Llegamos a la muralla, allí esta Salam con sus hombres, a mí no me asusta lo más mínimo, es más, muchas veces reflexiono sobre cómo hacer para restaurar la paz en el reino.
-Vaya, la pequeña princesita ha decidido venir aquí en persona, muy valiente eres tú.
-Salam, esto no nos lleva a ninguna parte, dejemos esta inútil guerra, por favor.
-No hago tratos con princesitas que se creen superiores por sólo llevar una corona.
-¿Qué? ¿De verdad piensas eso de mí?
-De toda la realeza, si pensabas venir aquí viniendo de valiente para intentar negociar por la paz, mi respuesta es un no.
-No soy como dices tú, velo por mi pueblo y no me pienso permitir que una persona como tú hago algo contra ellos, el poder no se me ha subido ni se me subirá a la cabeza, que se te quede bien claro, Salam- le digo con desprecio y enfadada.
Salam me da la espalda y se dirige a su pequeña tropa.
-Retirada- a continuación me mira- esto no ha acabado aún.
Se marchan y el chico que vino conmigo se acerca a mí.
-Princesa, ¿estáis vos bien?
-Sí, iré a por mi caballo y me marcharé a palacio.
-Si me permitís decir, vos sois muy valiente y se nota que amais a vuestro pueblo.
-Muchas gracias, y siento si no querías venir conmigo, te arrastré conmigo.
-Oh no, princesa. Además, sé que en el fondo estabais muy nerviosa y necesitabais a alguien al lado.
-Miriam Vainilla Scarlett Alexandra, ¿Qué estabais haciendo en Ciudad Cristal?- pregunta mi tía cuando me ve.
-Pues... Fui a ver la ciudad, quería ver también los destrozos y ayudar en lo que pudiera.
-Scarlett, verás tengo que hablar contigo, vamos a la sala del trono.
Asiento y mientras vamos yendo voy pensando en cosas que me pudiera decir, espero que no se haya enterado de lo de Fabio.
Nos sentamos, ella en frente de mí, me coge las manos y me mira los ojos.
-Verás Scarlett, como ya sabes, yo no puedo gobernar en regencia, soy mayor y la hermana de tu difunto padre, además de que soy de otro reino. Debido a los ataques, la gente empieza a decir que... Necesitamos a una reina.
-¿Qué? ¿Por qué?- lo estoy asimilando aún.
-Una princesa no tiene tanto poderes como una reina, el pueblo lo necesita.
-¿No soy demasiado joven?
-Sí, pero estamos en una situación de emergencia, Scarlett. Horace te empezará a instruir a partir de mañana en política y asuntos exteriores.
-Bien, ¿cuándo me coronorán?
-Dentro de unos meses, cuando la preparación haya finalizado.
Asiento y salgo de la sala del trono, afuera están Gerard, María y Celia.
-A mi habitación, ya.
Todos me siguen y se sientan en mi cama.
-¿Qué te ha dicho?- pregunta impaciente mi gemela.
-Seré coronada reina.
-¿Qué?- preguntan a la vez.
-Así es, me ha dicho: Scarlett, tenemos que hablar, por el nombre que la tía siempre me llama, y me ha dicho que ella no podía gobernar por ser la hermana del rey difunto y por pertenecer a otro reino. Como el reino está en peligro por los constantes asedios de Salam, supongo que después me intentara casar.
-Vas a tener a todo un país en tus hombros y encima con 16 años- comenta María.
-17 tal vez, faltan meses aún, ahora empezarán a prepararme.
-Hermanita, sé que puedes. No han podido dejar el reino en mejores manos sinceramente.
Todos se abrazan a mí, para infudirme ánimos, lo necesito, estoy a muchísima presión ahora y no sé si podré con todo.
A la mañana siguiente, me despierto con sueño, no he pegado ojo pensando en todo.
Me pongo un vestido lila de encaje, me hago una trenza y bajo a desayunar.
Después del desayuno, Horace me espera en la biblioteca donde empiezan mis clases.
Damos hoy política y la Constitución, el comercio y asuntos exteriores los daremos mucho más adelante, dios mío que tostón tanta materia.
Lo peor de todo, es que a lo mejor no podré fugarme a Ciudad Cristal para ver a mi novio, que es mi refugio y consuelo en estos momentos tan duros que vivo últimamente, sobre todo si se trata del Tomlson.
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Decisión Y Destino
Fiksi RemajaEl reino de los Vientos necesita una reina, y es cuando la joven Miriam tiene que decidir entre su pueblo y el amor de su vida