Recordando

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Pov Tikki

Desde que llegó ese chico, Nathaniel, si mal no recuerdo, los chicos han estado muy molestos. Creo que alguien más está enamorado de Mari, la quiero pero ¿no son muchos hombres? Como sea, ahora mismo me encuentro con Plagg caminando por el bosque, dijo que quería llevarme a un picnic en un lugar "especial". No sé a dónde me lleva exactamente hace rato que salimos de la ciudad. Solo espero que él si sepa a donde vamos pues no tengo ni la menor idea de cómo regresar.

-Si sabes a donde vamos, ¿verdad?-le pregunté.

-¿Dudas de mí?

-Bueno, te recuerdo que una vez nos fuimos de campamento y nos perdimos por tu culpa.

-Eso fue una vez. Además fue su culpa por seguirme, saben que soy distraído.

-¡¿O sea que ahora estamos perdidos?!-me empecé a alterar y por poco dejo caer la cesta de la comida.

-No no no no-me dijo calmándome-Descuida, no volverá a pasar, sé perfectamente donde estamos, ya falta poco, solo-tomó mi mano-no te alejes de mí.

-Está bien.

Seguimos caminando un rato más tomados de la mano, unos metros más tarde Plagg me hizo atravesar unos arbustos y lo que vi me dejó maravillada. Frente a mí estaban las ruinas de un gran castillo lleno de flores hermosas y atravesado por un gran río que le daba serenidad al lugar.

-Wow, Plagg. ¿Qué es este lugar?

-Yo tampoco lo sabía la primera vez que vine. Hace mucho tiempo hubo una gran civilización francesa llamada "Clair de Lune" (Luz de Luna) y estos son los restos de su imperio.

-Te lo acabas de inventar, nunca oí de esa civilización.

-Es normal, es una civilización olvidada, me llevó mucho encontrar información de ella.

Me dedicó una sincera sonrisa por lo que decidí creerle. Seguimos caminando por lo que parecía ser el jardín del palacio. Las plantas eran de gran tamaño pues no habían sido cortadas en años. Cuando llegamos a orillas del río vi un gran puente que lo cruzaba.

Yo estaba un poco insegura de pasar por ahí pero Plagg me aseguró que nada iba a pasar, y ciegamente confié en él

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Yo estaba un poco insegura de pasar por ahí pero Plagg me aseguró que nada iba a pasar, y ciegamente confié en él. Empezamos a caminar y el rio se hacía cada vez más angosto. El puente se acabó y tuvimos que volver a la tierra. Seguimos caminando y llegamos a una especie de precipicio y no muy abajo había una especie de laguna lo suficientemente profunda como para nadar en ella.

 Seguimos caminando y llegamos a una especie de precipicio y no muy abajo había una especie de laguna lo suficientemente profunda como para nadar en ella

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Soy la Maid de Adrien AgresteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora