Capítulo 18

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Faltaban un par de paradas hasta que yo bajara. Estaba apoyada con el brazo mirando por la ventana, las calles se veían pasar rápido, casi borrosas por la velocidad del bus. Sentía un impulso que me decía que quería llorar, pero no, la gente se me quedaría mirando pensando que estoy loca o algo parecido. No podía olvidarlo, más bien, no le podía olvidar a él, su beso... todo lo que miraba me recordaba a Ross. El beso que nos dimos apenas casi una hora, lo tendría que olvidar cueste lo que cueste. Y también lo de anoche, y lo del periódico que seguramente mis padres ya deben haber leído.
Ya solo faltaba una parada, estaba nerviosa. Mis padres no tienen ni la menor idea quienes son R5 y mucho menos quién es Ross, a mi madre algo le he contado sobre ellos, pero mi padre... mi padre es el que más miedo me da. No tengo ni la menor idea de cuál sería su reacción. ¿Se molestarían?, ¿estarían orgullosos de mi?, ¿se enfadarán porque se pensaran que estoy engañando a Kevin?... necesitaba hablar con Amanda, por desgracia no tenía ni móvil a mano, por eso también estoy yendo a casa de mis padres, para hablar sobre lo de anoche. Sentía que el bus iba más rápido de lo normal, seguramente eran por los nervios de hablar con mis padres. No tenía ni idea de la hora, miré  de reojo el teléfono de la chica que estaba sentada a mi lado. Las 10:57 ya casi una hora del beso con Ross.
Me tocaba bajar, me levante de mi sitio y me puse frente a la puerta. Se abrieron y salí del  bus, podía sentir como el aire de la mañana corría por mi rostro. La casa de mis padres no estaba lejos, estaba al final de esa misma calle. Empecé a caminar y tenía la sensación de que todo el mundo me miraba con cara de asco, como si hubiesen visto ese maldito periódico y me reconocieran como la roba novios. Por mi mente pasaba de todo, sentía una especie de entre miedo y tristeza. Quería arrinconarme en una pared y ponerme a llorar como si no hubiese un mañana. Pero no podía ser así, el mundo seguía, el no volver a ver al chico que vienes siguiendo de hace casi dos años y que encima te beso y te confesó su amor hacia ti, no quiere decir que era el fin. Mañana seguiría mi vida rutinaria, levantarme temprano para irme a estudiar, y volver a casa. Así de sosa es mi vida.
Estando frente a la casa de mis padres me tomé un suspiro antes de picar, me relaje un poco, deje que se me calmara la pulsación, y piqué.
A los pocos segundos contesta mi madre.

-¿Quién es?

-Mamá, soy yo.

Me abrió la puerta sin decir nada. ¿Estaría enfadada? Subí por el ascensor para poder tardar más y no sentir que el corazón se me iba a salir del miedo que sentía. Una vez ya llegué al piso correcto abrí la puerta y pico a la casa de mis padres. Me abre mi madre aún con la bata, me mira de arriba a abajo y me dice lo siguiente.

-Eres una sin vergüenza.

Me cogió de los pelos y me empujó hacia adentro de casa, cerró la puerta sin aún soltarme. Me arrastro hasta el salón y me tiro contra el sofá.
Me dolía la cabeza de tantos estirones que me había dado, nunca me había tratado así.

-Me puedes explicar que mierda es esta.

Tiró el periódico encima de una mesa baja que había en frente del sofá.
Me levanté del sofá para explicarle mejor lo que pasaba.

-Mamá, yo te puedo explicar todo de ver...

No me dejo terminan la frase y me pegó una cachetada, me dio tan fuerte que volví a caer al sofá y esta vez sentía que no me podría levantar otra vez.

-Me puedes decir que clase de puta eres para que te vayas besando con uno y otro.

-Yo no soy ninguna puta mamá, solo me he besado con uno y con nadie más.

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⏰ Última actualización: Dec 24, 2017 ⏰

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