Hermosa compañía.

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                                                                                    NARRA MARIO 

Los pocos días que faltaban habían trascurrido más rápido de lo que los esperaba y no muy consciente del tiempo ya me encontraba afuera del domicilio de mi novia. Me bajé del carro y me asegure de que mi traje estuviera bien acomodado, no importa las veces que viniera por Aury a su puerta, siempre me ponía nervioso.

Toque el timbre y Cody me abrió. Salude a mi pequeño cuñado, a sus padres de mi novia y como siempre Aury aún no bajaba. 

- ¡Aury! ¡Ya llego Mario, mi vida!. - Grito su madre.

Le regale una rosa a su mamá mientras bajaba. 

- Sientate Mario, seguro no tarda, ya la conoces.- Dijo su padre señalandome el sofa. 

- Aquí estoy bien, gracias.- Me reserve.

- ¿Y cómo ha ido todo?.- Pregunto su madre tan adorable como su hija. 

- Bueno... en realidad....- Olvide la idea de lo que decía. Salio a mi vista y pude jurar qué era lo más hermoso que habían visto mis ojos, no pude evitar recorrerla con la mirada, de pies a cabeza, su cabello perfectamente acomodado qué rozaba su perfecta cintura, sus piernas tonificadas y relucientes bajo aquel vestido, de la parte de enfrente dejaba a la vista más parte de sus piernas, de atrás el vestido cubría hasta sus tacones, sus hombros al descubierto al igual que su cuello sí no fuera por esa pequeña y estorbosa cinta que le quitaba vista a su cuello perfecto, sus labios pintados delicadamente, gruesos y deseables, sus pómulos elevados por esa sonrisa hermosa, sus ojos grandes y maquillados qué me devolvían la mirada. Inconscientemente sonreí como un tonto, babeando por esa chica. 

Bajo los escalones y me saludo, no podía coordinar, era el chico más afortunado de la tierra, como pude le di el ramo de rosas qué llevaba, me abrazo y su perfume me dio la bienvenida, sus brazos desnudos a no ser por la pulsera de diamantes rozaron mi cuello y quise morir, habría sido una buena muerte.

- Mi cielo, te ves hermosa.- Dijo su padre orgulloso. 

- Bueno, cuando te bañas, cambias.- Dijo Cody riendo. Todos nos reímos. 

Aury se despidió de su familia y le di mi brazo para llevarla al auto, no le había dicho ningún cumplido, y me sentí apenado pero es que ninguna palabra que conocía le llegaba, era perfecta. Me dio miedo sentir tanto, la deseaba de mil maneras diferentes y a veces sentía que ella no sentía con la misma intensidad o es solo que inconscientemente estaba nervioso por lo que nos esperaba.

No había hecho esto ninguna otra vez, y aunque estaba seguro de querer presumir a mi novia a todos los medios, no sabia como lo tomaría. Cecilia se había aprovechado de eso, y sé que comparar a Aury con ella era un insulto, pero de cierta manera también la quería. 

La miré. Ella no dejaba de sonreír, y me perdí en eso. 

- ¿Estás bien?.- Preguntó risueña.

- Solo tengo una muy hermosa compañía.- Dije besando su mano. 


"A través de tus ojos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora