Dieciséis.

28 5 15
                                    

  Un último adiós es lo que le faltó decir a Diana antes de marcharse de Hogwarts, en lo que sería un para siempre. No solo de Hogwarts, del mundo mágico.
Aquella sombra que apareció le estuvo atormentando hasta que empezó a salir con Mark, a quien la sombra odiaba y evitaba estar cerca de él. Pero cuando rompieron, volvió. Y solo le faltó un día para provocar el final de su vida. Nadie más veía a la sombra, ni la oía ni la sentía.
Diana había sufrido de ansiedad años atrás, y era esta misma quien había vuelto ahora. ¿La razón? Inexistente.
¿Sabéis cuál es la parte más difícil de abandonar el mundo mágico? La despedida. Diana se iba a despedir de la magia, de todas aquellas personas que había conocido en Hogwarts y de las experiencias allí vividas. Iba a echar de menos todo aquello, porque había supuesto la felicidad absoluta en ella. Pero últimamente no, y es lo que le había impulsado a irse. Tantos problemas, tanta... realidad. Era imposible compaginar ambas cosas.
  Por la mañana, en el comedor, se despedió de Brat, el único que le hacía sacar una sonrisa cuando estaba triste con sus estúpidos caretos. También de Anny, con quien compartió mil momentos de locura. A Kira, Logan y Dilan les dio un abrazo sin mera explicación; solo eso y un adiós.
Sam y Helena, al enterarse de que se iba, habían corrido hacia ella para preguntarle el por qué, y despedirse.
Hacía días que no hablaba con nadie, pero la insistencia de Ethan hizo que le acabara explicando los motivos. No podía dejarle así porque sí, le quería muchísimo.
Cuando se iba a ir de la mesa de Gryffindor, vio a Mark junto con James. Mark y ella no volvieron a hablar después de cortar, pero ella seguía apreciéndole. Con una ligera sonrisa, se despedió de él, deseándole en serio que le fuera bien.
Al salir del Gran Comedor, se dirigió al lago negro. Solía quedar allí con Lidia después de comer, y sabía que estaría allí.
- Prometo escribirte. -le dijo tras darle un fuerte abrazo.
Al separase de Lidia, vio a Vic y Ciara, quienes se enteraron de lo que dijo.
- ¿Y a dónde se supone que vas? -preguntó Ci.
- Al mundo muggle. -respondió.
Las observó una última vez y sonrió. Aquellas dos chicas la habían ayudado muchas veces, y ya las estaba echando de menos cuando aún las tenía en frente. Eran personas increíbles, todas ellas, y era una pena dejarlas atrás.
  Cuando iba de camino a la torre de Gryffindor para recoger su baúl, vio a Coral y a Cass juntas. No le sorprendió demasiado aquello, ni menos cuando Cass se tropezó con una línea recta, lo que hiz reír a Diana a carcajadas. A pesar de no haber hablado tanto, a Diana le importaba. Al igual que Coral -su shipper de Stydia favorita-. Se despidió de ambas con un saludo de mano y siguió su camino.
  Una vez en la torre, se encontró a Fred en uno de los sillones de este, durmiendo. Se acercó a él despacio y le gritó en el oído, haciendo que cayera al suelo del susto.
- TE VOY A MATAR. -exclamó levantándose.
Diana respondió abrazándole con fuerza. Aún no iba a llorar, no lo haría, estaba segura.
- Te amo idiota. -le había dicho después de decirle que le escribiría, y después salió corriendo a su habitación.
En ella, Aledis -barra su ex lechuza- estaba esperándola tumbada en su cama. Se acercó hasta el baúl y la miró.
- Hazme un favor. -pidió Diana-. Invítame a tu boda con Helena.
- Te dejaré que mires por el cristal. -respondió divertida.
- ¡Me vale! -exclamó abrazándola.
- ¡Abrazos no! -Aledis se separó de ella-. Te odio.
- Te quiero. -le sonrió Diana.
  Juntas bajaron hasta los pasillos de Hogwarts, donde una voz detuvo a Diana.
- ¿Pensabas irte sin despedirte de mí? -preguntó Will, con lágrimas en los ojos, mientras la rodeaba con sus brazos.
- Lo mejor para el final. -susurró abrazándolo-. Sé que te dije que estaría contigo en este curso Will, pero...
- Lo sé. -la abrazó más fuerte- Y no pasa nada. Estaré bien, y te escribiré siempre que pueda. -dijo, acarianciando su espalda despacio-. Te voy a echar de menos.
- Siempre puedes venir a visitarme. -en este punto, a Diana se le habían saltado las lagrimas-. Tendré que aguantarte otra vez.
- Amas aguntarme. -sonrió Will.
- Amo todo de ti. -susurró Diana.
- Y yo te amo a ti.
  Diana se separó despacio y le revolvió el pelo a su mejor amigo.
Una sensación extraña había empezado a crecer dentro de ella. Vio a todas las personas nombradas anteriormente paradas frente a la puerta, preparados para darle un último adiós.
Alguien le puso una mano en el hombro, haciendo que girara para encontrarse con Abba, y todos los Klett's detrás de ella. Habían decidido acompañarla a casa, donde podría joder cuanto quisiera a Gus.
- Vámonos. Es la hora.
Diana sonrió con tristeza a su hermana. Giró la cabeza levemente para ver juntas a todas las personas que le importaban. Le hubiera gustado acabar este curso con ellos, y quien sabe, trabajar un día juntos. Pero eso ya no sería posible, y es lo que de verdad le entristecía. Saber que solo seguiría en contacto con unas pocas de ellas, y que nunca más sabría de las demás.
  Se despidió con un gesto de mano silencioso, al que los demás respondieron. Y tras ello, su padre la rodeó por los hombres y juntos, fueron a la salida.
- Te mantendré al tanto de los cotilleos del castillo. -le dijo su padre.
Diana sonrió conforme, quería estar atenta a eso.
- Eso es ser buen padre.
Cada uno de ellos se montó en una escoba y juntos, se elevaron en el cielo.
- ¡Dididildo! -gritó Aiden, posicionándose a su lado.
- ¡Que no me llames así! -bufó-. ¿Qué quieres, mami Aiden?
- ¿Qué harás ahora que te vas?
Diana sonrió ante la pregunta, encogiéndose de hombros.
- ¿Qué harías tú si renunciaras a la magia, a este mundo, para siempre? -le preguntó ella.
Aiden se quedó unos segundos callado, pensando.
- Vivir. -respondió.
- Pues eso es lo que voy a hacer. -dijo segura.
Diana iba situada en el centro, con Gus y Aiden a un lado, y Abba a otro.
Le dolía despedirse de un sitio así. Un mundo que la ha convertido en quien es ahora, Diana Klett, la chica que siempre sonríe.
Al menos, este ha sido un año kul, pensó.

------------------------------------------------------
Nota de user/autora:

Pues con este último capítulo, me despido del rol, y de Diana Klett.
El rol -gracias Karou/C- ha sido un lugar en el que evadirse, donde pasárselo bien y en el que encontrar personas increíbles. Pero últimamente ya no es lo que era: nadie roleaba, no había unión entre las personas. Se estaba convirtiendo en algo de lo que había estado intentando huir: la realidad.
El rol se hizo como un mundo en el que, aunque hubiera bardo -porque siempre lo hay-, divertirse y ser feliz sin pensar en la realidad. Para huir, hacer amigos, cambiar, ser quien eres, etc. Pero ya no es así, desgraciadamente.
Recuerdo que antes, cuando llegué, todos eran amigos, se hacían viajes, fiestas todo el día... y eso era genial.

Un tema aparte, son las personas que escriben. Por nada del mundo, dejéis de escribir. No importa que tengáis pocos 'likes', que nadie comente, que nadie los critique, que os insulten. Si os gusta, hacedlo. Si os ayuda, hacedlo. Si la gente os insulta, evitar pisar la mierda que es su opinión. Escribid, porque las palabras son poderosas y valen mucho.
Y por favor, dejad de alagar a escritorEs que apenas valen nada y empezad a leer a escritorAs. No estoy diciendo que los chicos escriban mal -de hecho, no lo hacen la mayoría-. Solo pido que no os gusten más unos textos u otros por el sexo de quien lo haya escrito. No es tan difícil, ¿verdad?

Ha sido un placer conoceros.

PD: No he podido poner a todas las personas con las que he hablado/hecho amistad aquí. Son muchas, y he puesto a las últimas con las que he hablado. Lo siento si alguien se ha sentido "olvidado/a".

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 11, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Séptimo año en Hogwarts? Hagamos que sea kul. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora