Charlynch 5/6.

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Durante su paso entre toda la gente que se encontraba bailando animadamente o bebiendo cubrió con sus manos su barriga, hacía tanto frío que su suéter no le bastaba para darle calor que quería, su panza se notaba evidentemente incluso con lo anchó de su ropa.

Los primeros meses fueron difíciles, los mareos, el vómito y sus antojos pero después de los cuatro meses volvió a la normalidad.

Se despidió de su abdomen plano y su rutina de ejercio, pero era tan exagerado el volumen que tenía ahora en los siete meses.

Thomas apenas se atrevía a hablarle, no soportaba su traición y es que Ashley se sentía tan cómoda y felíz al saber que su hijo o hija no iba a compartir sangre con la persona que no amaba.

Pero... ¿De quién era? Si sus cuentas y su memoria no fallaba con las únicas personas que se había acostado a lo largo de su vida fue Thomas y claramente Rebecca.

Los dos era imposible que sucediera. Tal vez el espíritu santo o algo por el estilo la eligieron para criar al próximo Jesucristo de la nueva era, no sé, ahora todo es posible.

Bufó complemente molesta sintiendo como alguien la empujaba levemente, eran altas horas de la noche y su condición no la ayudaba mucho a buscar a la única responsable de desgracia.

Rebecca.

Estaba sentada en la barra bebiendo trago tras otro, como si de agua se tratase.

— ¡Elizabeth! — Chilló alegremente cuando sintió la presencia de la mayor al lado. Sus ojos brillaban y su sonrisa se agrando. — ¿Por qué no tomas uno? — Invitó observándola y deteniendo su vista en su paza, los rumores eran ciertos y vaya que era grande.

— No gracias. — Respondió Ashley masajeando su estómago, con la simple mirada de Rebecca encima sentía que las mariposas volvían. — ¿Desde cuando estás aquí?

— Hace dos meses volví. — La irlandesa decidió bromear un poco con su situación, después de todo seguía perdidamente enamorada de Ashley embarazada o no. — Deberías bajarle a los tacos.

Ambas rieron, sabiendo lo estúpida que ponían las bebidas alcohólicas a la pelinaranja.

— ¿Por que no me llamaste? Estaba preocupada por ti. — Movía sus dedos nerviosamente y es que extrañaba tanto la presencia de la menor, su fragancia y todo lo que conformaba.

— ¿Para? — Lanzó secamente terminando su último trago, recordando así las tantas veces que llamo a la casa de Ashley para oír a su esposo después de acostarse con ella. ¡Claro que dolía! ¡No era un puto robot!

Entonces entre medio del silencio incómodo, unas intensas ganas de vomitar se hicieron presente.

¿Por? Aún no entendía.

— Vamos, se hace tarde y no quiero dejarte. — Rebecca rodó los ojos, Ashley parecía su madre en vez de su amiga. Pagó la cuenta y se despidió de la mesera canadiense, esto no paso desapercibido por la rubia que inevitable se cruzo de brazos.

Ashley se encargo de conducir el auto de Rebecca y llevarla sanamente a su departamento.

— Gracias, aunque hubiera preferido seguir tomando pero bueno. — Dijo la irlandesa tropezando al bajar del carro. Una targeta cayó en su rostro.

— A las once en el consultorio nueve. — Citó Ashley, Rebecca la miro confusa para después leer el papel, una dirección.

Pero antes de decir alguna palabra, Ashley arrancó el automóvil.

[...]

Su nerviosismo iba en aumento cada vez que las manecillas del reloj se movía, había llegado tan puntual como siempre pero ni en sus luces Ashley.

E incluso había traído unos panqueques que tanto le facinaban a su rubia.

La resaca era terrible pero la paciencia era peor.

— Lo lamento tanto. — Se disculpó Ashley en cuanto llegó al consultorio, Rebecca estaba acostada en la sala de espera y prácticamente saltó al oír la voz de Elizabeth.

Entregó la bolsa de panqueques y pudo notar demasiado maquillaje adornar las mejllas de Ashley. Frunció sus labios pero no quiso preguntar, aún era doloroso recordar a Elizabeth en la escuela.

La pareja entró al consultorio sin decir ninguna palabra.

— ¡Hola! — Saludó animadamente la misma señora que la atendió el primer día. — ¿Encontraste al padre? — Ashley soltó un bufido, ¿Con que atrevimiento? Rebecca en cambio casi se atora con el panqueque.

— ¿Cómo? ¿No es de Thomas? Qué zorra. — Burló la irlandesa tomando aire de nuevo.

— ¡Calla! — Gritó Ashley y la sonrisa de Rebecca se borró de su rostro. Un leve sonrojo se observaba en las mejillas de Elizabeth y ni siquiera mil capas de maquillaje podrían ocultarlo. — Vine por la ecografía.

Era la segunda ocasión que venía, ya que su mamá se encargo de darle consejos y asegurarse del proceso de gestación.

— Claro, puedes acostarte aquí. — Señaló la camilla que se encontraba al lado de su escritorio.

La irlandesa miraba atentamente comiendo su tercer panqueque, odiaba tanto el sabor pero su antojo era tremendo.

Ashley se recargó en la camilla y la enfermera movió ecógrafo para la vista de todos en el cuerto.

La rubia deslizó su blusa dejando al descubierto su barriga. Rebecca sonría del otro lado.

— Puedes.. — Incitó a la irlandesa a tomar lugar al lado de la rubia, terminando su quinto panqueque se posición junto a Elizabeth, sintió como su mano era jalada por la rubia para poder entrelazar.

Unas lágrimas casi se le escapan al sentir el gel frío golpear su panzaba tibia.

— Vamos a ver... — comenzó la castaña mientras pasaba transductor por todo el estómago de Ashley.

Becca apretaba con fuerzas la mano de Ashley, mirando fijamente la pantalla... Era ella o el bebé tenía dos cabezas.

— ¡Oh, dios mío!

Ashley la miraba confundida, no podía mirar gracias a un calambre en su cuello.

— Felicidades, señora. Son gemelas. — Confirmó la enfermera con una enorme sonrisa.

La irlandesa se desvaneció casi al instante y Ashley quedó estática.

N/A.

una disculpa por no haber subido capítulos, se que no les importa pero es que ya ando valiendo vrg en el instituto.



Complicated (WWE WOMEN'S) |AU|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora