capitulo 36

4.3K 243 17
                                    

-No puedo creer que esto realmente haya terminado- le dije a mi rubia amiga que conducía a través de Los Angeles.
Lloré contra su hombro y ella pasó su brazo derecho sobre mi hombro, y el otro lo dejó en el volante.
Al menos alguien me consolaba.
Pero aquello no me servía de mucho para no sufrir por el horrible vacío que sentía en mi interior.

-Él es un idiota- dijo ella con voz apacible. –Y ella una zorra. Te juro que nos vengaremos, cielo.
Solté una risita entre lágrimas.

-Deberías haber visto como quedó su rostro después de la paliza que le di.

-Hubiera pagado por verlo- admitió Eun Ji con una carcajada. Por un momento, reír un poco me alivió. Y ella lo notó. –Salgamos ésta noche.

-¿Anacks?
Eun Ji asintió y la observé insegura.

-Oh vamos… no bailaremos para nadie, sólo nos embriagaremos y la pasaremos bien un rato. Luego podemos ir a la playa con dos sexis solteros y nadar desnudos- añadió divertida y solté una carcajada, pero el dolor continuaba allí. –Sólo para despejarte.
Asentí poco convencida, pero finalmente acepté.


(…)


La música habitual en Anacks me alivió un poco. De alguna manera extrañaba el lugar. Las luces rojas, las perras bailando, y los solteros babeando.

Me dirigí a la barra, saludando a mi viejo amigo JongDae, y encargándole unas cuantas bebidas para la mesa que teníamos con Eun Ji.
-Realmente extraño éste lugar- dijo mi amiga observando el techo negro con candelabros y cosas por el estilo. Todo erótico- infernal.

Cuando yo abandoné Anacks, al poco tiempo, Eun Ji lo hizo también. Me dijo que su relación con Sehun era un poco más seria y no quería que hubiera conflictos.
Básicamente por mis mismas razones.
Eso me hizo recordar a Luhan, y lágrimas amenazaron con derramarse. 

Mi amiga lo notó y se apresuró a decir:
-Hey tranquila. Mira, ahí vienen nuestras bebidas. Ésta noche me embriagaré tanto que puede termine en un coma alcohólico. 
Solté una risita.
JongDae dejó nuestras bebidas en la mesa y se marchó lanzándome un guiño antes de irse.

Tomé el líquido color rosa de un solo sorbo, y el alcohol quemó mi garganta, pero de algún modo se sintió aliviador. 
Trago tras trago, nuestra risa se volvía más escandalosa, charlando de temas como el clima hasta los hombres que se depilaban las cejas.

-Allí está Kris- me avisó Marcie con una expresión curiosa. –Viene para aquí. Quita esa cara de ebria, ______________. 
Sonreí y segundos después YiFan apareció frente a nosotras.

-De nuevo aquí, Park- me dijo apartándome y sentándose a mi lado en el reservado.

-Aja- balbuceé dando a conocer mi obvio estado de ebriedad. Sentí una neblina de sueño en mi cerebro y entrecerré los ojos.
Tomé otro trago.

-¿Cómo estás?- pregunté riéndome y tocando su hombro.
Él me miró divertido.

-Pues muy caliente ahora que te veo con esa blusa ciñendo tus pechos- dijo mordiéndose el labio y solté una carcajada histérica.
Alguna parte de mí sabía que esto no estaba bien, pero el alcohol imposibilitando mi sentido común, echó toda la racionalidad por la borda.

-Yo… -comencé. –Puedo arreglarlo.
Eun Ji se rió y me guiñó un ojo, caminando igual de ebria que yo hasta otro tipo en la mesa contigua.
Me senté encima de Kris, sintiendo su masculinidad bajo mi trasero.

-Hmmm- gemí moviéndome contra él. Kris tomó mi cintura y me pegó aún más a él. Arqueé mi cuello, dejándome besar por aquella sexy boca. Era caliente.

No se sentía igual que Luhan, pero con el alcohol que tenía encima, y la imagen del rubio en mi cabeza, podía pasarlo por alto bastante bien.


{Narra Luhan}


Marqué su número por milésima vez antes de darme por vencido.
Había sido el mayor idiota en la faz de la tierra.
Por segunda vez estaba perdiendo a la persona que más amaba, y todo por un estúpido y ridículo enfado. 

Intenté mantener la calma mientras llamaba a sus padres.

-Hola señor Park, habla Luhan- dije cuando él atendió. De seguro estaría preguntándose qué diablos hacía llamándolo a tales horas.

-Hola Luhan- contestó él secamente. –Sí es por ___________, no quiero escuchar nada de ella por el momento. Así que…

-Por favor- lo interrumpí. –Ella y yo… discutimos. Se fue con Eun Ji, y temo que haga algo malo.
Pensé en las obvias posibilidades. Emborracharse, terminar en brazos de un pervertido… y de repente me golpeé por haber sido tan estúpido.

-Ya no es mi problema, Luhan. Hoy ella me ha dado la mayor de las decepciones. Y también me decepciona de ti, hijo. Creí que eras alguien decente. Olvídate de ella y vuelve con tu prometida.
Aquello me partió el corazón pero debía tener la cabeza fría.

-Bien señor Park. Lamento haberlo molestado. Que tenga una buena noche- corté la comunicación y tecleé nerviosamente el número de Eun Ji al que ya había recurrido antes pero seguían sin atenderme.
Luego de cuatro o cinco tonos, me atendió.

Se escucharon unas risas, música, y luego su ebria voz al teléfono.

-¿Sí? 
Colgué.
Sabía dónde estaban. 

Tomando las llaves del mueble, me dirigí al coche y conduje como un loco a ese maldito antro. 
Ya era la segunda vez que me pasaba aquello. Tener que ir a rescatarla de Anacks y su interminable lista de pecados.
Pero no me importaba.
La rescataría cuantas veces fuera necesario, porque de alguna manera, ahora era todo para mí.

Había tenido razón en lo dijo de Min Ju, ¿por qué diablos la consolé? Fue estúpido ir detrás de ella, pero sentí que debía hacerlo. Al menos aquella última cosa por ella.
Finalmente me estacioné a dos manzanas, frustrado por no haber encontrado sitio para aparcar. 

Corrí la distancia que me alejaba del antro como si estuviera persiguiéndome el diablo.
Luego de pagar la entrada, y mostrar aquel poco usado carnet de socio, caminé por los conocidos pasillos oscuros. Busqué en el escenario y alrededores pero no reconocí ni a ___________ ni a Eun Ji.

Fui hasta la barra con el corazón en la boca.

-JongDae- dije llamándolo y él me observó extrañado. Probablemente ni se acordaría de mí. De todos qué diablos que importaba. – ¿Has visto a __________ o a Eun Ji?
Me miró desconfiado.

-Soy el novio de _____________- aclaré impaciente.
Él casi soltó una risita.

-Oh sí, han estado hace una hora o dos por aquí. Pidieron varios tragos- me dijo señalando a una mesa llena de botellas vacías. –Amigo- dijo casi con confianza y me miró confidente. –Yo creo que no deberías estar con ____________, hace un rato la vi con otro tipo que usualmente asiste aquí.

Cerré los puños y fruncí el ceño.
Tragué saliva pero luego recordé que ella iba borracha.

Sonaría mal pero estaba rogando al cielo por un lado que estuviera ebria, entonces ella habría estado con ese tipo sin pensar, y por otro que no lo estuviera, porque en ese caso él podría abusarse de ella, y estaría completamente indefensa.

-Gracias.
Caminé por el lugar, recorriendo cada maldita mesa, ignorando cada stripper o prostituta que se me acercara.
Me pareció ver un destello rubio en un reservado y me acerqué rápidamente.

Eun Ji besaba a un tipo de unos treinta y tantos años. 
La tomé del brazo apartándola.

-Dime que estás borracha- rogué por ella también, ya que si no estaría engañando a Sehun.
Ella soltó una carcajada y se abalanzó a mis brazos.

-¿Qué?- balbuceó riendo y perdiendo el equilibrio. 
Joder.

La tomé en mis brazos y la llevé hacia un reservado vacío.
Eun Ji se desplomó sobre el asiento doble y comenzó a vomitar. Oh genial…

Marqué a Sehun.
-Amigo, debes venir ahora. Eun Ji está completamente ebria y yo debo buscar a ___________- le dije en tanto atendió.
Unos veinte minutos después en los que me carcomí pensando que estaba perdiendo el tiempo junto a una ebria que ni siquiera era mi novia, llegó Sehun y se ocupó de la rubia.

-No tengo idea dónde puede estar _____________- dije al borde del colapso. –Sé que no se ha ido, pero he revisado en todos lados y…

-¿Qué?- preguntó Sehun alzando a Eun Ji en sus brazos.

-Mierda.
Corrí a través del gigantesco lugar, con el corazón en las manos. Atravesé aquel pasillo que recordaba vagamente. Ese día en que ____________ bailó para mí por primera vez.

Busqué habitación por habitación, vergonzosamente interrumpiendo actos de los que mejor ni pensar.
Luego de revisar al menos cinco habitaciones, la encontré.
Y casi me muero de la rabia, el enojo y la tristeza cuando la vi.

Estaba acostada en la cama, y sólo llevaba su ropa interior.
Kris estaba encima de ella besando cada parte de su dulce cuerpo.

____________ tenía los ojos cerrados y el ceño fruncido. 
-Haré que te olvides de todo ésta noche- dijo Kris y besuqueó su estómago.
Me quedé allí, inmóvil y con el corazón roto.

-No me jodas, mamá- balbuceó ella y abrí los ojos entrando en alerta.
Estaba ebria.

Jesús. Tomé a YiFan por los hombros y lo estampé contra la pared cercana.
Este se levantó con una erección y cara de confundido.

-¿Estás demente?- preguntó enojado y tomó sus bóxers, enfundando aquella patética cosa rápidamente.

-¡¿Pensabas tirártela mientras está ebria?!- grité furioso y me acerqué hundiendo mi puño en su mandíbula.
El jadeó pero rápidamente se levantó y me aventó un golpe el cual esquivé por pocos centímetros.

-Ella ya es bastante grande para decidir sola. No es mi culpa que esté ebria- dijo él lascivo observando el cuerpo de ____________ en la cama. 

La ira se apoderó de mí, y literalmente lo molí a golpes, pensando en qué podría haber sucedido si llegaba unos minutos más tarde.
Descargué todo mi enojo a golpes, desfigurando su rostro de niño bonito, y probablemente aflojándole unos cuantos dientes.

Cuando me aseguré de que tuviera bastante en claro el propósito de mi paliza, lo dejé a un lado de la cama, gimiendo de dolor en el piso.
_______________ entreabrió los ojos, confundida. 

-Déjame- rezongó y se dio media vuelta. Llevaba un sexy sostén con encaje negro. –Vete con Min Ju, déjame- balbuceó frunciendo el ceño con los ojos cerrados y algo ida.

Tomó una almohada y me la aventó. Evité una risita.
Quizá si podríamos solucionar esto después de todo.

Tomé sus jeans del suelo e intenté ponérselos.

-Tú estás… -comenzó ella y la vi parpadear varias veces intentando enfocar la vista. Soltó una risita divertida- ¿qué? 

Fruncí el ceño e ignoré sus movimientos de negación mientras me ocupaba de ponerle la ropa. 
No me dejó ponerle los zapatos, pero no me importó, la tomé en brazos y salí de allí. Ella se removía inquieta y molesta, murmurando cosas sin sentido.

-Déjame- dijo más decidida cuando la senté sobre la barra. 

-Dame un vaso de agua por favor- le pedí a JongDae que observaba la escena divertido.
___________ arregló su escote y luego apoyó la cabeza contra la barra.

-Te odio. Aléjate de mí.
Sus palabras me dolieron pero me obligué a aceptar que ella estaba ebria y no sabía lo que decía.
Jong me pasó un vaso con agua y se lo entregué. 
Ella se negó. 

-Vamos, ___________, por favor- le pedí tendiéndole el vaso. 
Ella lo tomó en su mano.

-¡Te dije que no!- exclamó arrojando el vaso al suelo, que golpeó estallando en fragmentos de cristal.
_____________ echó a correr evitando torpemente no pisar los cristales con sus pies descalzos.
Le ofrecí una mirada de disculpa al tipo de la barra y corrí detrás de ella.

-¡Ven aquí!- le grité enojado pero ella solo aceleró su paso llevándose por delante a unas cuantas personas.
Finalmente llegó a la salida y corrió por el asfalto. La seguí lo más rápido que pude, y noté que ella comenzaba a ralentizarse. El estado de ebriedad no le permitiría ir muy lejos.

La tomé en brazos nuevamente y ella chilló todo el camino hasta el auto.
Una vez que le abroché el cinturón de seguridad, puse el seguro para que no pudiera escaparse. 

Ella comenzó a gritarme desde el asiento copiloto mientras yo daba la media vuelta para ir a mi asiento.

-¡Te detesto!- me gritó fulminándome con la mirada en tanto entré. – ¡¿Por qué no te vas con la jodida de tu prometida y comienzan su estúpido e infeliz matrimonio?!
Al parecer ya estaba un poco más consciente porque pudo decirlo casi sin tartamudear o detenerse a pensar.

-Cálmate. Estabas a punto de acostarte con un cualquiera y yo sólo te he dado una mano- dije fríamente y algo molesto, nuevamente. Puse el motor en marcha y por primera vez me salteé los semáforos en rojo.
Ella me miró atónita y desabrochó el cinturón.

Me golpeó el hombro y comenzó a gritarme cualquier cantidad de insultos, uno tras otro.

-¡Estoy harta de ti! ¡Me trataste como una mierda todo el día! ¿Y ahora vienes a hacerte el que ‘me das una mano’?- chilló enojada. – ¡Eres una mierda, te juro que apenas detengas el auto romperé el parabrisas con tu cráneo y me iré muy lejos de ti!

-¡Estás demente!- espeté furioso. – ¡Yo debería alejarme de ti! ¡Hoy casi la matas a golpes! ¡Y no me digas que la defiendo específicamente a ella, porque cualquiera diría lo mismo que yo!

-Estás enamorado. Eres un maldito idiota, aún no has superado que la muy zorra no siente nada por ti. Acéptalo, ¡sólo eres un bastardo perdedor! 

-¡Pues éste perdedor te ama! ¡Y tú sólo quieres que me aleje de ti por un maldito error! 
Ella no dijo nada y finalmente sentí mi corazón destrozarse lenta y letalmente.
Mis ojos se cristalizaron y sentí que nada valió la pena para ella.
Estaba echando todo por la borda como siempre.

-Luhan- dijo ella alarmada pero no la observé. –¡¡¡Luhan, detente!!!

Su expresión asustada fue lo último que vi antes de que una luz blanca consumiera nuestra visión.



{Narra Lay}


Mi madre sonrió cuando volví a casa luego de dejar a Chin Hae en la suya.
Chin Hae era aquella recepcionista de la Academia Wu que había visto por primera vez cuando habíamos ido junto con Luhan a fotografiar la exposición.

Ella me había cautivado desde un principio, por lo que en tanto volví a verla no me resistí a pedirle su número.
Al principio era algo vagamente casual, pero admito que ahora podría incluso decir que me estaba empezando a enamorar.
Y eso que todavía no me había acostado con ella.

Aquella noche se la había presentado a mis padres, y por las expresiones en sus rostros, supe que estaban tan fascinados por ella como yo.

-Es encantadora- halagó mi madre. –La cena ha ido espectacular, me alegra que no hayas traído a cualquier joven promiscua con las que solías andar- me dijo mirándome severamente.
Solté una risita tonta. Me despedí de ella y mi padre, y subí a arropar a mis hermanas menores. 

Finalmente cuando partí rumbo a casa, con el tráfico notoriamente lento para estar a esa altura de la noche, mi celular comenzó a sonar.
Sonreí como un tonto pensando que era Chin Hae.
Me llevé el teléfono al oído.

-Zhang Yixing- dije fingiendo seriedad, pero la voz del otro lado de la línea no era nada parecida a la de mi novia.

-¿Usted es pariente cercano o amigo del señor Xiao Luhan?- preguntó un tipo, y yo alejé el celular de mi oído para ver la pantalla. En efecto, estaba llamándome desde el teléfono de Luhan.

-Sí, es mi mejor amigo. ¿Qué sucede?- dije deteniendo el auto sobre la acera.
Se hizo un silencio incómodo en el que pude escuchar sirenas de policía a través del móvil. Mi corazón se detuvo.

-Él y una chica con la que iban… han sufrido un accidente.

I Don't Careᴇ - EXO - [Luhan y Tu] - [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora