Limbo

Llamada grupal

Esa mañana Kyle fue, como el doctor le había indicado, a llevar a Cartman al hospital dos días después de que le hayan dado de alta para poder revisar sus piernas y ver así si podría andar o si debía seguir en reposo. Cuando se llevaron al castaño para hacerle unos ejercicios y revisarlo, Kyle se quedó sentado en una de las sillas del pasillo y, para calmar la espera, aprovechó en leer unos libros y así poder repasar para la prueba que daría en unas horas. Para su suerte, ese día no tenía clases en la mañana.

Entre páginas y páginas no había sentido el tiempo pasar. Le dio un pequeño susto cuando una enfermera llamó su nombre, pues lo había desviado bruscamente de su concentración. Guardó sus libros y cuadernos dentro de su mochila y siguió a la enfermera hacia la sala donde se encontraba el castaño.

    —  El daño no fue muy severo en tus piernas, pero aún así decidimos, al darte de alta, que entraras en reposo para que el proceso de curación fuera más eficaz. Hoy, después de estas pruebas, puedo decir que tus piernas están casi curadas. Puedes caminar, pero tendrás que hacerlo utilizando un bastón para darte soporte. Antes que ustedes vinieran contactamos al responsable del accidente y pudo comprarlo. —   dicho esto le entregó el susodicho al castaño.

   —  ¿Entonces ya no tendré que cargarlo? —  Preguntó Kyle con una sonrisa aliviada.

   —  No, señor Broflovski. El señor Cartman ya puede movilizarse por su cuenta.

Kyle estaba celebrando para sus adentros, pero no pudo ocultar una gran sonrisa de satisfacción. Ya que Heidi ya no podría ayudarlo, cargarlo por sí solo iba a ser una tortura como en el primer día.

  —  No celebres mucho, judío. — Le dijo Cartman con una mirada fulminante. Kyle siguió riendo.

Luego ambos se despidieron del doctor y de la enfermera para luego salir del hospital. Habiendo avanzado unas cuadras, Cartman se acomodó la bufanda amarilla que rodeaba su cuello, lo cual le recordó algo:

  —  ¡No he visitado a mi madre desde que me dieron de alta!

  —  No estamos muy lejos. Tú puedes ir para allá mientras que yo voy a casa para estudiar para mi prueba.

  —  Está bien, nerdo. Nos vemos. — Kyle rió ante el comentario del castaño para luego despedirse también.

Así, Cartman fue a visitar a su mamá quien, como siempre, se puso contenta al ver a su "calabacín", y aún más en ese momento que lo vio mucho mejor pudiendo caminar solo sin la necesidad de ser movilizado por alguien, pues ella sabía lo mucho que le incomodaba tener que depender de alguien. Hicieron lo de siempre: conversar, cantar, hacer juegos infantiles los cuales Eric, a pesar de tener ya 17 años, encontró divertidos como cuando tenía 8 años. Eso solo ocurría con su madre, con nadie más.

Estuvo un aproximado de dos horas con ella. Las visitas de su madre lo desconectaban del mundo y lo hacían olvidar su frustrante realidad de "nini". Llegó al departamento a la 1:30 de la tarde, la hora de almuerzo. Pensó en cocinar algo, pero luego recordó que no habían hecho las compras, por lo que no había con qué cocinar. Sintió su mundo derrumbarse al pensar que iba a morirse de hambre mientras esperaba que Kyle llegara hasta que, para suerte suya, encontró sobre la mesa un recipiente descartable que tenía KFC adentro. Dicho recipiente tenía pegado una nota escrita por Kyle que decía "No te asustes, gordo. No morirás de hambre." ¿Es que Kyle era adivino o qué? 

Mientras almorzaba, tomó su celular en busca de algo interesante. Las mismas tonterías de siempre. Abrió su lista de contactos y entre los pocos que estaban conectados encontró a Kenny. Hacía un tiempo que no hablaba con él.

"Hola pobre, ¿qué te cuentas?"

Al ver que el rubio tardaba en responder, minimizó la conversación y se puso a ver unos videos de "To be continued" en Youtube. A pesar de ser un meme viejo, seguía pareciéndole gracioso. Tiempo después, Kenny finalmente respondió.