Capítulo 25

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Una noche tranquila de finales de julio, me encontraba sola en casa bastante aburrida escuchando música, hasta que el sonido de la puerta me desconcerto un poco, no sabía quien era, ya que mis padres tienen mis propias llaves y no hace falta que les abra.

Al abrir la puerta, me quede sorprendida con lo que vi.

—¿Abraham, que haces por aquí?

—¿Puedo pasar? —Dijo desorientado.

—Por supuesto, ¿pero que te pasa? estas algo raro.

Al acercarse a mi lo comprendi todo, estaba borracho, su ropa desprendía un olor a alcohol bastante fuerte.

—Necesito sentarme en algún sitio.

—Ven anda, te llevo al sofá.

Con cuidado, le guie hasta el sofá y se sentó.

—Siento molestarte a estas horas, pero no quiero que mi madre me vea así.

—No te preocupes, pero tienes mucha suerte de que este sola en casa, mis padres han salido.

En ese momento me miro pícaramente.

—¿Sola a estas horas?

—Claro, ¿que pasa?

—¿Segura que no hay ningún novio esperandote?

—Mira Abraham, deja de decir tonterías, como se nota que tienes la cabeza en otro sitio.

—Solo digo la verdad, es una lástima que una chica como tú no tenga a nadie.

Aproveche para sentarme a su lado, no se porque razón pero senti que esto se iba a poner interesante.

—¿Por qué dices eso?

—Porque es la verdad, Miranda, soy tu mejor amigo, pero tengo buena vista para reconocer a una chica tan bonita como tú.

—Vaya, muchas gracias, no se que decir...—Dije sonrojandome.

—No hace falta que digas nada, ¿sabes que estas preciosa cuando te sonrojas?

—¿Podrías hacer el favor de parar?

—¿Por qué?

—Pues...me pones nerviosa, ya está.

—Está bien, no te molesto más, pero, hazme un favor, acercate.

Le hice caso y me acerque un poco a él.

—¿Qué quieres?

—Un poco más.

Me acerque aún más, nuestras frentes ya estaban pegadas la una con la otra.

—¿Me vas a decir ya que quieres?

—¿Esto no te pone más nerviosa? —Soltó una carcajada y se mordió el labio, después miró los mios.

—Pues...yo...no.

—Que mentirosa.

—Mira Abraham, voy a por un vaso de agua, a ver si te despejas un poco, ¿vale?

Me aparte de él, pero a los segundos su mano agarró la mía y me puso encima suya.

Dime que me amas. (Abraham Mateo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora