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LOS BARROW 

Los chicos mayores han salido a pescar. Ahora están volviendo a casa, con la captura dentro de un barril que encontraron en el vertedero del pueblo más cercano. Si los Barrow tienen un lema es que no todo lo que está en el basurero es basura. Muchos dirían que llevan el término «reutilizar» hasta extremos insospechados. Algunos de los países escandinavos los nombrarían los reyes del mundo verde. 

El día de pesca ha sido duro pero ha tenido su recompensa. Los tres están orgullosos de la captura de grandes salmones que alimentarán a toda la familia (incluso durante varios días). Sus estómagos están deseando por ser llenados con tal delicia, sin embargo, tendrán que esperar un poco más. 

-¿Veis eso? -señala Matt, el hijo mayor de la familia. Tiene treinta y dos años, aunque el espíritu de Peter Pan no ha conseguido abandonarle todavía. Cosa que a veces saca de quicio a la familia. Lleva el pelo corto y muy rizado, tiene una cara de lo más amigable y una sonrisa divertidísima. 

Los otros dos chicos, ya considerados en realidad hombres, desvían la mirada hacia el lugar que Matt señala en el agua. La bahía está en calma pero el agua está helada. Si cayesen de la lancha morirían en diez minutos dentro de las tranquilas aguas. 

No ven muy bien lo que es desde esa distancia. Bam, el hermano que sigue a Matt en edad, discute durante unos segundos con este. Bam es el más racional y serio de la familia. Hace lo que hay que hacer sin desviarse del plan aunque encuentre un diamante por el camino. Bam lleva el pelo largo, a lo rockero o... heavy metal o algún tipo de música de ese estilo. También tiene gafas, ojos saltones y una cara más bien alargada. Parece mayor que Matt en todos los aspectos. 

Al final, terminan haciendo lo que Matt propone. Ir a ver qué es ese objeto que flota en el agua. Bam navega la lancha hasta el lugar y casi chocan con el objeto. Matt aprecia en seguida que no es de gran tamaño y, después, identifica el objeto flotante. 

-Es una maleta -señala Matt confundido. 

Los tres jóvenes se preguntan en sus cabezas cómo demonios ha llegado una maleta de cabina hasta la remota bahía de su isla en Alaska. La primera opción que proponen todos en voz alta es la de que se ha caído de un barco y la marea la ha arrastrado hacia allí. Nunca antes ha pasado algo así, pero siempre hay una primera vez... 

Matt sube la maleta a la lancha (bajo la atenta mirada de Bam, a quien le gusta criticar todo lo que su hermano mayor hace). 

-La abriremos en casa -advierte Bam, clavando su mirada en un ansioso Matt que no sabe dónde esconder sus manos para mantenerlas alejadas del cierre de la maleta. 

Minutos después, Matt, quien tiene mucha mejor vista que nadie (a parte de que va en la proa) detecta lo que parecen ser más restos. Es muy extraño que se hayan caído tantos objetos de un barco y que ahora estén desperdigados por su orilla, ¿verdad? Es decir, ¿cuántas maletas puede perder un barco a la vez? Pero... esto parece más un montón de basura amontonada junta que una maleta perfectamente rectangular y cerrada. 

Cuanto más se acercan a la orilla más tensos están. 

-No parece otra maleta -suelta finalmente Matt, que no es capaz de morderse la lengua y estar en silencio hasta que descubran lo que es. 

-¿Eso es una persona? -pregunta Gabe mientras entrecierra los ojos y trata de ignorar el reflejo del sol sobre la nieve que hay sobre las rocas de la orilla. 

Todos permanecen en silencio mientras saltan de la lancha al agua helada. Gabe y Matt echan a correr nada más tocar tierra "firme", dejando a Bam con la responsabilidad de hacerse cargo de la lancha y la maleta. 

FRÍO COMO EL HIELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora