Recordatorio

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La alarma del celular de Kyle se activó a las 6 de la mañana. El sonido fue tan fuerte que se escuchó en todo el departamento, por lo que despertó a Eric. Sin embargo, a este no le importó en lo absoluto y siguió durmiendo. El pelirrojo se despertó y se alarmó al notar que se había quedado dormido estudiando y no sabía si había terminado, pero ya era muy tarde para retomarlo.

— ¿De dónde salió esta frazada?— Se preguntó Kyle. Posteriormente ignoró el particular hecho y dejó la frazada doblada en su escritorio, quizá la necesite la próxima vez. Era un maniático del orden. Se dirigió luego a su cuarto para alistarse y allí se encontró con Cartman durmiendo plácidamente sobre su cama.

—  ¿Qué carajo haces aquí?— Preguntó molesto el judío.

—  Mierda, ¿otra vez con tus preguntas obvias?— El castaño dio un bostezo— ¿No ves que estoy durmiendo? Ahora vete a leer o algo así.— Se dio la vuelta para darle la espalda.

El pelirrojo se enfureció y lo empujó de la cama.— ¡Lárgate de aquí, debo alistarme!

— ¡Carajo, está bien!— Se levantó y fue por algo de comer.

Kyle se cambió y salió corriendo sin siquiera despedirse. Eric asumió que estaba apurado, por lo que no se quejó por su falta de modales. No obstante, sus labios no pudieron evitar soltar las siguientes tres palabras: Judío de mierda.

Preparó en la cocina un sandwich para sí mismo y otro para llevarle a su madre cuando la viera. Él trataba siempre de llevarle algo, pues sabía que ella lo estaba pasando muy mal; él era su único amigo y cualquier gesto, por más diminuto que sea, de su parte sería muy apreciado por ella. Eric por su lado también apreciaba lo que ella le daba, un claro ejemplo sería su querido sapo Clyde; sufrió mucho al perderlo a él y al resto de sus peluches. Utilizaba todo el tiempo la bufanda que su madre le había regalado recientemente y la cuidaba como un tesoro.

Al salir rumbo a prisión para visitar a su madre, Eric se encontró con Butters y Kenny. Al principio trataba de evitarlos pero el par de rubios se le acercaron para hablarle.

— Hola gordo, ¿cómo vas?— Preguntó un relajado Kenny.

— ¿Pues qué crees? Con los pies.— Respondió el castaño sin entusiasmo alguno. Butters se rió ante su comentario, pero Kenny solo respondió con una expresión de "Jódete, Eric" en su rostro.

— Bueno, culón. Butters tiene una noticia para darte.

— ¡Ingresé a la universidad!— Dio saltos de alegría— No he dormido bien en meses, ¡pero lo valió totalmente! Y todo gracias a Kenny.— El rubio, cuyas ojeras evidenciaban lo dicho, abrazó contento al otro rubio. El castaño, por su lado, no mostró emoción alguna.

— Alégrate o te rompo la nariz.— Amenazó Kenny.

— Oh. Felicidades, Butters. Te lanzaré huevos la próxima vez que te vea.*— Dijo Eric mientras le daba palmaditas en la espalda al ahora universitario Butters.— Bueno chicos, debo ir a visitar a mi mamá. Suerte.— Se sentía incómodo después de eso; sí, se sentía algo bien por Butters, pero a su vez se sentía mal consigo mismo; lo mismo que sintió cuando Stan anunció su partida: Desesperación porque todos triunfaban en la vida menos él. Solo quería alejarse de ellos lo antes posible.

Más tarde regresó a casa con unas galletas que le había preparado su madre en un taller de repostería que había llevado; estaban deliciosas como siempre, ya las extrañaba. Una vez allí, algo deprimido por lo que había sucedido con los rubios, se tiró al sofá y prendió la televisión. Para su suerte estaban pasando una maratón de la saga de Shrek, por lo que decidió verla para alegrarse un poco.

Horas después Kyle llegó a casa y lo primero que vio dentro fue a Eric, quien se había quedado dormido, con la televisión prendida que estaba transmitiendo la tercera de las películas del ogro verde. Verlo holgazanear le molestó, por lo que agarró un periódico y se lo lanzó en la cara para despertarlo. Cartman abrió los ojos y se encontró con un Kyle enojado mirándolo fijamente. En ese instante recordó la segunda regla que este le había dado: "Si no consigues trabajo en un mes, te vas". Pensó que eso quizá explicaría su enojo pero, ¿quién iba a saber? Kyle era 90% enojo.

— ¿Quieres una galleta?— Le acercó la bolsa con las galletas de su madre. Kyle apartó el brazo con el que Eric sostenía la bolsa y volvió a agarrar el periódico para lanzárselo de nuevo.

— Quiero que consigas un trabajo. No pienso mantenerte, ¿sabes? Recuerda que solo tienes un mes.

— Sí, como digas.— Rodó los ojos— Empezaré a buscar esta tarde.

— Más te vale, culón, porque si no te vas.— Se fue en dirección a su cuarto— Debo ir a trabajar en un rato.

Eric tomó el periódico y fue a la sección de empleos.

— Mierda, aburrido, aj, estúpido, pide mucho... ¿Actor porno? ¡No me jodan! ¿Es que no hay ningun empleo decente en este pueblo de mierda?— A Eric no le agradaba el hecho de tener que trabajar, por lo que rechazaba todas las opciones que se encontraba. Sin embargo, en la situación en la que se encontraba no podía darse el lujo de quejarse... ¿A quién engaño? Es Eric Cartman, él se queja siempre de todo. Lanzó el periódico a un lado y cruzó los brazos ignorándolo por completo. Segundos después lo miró y volvió, a regañadientes, a ver las sección de empleos.

*N/A: En mi país es costumbre lanzarle huevos a los que ingresan a la universidad. xD

 xD

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LimboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora