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Micaela.

Observe por los dos lados y salí de la casa rápidamente, no quería toparme de nuevo con mi padre.
Me había golpeado, otra vez, simplemente porque no había cerveza.

Tuve que maquillarme para cubrirlos un poco, funcionó.

Estando por los casilleros golpeo el casillero mio.

— ¿Porque me haces sufrir Andrés y no te largas de una vez? — Susurré.

Los malditos cólicos me traía loca y era fatal venir en estas condiciones pero no quería estar en casa.

Los malditos cólicos me traía loca y era fatal venir en estas condiciones pero no quería estar en casa.

Ya en la salida mire hacia mi casillero, estaba una nota por debajo como siempre las deja Ramiro.

La tome y cuando termine de leerla, mis mejillas se tornaron de rojizo.

¡Me oyó! Dios la vergüenza se consumió en mi y mire mis alrededores, Ramiro me observaba burlón.

Me acerque a el aprovechando que no estaba con sus amigos.

— Andrés el que te viene cada mes.

Y me fui.

Simplemente le quería aclarar  que no engañaba a mi novio.

"Hey Micaela"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora