Capítulo 23.

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Días más tarde aproveche para ir a casa de Abraham, intente ir aquel día, pero él no me contestaba, estaba muy enfadado conmigo y realmente tiene toda la razón, pero necesito que me perdone.

Llame a su puerta, oi pasos acercandose a ella y eso me puso muy nerviosa, segundos después, comprobe que efectivamente era el.

—Abraham...¿puedo hablar contigo?

—Pasa. —Dijo con un semblante serio.

—En primer lugar, aunque se que no sirve de nada, quiero pedirte disculpas, se que no me he portado como debería contigo y entiendo perfectamente tu enfado, pero no quiero perderte, eres mi mejor amigo y yo puedo cambiar de nuevo, solo dime que tengo que hacer para solucionar esto y lo haré.

—Tú misma lo sabes, creo que no es necesario que explique nada.

—A lo mejor querias alguna otra cosa, no se.

—Claro que quiero otra cosa.

—¿Y qué es?

—Un abrazo tuyo.

Le mire durante unos segundos y me acerque para abrazarlo, no sabía si era el mejor momento, pero sus palabras me enternecieron muchísimo.

—Abraham, perdoname de nuevo. —Dije abrazandolo con firmeza.

—Sabes que yo ya te he perdonado, pero por favor, no lo vuelvas a hacer más.

—Te prometo que no, te quiero.

—Y yo a ti, pequeña.

Al escuchar esa palabra salir de su boca mi corazón comenzó a latir con fuerza, él no lo sabía, pero estos gestos suyos me hacían confiar y creer que aún hay esperanzas, aunque me engañe a mi misma.

Dime que me amas. (Abraham Mateo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora