Felicidad.

12 1 1
                                    

- ¿Soy patética verdad?. - Pregunte riendo. 

Estaba haciendo un drama, Cecilia lo había logrado, debía jugar mejor mis cartas. 

- Eres hermosa, eso sí. - Dijo Mario besando mis labios. 

-Por favor disculpame. - Dije apoyando mi cabeza en su hombro, comenzó a balancearnos de un lado a otro mientras bailabamos lentamente al ritmo de la canción "Happiness" , sonreí y lo mire a los ojos, sus bonitas pupilas me abrieron la puerta al mejor de mis sueños, a través de sus ojos nos podía ver amándonos el uno al otro, sin medidas. 

Volví a tocar sus labios y suavemente me deje llevar, besé parte de su pómulo hasta llegar a su cuello, olía increíblemente bien, deje un rastro de pequeños besos, Mario nos recargo en el balcón y reclamo mis labios con más fuerza, era un beso pasional, sentí su fuerza al tomarlo de los brazos tonificados, jamás un beso me había echo suspirar, el beso subió de nivel y ahora quien besaba mi cuello era él. 

- Sí no frenas ahora, no podré detenerme. - Dijo Mario jadeando. 

- Vamos a casa. - Respondí mientras volvía a besarlo.

En menos de cinco minutos estábamos fuera, subimos al auto como sí lleváramos prisa, y tal vez realmente la llevábamos. 

Me sentía nerviosa pero también segura de mi decisión. 

Cuando llegamos a su departamento, cerro la puerta y mi cuerpo tembló de una forma inusual, me abrazó por la cintura y susurro en mi oído.

- No tenemos por que hacerlo...¿Lo sabes?.- Preguntó tranquilo. Su corazón palpitaba pegado a mi espalda y eso solo me enloqueció.

- Quiero.- Respondí en un susurro. Comenzó a desglosar besos por mi cuello y el sentimiento era tan hermoso que bien podría llorar de alegría. Cerré mis ojos y sentí sus manos jugar con mi cintura mientras me giraba...

- ¿Estás segura?.- Pregunto sonriendo. Lo besé con todo lo que tenía y eso fue mi respuesta y el inicio de una de las mejores noches de mi vida. 

****************************************************

Desperté y mire a mi alrededor, me espante al no reconocer el lugar, sentí un brazo alrededor mio y el cuerpo de alguien en mi costado, abrí más los ojos y mire a Mario a mi alrededor, sonreí y me acerqué a besar su cabeza qué descansaba en mi hombro, intente safarme pero Mario me estaba abrazando muy fuerte, las cortinas a pesar de ser oscuras traspasaba la luz del sol, después de mil intentos logre escapar de su cuerpo, rápidamente me coloque la camisa de Mario sobre mi ropa interior. Junte mi cabello y con un lápiz que encontré en la mesita de noche lo até. Fuí en busca de mi bolso dónde encontré lo que estaba buscando.

Prendí mi celular y marcaba las 8:50 me tape la boca, mis padres estarían preocupados.

Sin pensarlo dos veces, marque a mi salvación. 

- Buenos días Aury. - Dijo Nat del otro lado de la línea. 

- Hola... Necesito de tu ayuda. - Dije mordiendo mi uña. 

- Venga. - Contestó Nat. 

- Necesito que les digas a mis padres que estoy contigo ¿OK?. El plan es que dormí en tu casa por que olvide mis llaves y no quería molestarlos. Tienes que hacer eso por mi. - Rogué.

 - ¿En dónde estás?. - Pregunto más que despierta.

Sonreí y Nat saco sus propias conclusiones. 

- Vaya van por buen camino. - Dijo Natalia riendo. 

- Te veo en plaza en una hora ¿esta bien?. - Pregunté. 

- Dale, te veo ahí. Te amo. - Contesté. 

- Solo hay una condición... Me tienes que contar todo. - Dijo inquisitiva.

 - No le pierdes. Esta bien. - Colgué.

****

Estaba terminando de dar de comer a Lana y a Queen mientras nuestro desayuno se enfriaba un poco.

 - Lindas piernas. - Dijo Mario sentándose del otro lado de la barra.

Inmediatamente sentí que me sonroje, me voltee y sonreí. 

- Buenos días para ti también. - Dije sacando unos platos del estante de arriba, la camisa de Mario apenas me cubría y sin voltear pude sentir su mirada. 

- Han sido mejores noches. - Contesto con un tono muy seductor, ¿o será su voz matutina qué sonaba sexy? No sabía. Me volví a poner roja.

Mario se río y rodeo la barra para estar a mi lado. Me beso sin previo aviso y yo respondí a sus labios, a penas llevaba una bermuda y su pecho desnudo fue tentador. Su beso era exigente pero también Mario era un gran besador. 

Me aparte. 

- Hora de desayunar. - Dije sin más. 

- Tengo una mejor idea para el desayuno. - Contestó pícaro. 

-¡DEJA DE HACER ESO!. - chillé entre risas y sus pequeños besos.

Mario comenzó a reír y me abrazó. Beso mi frente y me ayudó a servir los hotcakes qué preparé. 

Nos sentamos en la mesa y desayunamos tranquilos, hablamos de varios temas. Lavamos los trastes y entre eso nos empujabamos o nos lanzabamos agua juguetonamente. Cuando terminamos seque mis manos y le lance la toalla.

 -Me tengo que ir. ¿Me llevas a plaza?. - Dije a Mario. Explicándole mi plan. 

- Perdón, no quería falta el respeto a tus valores. - Dijo Mario.

 - ¡Hey! Fue decisión de ambos, así que no paso nada. - Dije besando sus labios. 

- Pues qué pase ¿no?. - Dijo risueño. 

- ¡CONTIGO NO SE PUEDE!. - Explote en risas.

Me dirigí al cuarto de mi novio, me cambie y cuando baje Mario me estaba esperando. 

- Ten, no lo abras hasta el viernes por favor. - Dijo serio, dándome un sobre.

 - ¿Esta bien?. - Respondí. Se puso una camisa y salimos en marcha.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 28, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

"A través de tus ojos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora