Capítulo 29.

531 45 25
                                    

Narra Miranda:

Después de desayunar, decidí ver un rato una serie en netflix a la que estaba engachada, se llamaba "Pequeñas Mentirosas" y estaba genial, lo mejor de todo es que tiene siete temporadas, por lo cual tengo para rato.

Mi madre siempre me decía que debía salir un poco, pero sinceramente con este calor no me apetecía nada, así que yo me quede en casa mientras mis padres fueron a comprar. De repente, escuche el timbre, supuse que sería alguien de visita.

  —Hola Miranda, siento aparecer aquí tan inesperadamente. —Dijo Abraham con una sonrisa nada más abrirle.

  —No te preocupes, pasa.

Cerré la puerta y nos dirigimos al salón, aquello me trajo recuerdos de hace unas horas antes.

  — Y bueno, ¿qué te trae por aquí?

  —Vaya, ¿no te hace ilusión verme o qué?  —Dijo haciendo un puchero a modo de broma.

  —Anda ya tonto, claro que sí, simplemente no me esperaba la visita. —Respondí dándole suavemente en el hombro.

  —Pues...venía a disculparme...

 —Sabes que no tienes porque Abraham, ya te lo he dicho por Whatsapp.

  —No me refiero solo a lo de venir aquí, que también obviamente, es por...

 —¿Por qué?   —Pregunté preocupada.

  —Por lo de ya sabes...lo de intentar besarte.

 —Oh...eso...espera, ¿quién te lo ha contado?

  —Aurora, he quedado con ella y los demás y lo ha soltado de repente, supongo que no lo me lo contaste por lo incómodo que resulto ser para ti, lo siento de verdad.

  En aquel instante unos sentimientos de rabia, tristeza y decepción llenaron mi ser, ¿cómo es posible que a Aurora se le vaya la lengua tan pronto? ¿No sabe mantener la boca cerrada?

  —Tranquilo, no te lo conté porque lo veía una tontería y ya está.  —Dije cortante.

  —Pues te veo un poco molesta...¿es conmigo?

 —No no, siento haberme puesto borde, tengo que hablar con Aurora, eso es todo.

  —Entiendo... —Dijo un poco avergonzado.

  —Bueno, dejando de lado este tema, que será lo mejor, ¿te apetece hacer algo? —Pregunté algo más animada, para cortar el hielo.

 —Lo que tú quieras, con esta calor no hay mucho que hacer, pero si quieres salir o algo...

  —Me refería aquí dentro, no pienses ni de coña que iba a salir a quemarme viva.

 —Ala ala, que exagerada.—Dijo Abraham entre risas.

  —Es la verdad, ahora que lo pienso, estaba viendo una serie justo cuando has llamado, ¿quieres verla conmigo?

 —Claro, ¿de qué trata?

Nos sentamos en el sofá y le hice un breve resumen de la serie, al principio me dijo que le parecía una serie cliché y aburrida pero en cuanto empezamos a ver los capítulos quedo tan pegado a la pantalla como yo.

 —¿Quién decía que era una serie cliché? —Dije sonriendo con autosuficiencia.

 —Oye no me eches en cara el pasado eh.

 —Pero si no ha pasado más de una hora de eso. 

Acabamos entre carcajadas, la verdad no podía ser más feliz ahora, hasta que recordé que tenía una charla pendiente con la que se supone que es mi mejor amiga.

  —Creo que voy a irme, se me hace tarde.  —Dijo despertandome de mis pensamientos.

  —Oh, sí, claro.

 Le acompañe hasta la puerta y nos despedimos con un abrazo.

  —Hasta luego Miranda, te hablo en cuanto pueda.

 —Esta bien, hablamos después.

  —Por cierto, se me olvidaba decirte algo.

  —¿El qué?

 —Que te quiero.  —Dijo besando mi mejilla.

Segundos después, se marcho dejandome con una sonrisa de tonta en la cara, con que ni siquiera pude contestarle.

 


  


 


Dime que me amas. (Abraham Mateo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora