Seis.

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  Diana no había dormido muy bien aquella noche. Los dolores de cabeza la habían despertado más de una vez, y aún no encontraba la causa de ellos.
  Se levantó despacio, una media hora antes, para ir con tiempo al desayuno.
Helena era la única que aún estaba dormida. Aledis había dormido en una cama improvisada que le había fabricado a su lado. Casi parecía #Heledis. Claro que, Diana no recordaba esto, y como su amiga tenía puesta la capa por encima, se tropezó con ella, cayendo al suelo de boca.
El golpe hizo que Aledis se despertara casi del tirón, y riera al ver a la chica en el suelo. Se levantó dolorida, sintiendo un dolor inmeso en su frente, seguro le saldría un moratón.
  - ¿Estás bien? -rió.
  - Sí, claro -Bufó-. Voy a ir a desayunar, luego te subiré comida. Despierta a Helena o llegará tarde.
  Tras haberse vestido, se recogió el pelo en una cola alta mientras recorría los escalones hacia la sala común. Había un par de alumnos más pequeños a los que no conocía. Igualmente, los saludó y salió a los pasillos.
  Mientras seguía el delicioso olor a comida que inundaba a los pasillos, se encontró con John Rowle acompañado de Lyra Potter y Karou Brisbane. Ambas chicas iban con las manos entrelazadas, mientras que Karou iba comentándoles algo.
  Diana les saludó alegremente con la mano, a lo que John respondió con una pequeña sonrisa y Karou, con un asentimiento de cabeza. Lyra parecía estar como en su mundo, ni siquiera la vio.
  Al entrar al Gran Comedor, lo primero que oyó fueron gritos. Muchos. Para ser el primer día de clase, todos parecían contentos.
Vio a Brat haciéndole señas desde la mesa, pero antes de comenzar a caminar, alguien la agarró de la muñeca.
  - Buenos días, Di -Sonrió Will-. He pensado que esta noche podríamos quedar, ya que ayer desapareciste.
  La chica se sintió algo culpable por eso. Estaba tan cansada que se olvidó.
  - ¡Lo siento! Por Merlín, te juro que esta noche nos vemos -Asintió segura.
  - Bien. Y no te preocupes, de todos modos ayer estuve con otra persona -Le dedicó una sonrisa tranquilizadora.
  Diana movió las cejas arriba y abajo, lo que provocó la risa del chico. Este se despidió de ella y salió por la puerta. Un chico madrugador.
  - Hey Brat -Se sentó en frente suya.
  - Buenos días, Didi -Le sonrió-. Mark nos ha hablado de una Fiesta de Bienvenida.
  - ¿Fiesta de Bienvenida? -preguntó emocionada.
  - Fiesta de Bienvenida -dijo Mark Wood a sus espaldas.
  Diana se llevó una mano al pecho del susto.
  - Será el sábado, y solo para los de último año. La asistencia es obligatoria -remarcó mirando a Brat.
  - Me lo pensaré -Le contestó este.
  - Venga, ¡tienes que ir! Es la primera fiesta de nuestro último año -Le rogó Diana.
  Brat asintió, rodando los ojos en respuesta. Mark se sentó al lado de la rubia.
  - Digamos que alguien ya tuvo ayer su propia fiesta -Golpeó suavemente con el codo a Diana.
  - ¡¿Tú lo viste?! -Su cara se volvió pálida.
- ¿Qué pasó? -George la miraba curioso.
  Mark abrió la boca para hablar, pero la chica ya le había tapado la boca con las manos.
  - ¡Como digas algo te mato! -gritó.
  Su grito hizo que los integrantes de la mesa la miraran. Ante la mirada de los curiosos, Diana chasqueó la lengua fastidiada y retiró las manos de la cara del capitán de Quidditch.
  - Yo quiero saber qué pasó -Pidió Brat.
  - No pasó nada. ¿Verdad Mark? -Le miró con cara de psicópata.
  Mark asintió. Al menos parecía decidido a callarse eso, por el momento.
  Vio como una de la integrante de #LosPanes se acercaba a donde ella estaba. Diana no tardó en levantarse y salir corriendo a abrazar a Sam Wilson.
  - ¡Di! -exclamó mientras la rodeaba con sus brazos.
  - ¡Sam! -Sonrió-. Te he echado de menos.
  Se separó de ella con una gran sonrisa en el rostro. La morena se puso una mano en el pecho, dramatizando.
  - Y yo. ¡No sabes cuánto! -rió.
  Diana se alegraba de verla, muchísimo. Era una de sus mejores amigas, y apenas habían podido verse en verano.
  - Me lo imagino -bromeó-. Oye, luego te veo. Tengo que ir a por mis libros a mi habitación y creo que llego tarde.
  Sam se despidió de ella con un abrazo, diciendo que iría a buscar a Zack. ¡Viva Sady!
  Llenó una bandeja con comida, que ni intentó ocultar, y volvió a su cuarto. Allí, le dio la comida a Aledis y recogió sus cosas.
Helena ya se habría ido, así que luego irían a buscarla.
  - Este sábado hay una fiesta -comentó- Irás, ¿no?
  - ¿Bromeas? Una fiesta en Hogwarts es el mejor método para meternos en líos -Sonrió mientras mordía una tostada.
  - ¡Bien! -Sonrió- Me voy a clase, luego paso a buscarte. Recuerda que no puedes salir de la torre, y tampoco entrar a las habitaciones de los chicos -dijo en tono autoritario.
  Aledis le lanzó una almohada en respuesta, que ella esquivó al salir corriendo.
  La primera clase que tenía este año era Transformaciones, con Hufflepuf. Era la asignatura favorita de Diana, junto con DAO y Encantamientos.
  La chica tomó asiento junto a Coral, su hermana, a quien no veía desde ayer en el tren. Ella no necesitaba tomar apuntes para las tres asignaturas nombradas y sin embargo, lo hacía. No es que fuera una maga espectacular, pero tenía un buen recuerso de hechizos. Sin esta clase, Aledis no hubiera llegado a Hogwarts.
  Después de esta tendrían Pociones, donde Diana había conseguida un "Supera las expectativas"  en su TIMO. Aunque claro, eso no hubiera sido posible sin la ayuda de Scorpius, con quien siempre compartía esta clase.
  Mientras Diana luchaba por conseguir que la Esencia de díctamo adquiriera su tonalidad marrón, en vez de una blanca, un papel en forma de ave aterrizó en su mesa. Comprobó que el profesor Slughorn no la estuviera mirando, y entonces, abrió la nota.

"Te veo en el Lago negro,
después de clase.

                               - S.M."

¿Séptimo año en Hogwarts? Hagamos que sea kul. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora