Capítulo 9

17 7 3
                                    


No puedo moverme, me he quedado paralizada.

Es como si mi cuerpo perdiera el control con él.

Lo noté desde la fiesta, cuando me agarró. Noté la corriente eléctrica que recorrió mi cuerpo de arriba abajo y sé que él también lo notó. Cuando me dirigí hacia él aquel día, fingiendo que lo besaría, se quedó embobado. No tenía reacción. Sus ojos me miraban con atención, como si fuese un depredador vigilando a su presa. Su respiración se empezó a entrecortar, notaba su mirada en mis labios y como sus brazos involuntariamente iban hacia mí agarre, pero entonces fue cuando le pegué el bofetón. En ese momento solo sentía rabia, pero ahora analizando la situación desde otro punto de vista, joder... Es como si nuestros cuerpos se anhelaran.
Lo sé porque desde ese día siempre que le veo se me ponen los pelos de punta.

Entonces es cuando me doy cuenta de que no ha ido a por nada en su apartamento, solo ha entrado, me ha besado y se ha ido.

Por un lado lo quiero matar, joder, me tira a la piscina, me persigue con su coche a las dos de la mañana, me besa en el ascensor... No quiero saber qué es lo siguiente. ¿Me va a secuestrar y hacerme su esclava sexual?

Pero por otro lado, el beso fue tan intenso que cualquier sentimiento de rabia se esfuma al instante.
Me agarró de sorpresa. Su mano pasó hábilmente hacia la parte baja de mi espalda -demasiado baja diría yo- su otra mano en mi nuca. Me observó por una milésima de segundo con la respiración entrecortada y los ojos fijos en mis labios. Yo solo le empujaba un poco del brazo para que no se piense que me estaba gustando. Y entonces sus labios chocaron con los míos.

Tenía los labios humedecidos a la perfección, suaves pero a la vez hambrientos. Cuando nuestros labios chocaron yo solo abrí los ojos como platos y me quedé inmóvil.

Sentí su lengua rozar la mía ligeramente y yo pasé mi mano agarrándole de la nuca y correspondiendo su beso. Nuestras respiraciones estaban aceleradas y yo sentía una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo.

Entonces es cuando el ascensor cerró y él me empujó hacia fuera del mismo. Y aquí estoy, estática, con la respiración agitada, los labios inchados y una confusión mental del cojón.

Me odio a mí misma en este momento.¡ Joder Arae!, no deberías de haberle correspondido, es que ¡incluso le agarré de la nuca! Dios, ahora mismo debe de estar sintiéndose victorioso, habrá creído que soy una blandengue, que a la mínima que se acerca a mí me vuelvo loca. No es eso -o eso quiero creer-.

Dylan es muy atractivo, eso no se puede negar, su cuerpo tonificado a la medida, su pelo siempre despeinado, esa sonrisa que siempre lleva en la cara, sí, esa de lado junto con la mirada seductora con la capacidad de petrificar a cualquiera. Peeeero, es idiota. Tiene inteligencia suficiente para pasar el día y ya. Es odioso, se cree la última cereza de la tarta y que encuanto parpadee dos veces las mujeres estarán a sus pies. Ridículo.

- Tía, ¿Estás bien?- me pregunta Naomi tocándome el brazo. Me sobresalto y en seguida salgo de mi parálisis.

- Sí, claro, es solo que me he quedado embobada.-digo poniendo un mechón de pelo detrás de mi oreja y masajeando mi sien con los dedos. Tengo que contarselo a ellas, no puedo retener esto para mí.

Ambas ingresamos en el apartamento y Kelly está en el sofá viendo algo en su móvil. Entro y ayudo a Naomi con algunas bolsas que estaba cargando.
Nos sentamos a cenar una vez que ya tenemos todo preparado.

- Os tengo que contar algo.-digo mientras dejo mi tenedor sobre el plato y bebo un sorbo de agua. Las dos me miran con los ojos muy abiertos, saben que cuando digo esto no es por cualquier tontería.- Cuando venía aquí, me encontré a Dylan en el ascensor y puede que me haya besado...

The Last StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora