Capítulo 1.

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—¿Cómo está? —preguntó Mino, poniéndose de pie estrepitosamente cuando vio a su tío Josh, cruzar el umbral de la cocina.

—Tuve que sedarla —respondió el pelinegro, suspirando a medida que tomaba asiento en uno de los taburetes de la pequeña isla —. Supongo que fue un poco difícil para ella, el verte precisamente a ti. Para ____, el tiempo se detuvo hace once años. Tú apenas eras un niño. Despertar y encontrarse a un adolescente debió ser un duro golpe.

Mino asintió, frunciendo su ceño para evitar mostrar su tristeza. Después de tanto tiempo, pensó que al fin podría abrazar a su madre y ser correspondido, sin embargo, el pánico que vio en su mirada cuando supo que era él, su hijo, la alteró tanto que pensó que volvería a perderla.

—Tranquilo campeón —habló Vernon, dejando a un lado la portátil que ocupaba —, tu madre es una luchadora de las mejores. Solo debes darle un poco de tiempo para que lo asimile. Acaba de despertar, así que es normal que haya reaccionado así. Incluso yo dudo de que hora o día es luego de una siesta.

Jeonghan soltó una carcajada mientras fregaba la losa del desayuno.

—Recuerdo cuando saliste corriendo de tu cuarto gritando: ¡Llego tarde al relevo! Aún me pregunto qué estabas soñando aquel día.

—No molestes —bufó el rubio y revolvió sus propios cabellos, claramente avergonzado.

Mientras todos reían, no fue hasta ese instante, que el menor de la casa se dio cuenta que faltaba alguien allí.

—¿Y el tío JR?

—Con _____ —respondió Joshua, regalándole una pequeña sonrisa —. Solo le di una dosis mínima para que se calmara, pero no está dormida. Supongo que JR quería hacerle compañía.

Mino asintió y pronto se puso de pie. No pensaba irrumpir en la habitación, solo quería estar cerca de su madre, aunque sea de lejos. Irónico, lo sabía.



JR secó otra de las tantas lágrimas de la rubia cuando ella pestañeó, provocando que otras cayeran. Ahora ya se encontraba más calmada. Apenas podía mover sus labios con torpeza, así que no estaba segura de poder hablar, pero quería hacerlo. Se sentía tan desconcertada, quería hacer un millón de preguntas y a la vez, temía a las respuestas.

—Han pasado once años desde aquella noche —comenzó a hablar el moreno, apretando la mano de la mujer para tratar de transmitirle calma —. La explosión te alcanzó. Por un tiempo estuviste en un hospital de El Cairo, pero Jin nos encontró y quiso secuestrarte. Así que, en contra de los médicos, te trajimos aquí. Joshua se encargó de tu salud y monitoreo constante, mientras que el resto nos aseguramos de convertir la casa en una fortaleza. Te puedo asegurar que está armada hasta las flores del jardín —bromeó un poco.

_____ movió apenas sus dedos y otra lágrima cayó. JR sabía lo que ella buscaba comprender.

—El joven que viste es tu hijo, _____. Es Mino, tiene dieciséis años y sí, lo sabe todo. De ti, de mí, de todos nosotros, del clan Yenaid y el Mikage... todo —secó otras lágrimas cuando vio el puro dolor reflejado en sus orbes color cielo —. No tienes que sentirte mal por el tiempo perdido. Ahora tienes que ser fuerte y recuperarte por él. Te extrañó mucho, pero también creció siendo una increíble persona; cuidándote y hablándote cada día, esperando a este momento. No sabes lo orgullosos que siempre nos hizo sentir. Aunque no se lo diga, yo en especial le estoy eternamente agradecido por no juzgar mi pasado. Por no juzgar al hombre que fui y por dejarme ser parte de su vida. Ese niño me enseñó que todos podemos cambiar. En verdad es increíble. ¿Sabes?...

Por ti (Nu'est) -4° Parte-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora