más.

Cierra la puerta y en ese momento me derrumbo, últimamente estoy muy borde y todo lo pago con Ana, ella que solo intenta que este bien en todo momento, me cuida y me hace todo y yo se la pago así. No se que me pasa, joder soy la peor persona del mundo. No debería de existir, solo traigo problemas a la gente.

– Hey Silvi, ¿que te pasa preciosa? ¿Por que lloras?

No me había dado cuenta de que Ana había vuelto a entrar. Rápidamente me abrazo a su cuello ya sin parar de llorar le pido perdón una y otra vez.

– No tienes que perdonarme nada, te entiendo, se que lo estás pasando mal, no lo haces a propósito. Pero quiero que sepas que voy a estar aquí ayudándote y apoyándote en todo. No te voy a dejar sola ¿vale?

– Gracias por todo de verdad Ana, eres la mejor amiga del mundo.

– Tu si que eres la mejor amiga del mundo. Anda, come un poco y luego hacemos lo que tú quieras.

Me dice sonriendo mientras me quita con sus dedos las lágrimas de mi cara. Y me pone una bandeja llena de comida en las piernas.

– Me ayudarás a comerme todo esto ¿no?

– Eso es todo para ti

– Pero ¿como quieres que meta todo esto en mi cuerpo?

– Bueno, piensa que ahora comes por dos, te resultará más fácil.

Sonrío y con pocas ganas pero con mucha ayuda por parte de Ana empiezo a comer.

CARTAS A MI PEQUEÑADonde viven las historias. Descúbrelo ahora