Cap. 15

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El lugar tenía música baja pero sensual, las ventanas estaban cubieras de largas cortinas rojas, al igual que los manteles de la mesas, hasta el piso. La luz era suave y en lugares más discretos las velas eran las grandes protagonistas de la decoración del lugar. En el centro, había una pista para bailar y un par de parejas tocándose mientras acompañaban las caricias con bailes lentos y provocativos. 

Había hombres que parecían una escultura y mujeres bailando el caño sobre una mesa de madera semidesnudos. En una oportunidad Noemia se sonrojó al ver una mujer más jóven que ella tocar con guasa a uno de los bailarines. La vio decirle algo al oído. El muchacho le sonrió y la tomó de la mano donde desaparecieron detrás de un cortinado. "Plumas en el cuerpo" Logró leer el cartel que daba inicio a aquella sala desconocida y apartó la vista de inmediato. La curiosidad cada vez se hacía más evidente pero trataba de disimularla o lamentaría tener que irse.

En la cena, alguna que otra vez mientras uno se concentraba en pinchar con el tenedor la comida e introducirla en su boca, el otro aprovechaba para mirar con disimulo hacia su alrededor. 

-Te estoy viendo aunque no lo creas.-Le dijo Alfonso de pronto. De inmediato ella trató de decir algo para justificiarse e inclusive negarlo pero él se lo impidió.-Es inevitable no mirar. La curiosidad te está matando tanto como a mi. Esas mujeres que están allá-Señaló a las bailarinas.-Me atraen,me gustan y me encantaría experimentar con ellas y con vos. Aunque sé que en lo que estás interesada no es en ellas. Sino en ellos.-Y esta vez guió la vista hacia los hombres que bailaban semidesnudos sobre la mesa.-No soy gay. Pero me encantaría que probaramos algo con ellos. ¿Quizá un cuarteto?.-Le sonrió y continuó comiendo.

Noemia tuvo que hacer magia para no atragantarse con la comida. Aquella naturalidad con que le confesó las ganas de acostarse con ella y con hombres hizo que sus partes intimas reaccionaran y comenzaran a palpitar. El solo hecho de imaginar la situación le provocaba exitación.

Pero no lo haría nunca. A menos que aquellos cuatro hombres y el que estaba frente suyo fuera Octavio O'Hara.

-Estás loco. Dijimos que... -Logró responderle Noemia casi sin aliento antes que el la interrumpiera.

-Nati, no disimules. ¿Te vas a hacer la tonta? Serías una insensible.

A sabiendas que él tenía razón y que nadie que entrara a ese lugar podría no exitarse con solo mirar a su alrededor, trató de buscar respuestas. Pero él le ganó de mano antes que pudiera decir algo.

-¿Por qué no me das una oportunidad? Puedo hacerte mujer mejor que nadie. Sé que estar acá te exita pero no más de eso. Sos fiel a un hombre, no se quién sea, pero si algo tengo claro es que yo no soy. Si me dieras la oportunidad de entrar en tu corazón, te haría mi mujer. Viajaríamos por todo el mundo, te haría mía todas las noches y días.

Pero la verdad es que Noemia no podía encontrar respuesta alguna. Y Alfonso tenía razón. No solo estaba exitada... Pensaba en O'Hara y solo en él, pero le hubiera gustado estar allí con él, en el lugar de con Alfonso. Se lo imaginó ahí sentado, acariciándo sus partes íntimas por debajo de la mesa, besándolas, frotándolas. Cada parte de su cuerpo estaba siendo acariciada por él.

Se sobresaltó de golpe.

Realmente estaba siendo acariciada y exitada de aquella forma, pero no era O'Hara quien estaba debajo de la mesa.

Era Alfonso.

-¿Qué hacés?-Le preguntó de golpe, levantándose de la silla.-¡No vuelvas a tocarme o la trompada que te estampe en la cara no te la vas a olvidar en tu vida! - Tomó sus cosas y se encaminó hacia el baño. Se extrañó de haber sentido lo que Alfonso le hacía y de haber pensado en O'Hara. Si se había negado a pensar en él y se había decidido a olvidarlo, ¿por qué ahora volvía a aparecer? y ¿por qué sintió esa exitación tan fuerte cuando Alfonso la tocó? 

JAQUE MATE-María S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora