Capítulo 11.

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Un mes después, todo cambio muy rápidamente, Abraham había dejado a Iris, pero igualmente se cerro en banda en querer comenzar otra relación y amar a alguien, sufrió mucho la última vez y le aterraba volver a pasarlo mal.

En cuanto a mi, cambie mi forma de ser, ya no era tan tímida ni tan insegura, decidí ser una persona diferente, alguien dispuesto a comerse el mundo.

Mis amigos siguieron siendo los mismos, pero también otros nuevos se unieron a la pandilla, como Lucía, una chica que conocí en una playa a la que fui de vacaciones.

Hoy era el cumpleaños de Aurora y le habíamos organizado una fiesta sorpresa, mi mayor deseo era que Abraham viniera y pudiera pasar un rato divertido con todos, pero lo veía algo difícil ya que últimamente esta encerrado en su propia burbuja.

—¿Está todo listo?  —Le dije a Lucía, comprobando el local que alquilamos.

—Creo que sí, las bebidas, la comida, los globos, la música... esta todo.

—Espero que le guste, diecisiete años no se cumplen todos los días.

—Seguro que sí, eres un amor Miranda, ojalá existiesen más personas como tú en el mundo.

—No es para tanto, simplemente es mi mejor amiga y haría lo que fuera por ella. —Dije con las mejillas sonrojadas.

Salimos de allí y fuimos juntas a su casa para prepararnos, la fiesta empezaba a las nueve y eran las ocho menos cuarto, teníamos que arreglarnos pronto.

De repente, el móvil de lucía vibro, era Abraham:

—Pon el manos libres. —Dijo Lucía.

—¿Abraham? 

—¿Miranda, eres tú? 

—Si, soy  yo, ¿pasa algo?

—Creo que no voy a ir a la fiesta, no es por nada en especial, pero no tengo mucho ánimo...   —Contesto desanimado, al otro lado de la línea.

—Sabes que ya hemos hablado de eso, quiero que salgas y disfrutes, no puedes estar encerrado siempre, mereces ser feliz, y sabes que haré lo que sea para que de nuevo tengas una sonrisa en la cara.

—Miranda, gracias por todo, pero...de verdad no me encuentro bien, me lo pensaré, en caso de que vaya volveré a llamaros.

—¡Anda Abraham no seas tonto y anímate!  —Exclamó Lucía, intentando convencerlo.

—Bueno, lo pensare, ya veremos, adiós chicas.

—¡Hasta luego! —Dijimos las dos a la vez.

A los segundos de colgar, lucía me dijo:

—Es increíble como esa chica le ha quitado toda su energía de golpe.

—Y tanto, pero yo no pienso dejarle así, ya se lo he dicho.

—¿Crees que Abraham vendrá?

—Totalmente. —Dije convencida.

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  Antes de nada quiero volver a agradecer a aquellas personas que estáis leyendo mi novela aunque no sepa quienes sois, pero el motivo de esta pequeña nota es que este capitulo va a estar dividido en dos partes, por lo que os dejo con la intriga sobre que pasara durante un rato, espero que lo disfrutéis tanto como yo cuando los escribo. ❤️




  


  










Dime que me amas. (Abraham Mateo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora