Parte 2

557 37 1
                                    

Hoy me levanté muy temprano, quise aprovechar cada minuto del día.  Aunque siempre haga sol.

Si me dieran a elegir entre la luz o la oscuridad, personalmente elegiría la mitad del año donde el sol no asoma por la isla.

Pero no haría eso.

Se que ha Mafuyu no le gusta jugar a oscuras. Y verla ahora tan feliz y corriendo de un lado para otro me alegra.

Mientras ella esté bien, yo también lo estaré.
Por eso prefiero entonces la etapa de Siralos. Es como llamamos a la mitad del año donde no se avista a la luna.


En el medio día fuimos a comer junto a Peraco a la Costa Iceberg.
Aunque no exactamente fue una comida.

Los hermanos de Peraco corretearon por todos lados junto a Mafuyu. Jugando sobre un hielo resbaladizo del que se divertían al caer.

Eso nos dio a Peraco y a mí tiempo para hablar.

La vi preocupada entonces. Apenada más bien.
Me contó sobre sus familiares, sus padres que se alejaron ya hace tanto.

Es normal tener miedo...., preocupación.

Aunque si era extraño.

Aquí todos perdimos a nuestro padres, o jamás los vimos.  Aunque también hay gente que simplemente no habla del tema y no se sabe que ocurrió.

Es más preferible así. Sinceramente, no tengo confianza en que vuelvan.

¿Pero que le iba a decir a Peraco?

Obviamente como amiga debía apoyarla, animarla y estar a su lado diciendo que todo irá bien.

Cuando terminamos la comida de deliciosos pescados, Mafuyu cayó rendida en el sueño y cargué con ella por toda la Isla.

En camino al Iglú, me encontré con Suno.
Quien me encomendó en hablar con Rock sobre algún tema.

Sinceramente no me entraron buenas sensaciones al saberlo. Un pingüino solitario y gruñón, un estúpido cascarrabias que no se relacionaba con nadie.

En parte me recordaba al idiota de Shirogane.

Pero sería otro día. Mafuyu estaba demasiado cansada y debía protegerla mientras durmiese.

Ya habrá tiempo para descansar otro año.

-Rocma

Las páginas perdidas de RocmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora