Durante toda la noche hicieron el amor como dijo Octavio que haría, en todas las partes de la casa de Noemia. Luego de haber terminado en la mesa del living, Octavio la agarró a Noemia y la lo hizo contra la pared. Después fue Noemia quien tomó el mando... Lo agarró de la mano y lo llevó hasta la cocina, donde hizo que él la agarrara por detrás y nuevamente la hiciera volar de placer.
Cuando acabaron con la cocina, ella lo guió hasta la habitación pero no llegaron a destino tan rapidamente: en el medio de la escalera se besaron y fue ella quien le dió placer acariciándole cada parte de su tierna piel. Besó sus pechos y los lamió hasta subir a besar los labios de él. Algo que hizo que Octavio quisiera volver a poseerla pero lamentando que allí en medio de la escalera no tenían protección y subieron rapidamente a la habitación.
<<Ya lo haremos acá>> Le había prometido él.
Cuando llegaron a la habitación, entraron y se recostaron sobre la cama a hacer el amor nuevamente durante toda la noche. Probaron distintas posiciones y Noemia se sorprendió al descubrir una nueva utilidad a la silla que estaba al lado de su cama, que usualmente usaba de perchero.
Allí también hicieron el amor. Y allí también descubrieron nuevas posturas.
A la mañana siguiente Noemia se encontraba satisfecha pero muy cansada. Se bañó y esperó a Octavio que le había prometido subirle el desayuno.
Al salir, ahí estaba él. Desnudo y con la bandeja en las manos.
-Tu desayuno...
Noemia sonrió y con mirada cómplice y ganas de ser muy mala, se acercó a él lentamente. Tomó una tostada y la untó de dulce de leche, la mordió y cerró los ojos provocándolo.
-Mmmm... Riquísima, lastima que...-Le sacó de las manos la bandeja que sostenía O'Hara, dejó la tostada con dulce de leche y obligó a Octavio, que la miraba descolocado por tanta belleza natural, a sentarse en la punta de la cama.-Tiene poco, ¿no?-Le preguntó Noemia Dispuesta a jugar mucho mejor, tomó el pote de dulce de leche y cargó por completo una de las cucharas que había en la bandeja. Intentó probarlo pero afortunadamente logró lo que quería: el dulce de leche se derramó en el remerón que se había puesto.-¡Ayy! Qué pena... Recién puesto...
Mintió su pena.
Y de inmediato se lo sacó y lo tiró a un costado, quedándo desnuda para O'Hara. Se sentó en la silla donde habían hecho el amor, tomó nuevamente el pote y esta vez con el dedo índice cargado de dulce de leche, lo pasó por todo su cuerpo mientras gemía con los ojos cerrados, respondiéndo al placer de estar masturbándose frente a los ojos de su hombre.
O'Hara no podía más, nuevamente su erección despertaba (o mejor dicho nunca se había dormido). Lo que aquella mujer le estaba haciendo era desear. Le estaba haciendo desear poseerla y si seguía con aquel ritual, lo haría y no podrían acabar nunca con todo aquel jueguito.
Noemia volvió a cargar el dedo de dulce de leche y esta vez no lo chupó. Con la mirada puesta en O'Hara, se untó los pesones, luego el vientre y los labios y por último: en su húmeda intimidad que estaba deseosa de ser recibida por la intimidad de Octavio.
-Limpiame...-Le ordenó acercándose al embelesado hombre que la observaba impaciente de hacer lo que aquella le pedía. Sin titubear Octavio hizo lo que Noemia le pedía. Lamió cada parte untado de dulce de leche de su cuerpo. Empezó por los pesones, luego bajó al vientre y volvió a subir a su boca. Finalmente bajó a la parte más esperada por Noemia: su vagina. La lamió y cuando no quedó más dulce de leche en su cuerpo él le susurró:
-Dulce... Exquisita.
Quiso tomarla de las caderas y darle lo que Noemia le estaba pidiendo pero ella se lo impidió.
-Si no me hubieras traido el desayuno no me habría ensusiado, ahora tengo que volver a bañarme.-Se encaminó hasta la puerta del baño y le guiñó un ojo. Aquel juego le estaba encantando.-O también podés bañarme vos...
Se carcajeó al ver cómo desesperadamente aquel hombre corría hacia ella para empujarla hacia dentro.
Sin ganas de seguir alargando el juego, Octavio, abrió la canilla de la bañera y tomándo en brazos a Noemia entraron juntos. La aprisionó contra la pared y la besó bajo el agua de la ducha. Hizo que Noemia subiera sus piernas a sus caderas y finalmente la penetró. Sin previo aviso, sin lentitud, la penetró.
Empezaron a moverse rapidamente hasta que lograron llegar al climax.
Una hora estuvieron en la ducha mimándose hasta que él le frotó el jabón por todo el cuerpo de ella para sacarle los restos de dulce de leche.
Cuando salieron no volvieron a jugar sucio, sí volvieron a hacer el amor una y otra vez en cada parte de la habitación.
Pero después de esa noche y esa mañana no volvieron a hacer el amor nunca más. Los días pasaban y Noemia y Octavio se comportaban como perfectos desconocidos. Nadie sabía qué había pasado entre ellos, ni siquiera sospechaban de nada, pero era evidente que la relación entre ambos se había congelado y apenas se dirigían la palabra.
Una semana después Noemia comprendió que lo que había sucedido aquella noche con Octavio había quedado sanjado y no volvería a pasar. Por un lado lo lamentaba, deseaba vivir muchas más cosas con él e inclusive se había ilusionado con empezar una relación seria, compartir momentos juntos...Pero sabía muy bien que en ese sentido O'Hara era un profesional y no involucraría el trabajo con el sexo y por otro lado Noemia tampoco lo haría.
Aunque ya lo había hecho, aquella noche llegaron a un acuerdo: desayunar juntos aquella mañana y despedirse de ese tipo de acercamiento para siempre, algo en lo que ambos estuvieron de acuerdo.
La investigación acerca de Martínez estaba viento en popa, seguían buscando pruebas y con el tiempo las iban obteniendo. Alfonso llamaba todas las tardes a Noemia y hablaban largos ratos de cómo les había ido en el día.
-Te noto rara... Cená conmigo esta noche...-Le dijo de pronto.
Noemia sonrió. Al fin alguien más que su madre notaba cuándo estaba bien y cuándo mal.
-Te lo agradezco pero no, te lo agradezco mira niño pero no...-Le cantó por el teléfono y entonces el rió.
Necesitaba alguien que la contuviera eso sí, pero no sabía si salir con Alfonso a cenar fuera la mejor de las ideas. Debería avisarle a Octavio para que éste se pudiera en custodia y luego tendría que tolerar su malhumor, porque cada vez que le hablaba de Alfonso, se le calentaba la sangre.
-Dale, la vamos a pasar bien. Te dejo elegir la entrada, el segundo plato y el postre. El lugar lo elijo yo... Vas a comer rico, pensalo...
Tras un rato de insistir finalmente se dió por vencida, no le vendría nda mal salir a divertirse un rato.
-¿Sabés? Soy muy fácil de convencer...eso de elegir la entrada, el segundo plato y sobretodo el postre ¡Me gustaa!-No pensó en más. Le gustaba la idea de volver a ver a Alfonso, le parecía inofencivo y ya le empezaba a tomar cariño, se preocupaba por ella como nadie y merecía al menos una cena con ella.
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JAQUE MATE-María S.
ChickLitUn comisario detrás de un sospechoso. Una agente de policia, poco refinada, despreocupada por su figura y aparentemente nada sexy. Aunque las apariencias engañan y una mujer oculta tras el uniforme de policía puede llegar a serlo e inclusive puede...