BAYMELLA 6/6.

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Pamela movía violentamente sus manos para de alguna manera atraer al pequeño osito que flotaba en el agua hacia ella, al ver como este se atoraba en la esquina de la tina gruño fuertemente atrayendo la atención de Leah y sacándola de sus pensamientos.

La rubia rápidamente le paso el muñequito y una enorme sonrisa se formó en los labios de Pamela que hundía de nueva cuenta al juguete de goma.

– ­Es momento de ir a la cama, Bay. – Murmuro con suavidad tratando de no asustar a la menor, quien formaba un sombrero con la espuma del shampoo, Leah la miraba atentamente.

Jamás en su vida pensó en ver aquella faceta de Pamela Martínez pero al tenerla tan inocente e indefensa –mucho más de lo que ya era – se volvía a enamorar profundamente de la menor y aunque las preguntas la estuvieran consumiendo prefería guardar silencio y no agobiar a su novia.

– ¡Pero aún no he terminado! – Resoplo con molestia, su segundo lugar preferido en el departamento, apenas acabo de recordar pero ¿y el primero?

– ¿No tienes hambre, acaso? – Al oír aquello la mente de Bayley navego en su largo trayecto de la casa de una desconocía hacia la de su salvación, su estómago no paraba de rugir en la estación de trenes pero lo había olvidado por completo al admirar a Leah en la entrada, y luego con el baño cálido de espumas. – He hecho unos ricos Hotcakes que se que te van a encantar.

La castaña no necesito de más y se incorporó de la tina regando un poco de agua en la alfombra del piso, Leah rio en sus adentros, esa era su Bayley.

Colgó una toalla en el cuello de la menor y se encargó de enrollarla con las demás restantes. Pamela le dio un beso en la mejilla que la dejo en las nubes mientras se echaba a correr hacia la habitación donde la esperaba una pijama para cambiarse.

La rubia se dedicó a limpiar la mesa y acomodar velozmente los platos para su acompañante, olvidándose del desastre que quedo en el baño, lo primordial era Pamela y nadie más que ella.

En cambio, la castaña permanecía mirando el ventanal de la habitación, las palmeras estaban quietas y la lluvia había disminuido, sonrió, era inevitable no hacerlo, amaba hacerlo. Su pijama estaba adornada con pequeños ositos, le agradaba verlos.

Tallo su sien, ahora con el frio dolía más.

"– Es mi hija y puedo hacer lo que quiera con ella. "

Pequeños fragmentos de lo que había ocurrido la atormentaban, aunque quería saber más, su mente no se lo permitía o ella tal vez no quería saberlo.

– ¡Bayley! – Grito Leah sacándola de su trance, ¿Bayley? ¿No era Pamela? Frunció el ceño, ni siquiera recordaba quien era y eso la ponía de malas. Salió tropezando al sentir el aroma del chocolate llenar sus fosas nasales, su favorito.

¿Comer? Pamela DEBORO todo lo que Carmella puso en su plato e incluso bufo al ver al quinto hotcakes quemado pero sin embargo se lo llevo a la boca.

Leah no podía despegar sus ojos de la castaña, había omitido el gran apetito que caracterizaba a su novia y se ruborizo al recordar cuanto comía después de una gran noche para según ella "recuperar fuerzas".

¡No! Se detuvo mentalmente al verse tan malditamente pervertida en una situación tan delicada pero Bayley no ayudaba demasiado al batallar con su propio tenedor.

Libero un bostezo, la semana había sido pesada pero este día no se esperaba tantas sorpresas por parte de su pequeña traviesa.

[...]

Dormir a Pamela fue relativamente fácil, solo basto con darle dos mantas para que pudiera taparse y hacer que cayera en un profundo sueño a los dos segundos, dormir con ella fue lo más difícil de hacer, no paraba de murmurar en sus sueños y gritar, Leah tuvo que despertarlas en varias ocasiones para calmarla.

Complicated (WWE WOMEN'S) |AU|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora