La Marca del Deseo ( una historia 100% GoChi)

Infierno y Paraiso

Lo que comenzo siendo un juego de seduccion, termino siendo algo mucho mas satisfactorio.
Goku se habia cansado de ser sólo un pervertido fisgón que se oculta en las sombras, sintiendo celos de las aguas del manantial que tenian el privilegio de envolver por completo a su esposa y acariciarla con cada gota que se desprendia cuando brinca de alegria.
Anhelaba ser quien bañase su cuerpo, ya no resistia tanta tentacion y cuando Chichi pronuncio su nombre cargado de tanto erotismo, decidió que era tiempo de actuar.
Cuando era un niño habia tenido muchas aventuras, se habia enfrentado a muchos enemigos y arriesgado su vida por los demás. Mientras fue creciendo fue perseverante en su objetivo de ser el guerrero más fuerte del planeta Tierra. Algunos de sus amigos ya lo llamaban un héroe por su valentia y por protegerlos de las amenazas.

Ahora era tiempo de arriesgarse por la mujer que habia expuesto su vida al combatir con otros luchadores que le doblaban en tamaño y peso en el Torneo de Artes Marciales, derrotandolos uno por uno con valentía y honor, con el fin de poder enfrentarlo por el olvido de su promesa cuando eran niños.
Chichi demostro ser una mujer impresionante, una mujer única y que despertó en él sentimientos profundos y un DESEO carnal desconocido.

Una mujer cuyo cuerpo era exultante, magestuoso, celestial, SI celestial, porque una belleza como la de ella, sólo seria comparable al de una Diosa, y él tenía el privilegio y la bendición de que esa Diosa era su esposa. Y ahora estaba llamandolo, pensando en él mientras se tocaba, eso queria decir que sentia la misma urgencia y desesperación de entregarse en cuerpo y alma.
Era su deber responder.¿No es deber de un marido complacer a su esposa?

En su interior había una volcan en erupción, ya era tiempo de vencer sus temores de hacerle daño y tomar lo que le pertenecia por derecho. Ella era suya, su esposa, era tiempo de que fuera Su Mujer, su compañera para toda la vida.
Casarse con ella fue la mejor promesa que hizo. No tenía más dudas.

Cuando reclamo su boca, no fue dulce, ni gentil. Habia una ferocidad a flor de piel, no sólo la besaba, la devoraba.
Su lengua invadió su boca con desenfreno, no dejando que respire. Él era su oxigeno.

Sus manos recorrian con desesperacion su cuerpo, apretaba y amasaba su delicada piel, mientras Chichi gemia en su boca. La sujetaba con extrema rudeza, como si tuviera terror a que se alejará de él. No lo permitiría!, estaba cegado y decidido hacer lo que tanto deseaba, nada ni nadie lo detendría ahora.
Si Chichi intentará huir la perseguiría como un cazador, como un lobo hambriento de carne fresca. Caliente, caliente, su cuerpo estaba caliente.
Por fin podia tocarla, sus manos se extendian por todos lados, no se detenian en ningun lugar, era como si estuviera buscando algo...

Cuando Goku por fin alcanzo su tesoro, Chichi se aferro a su marido como intentando salvar su vida, pues el guerrero se atrevió hacer algo que sólo en sus sueños se habia permitido imaginar.
Goku estaba acariciando su zona intima, podía sentir como la frotaba de arriba-abajo con sus dedos callosos, su rigurosidad fue incomoda al principio, pero pronto se calmo, ya que sus jugos internos secretados por su propia manipulación, permitian a los dedos de su amado resbalarse por su raja con mayor facilidad. Sus movimientos eran continúos, ritmicos y fuertes. Eran manos inexpertas, pero estaban logrando su propósito, enloquecer a la jovén esposa.
Guiado por su curiosidad y el goce de Chichi, escarbo aún más entre los pliegues carnosos de Chi y hundio un dedo en su interior, la reacción de Chi por la intromisión fue instantánea, se sobresaltó y gimio, Goku la beso con más fuerza, paso su lengua por su cuello y redoblo la apuesta, metiendo otro dedo en su interior.
Chichi estaba entrando en extasis, su marido la estaba masturbando lento, pero profundamente, quizo gemir, pero le faltaba la voz, en su lugar estiro la cabeza hacia atrás, abrio la boca aspirando y exhalando aire y comenzo a mover la cadera impulsando la pelvis en contra de sus dedos.