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Maratón 3/3

— No hagas eso — digo dolida.

— ¿Estas loca? ¿por qué me golpeas?

  — ¿Que? ¿creíste que me aventaria en tus brazos y seriamos felices?

—Si... — él parecía confundido.

— Idiota —me pasó las manos por mi rostro verificando que aún no he llorado y para mi sorpresa, no he derramado ni una sola lágrima — Tu lo has dicho, soy una gorda estupida, no querrás estar con alguien como yo.

— No, no lo eres..—me corta.

— ¡Si lo soy, maldición! Tu —le señalo — me lo has dicho en tus estúpidas notas. 

— Basta, era un imbécil en ese tiempo.

— Aun sigues siendo un imbécil, no te puedo gustar de un día para otro entiendes.

—Me gustas desde hace tiempo.

— No me hagas sufrir, por favor. — sentí como todo se me derrumbada, ¿Como podía mentirme de esa manera?

—Perdón micaela, en serio. Perdón por no ver la maravillosa persona que eres.

— Me das asco. — Digo asqueada, sentí como mis mejillas empezaban a humedecerse.

— Lo siento. —se acerco a mi en un intento de abrazarme pero me paro deteniéndolo.

— No te me acerques. —le digo retrocediendo.  —Yo me voy — le digo haciendo un intento de abrir la puerta.

Pero en unos escasos segundos siento como me abraza, su aroma llego a mis fosas nasales y sentí como se detenía todo, olvidando todo lo ocurrido. Me volteo hacia él, aun manteniendo él abrazo. Su cabeza reposa en mi hombro escondiéndose entre mi cabello.

— Perdóname. — Y por primera vez, lo oigo derrotado. Como si estuviera a punto de llorar, como si fuera a perder lo mas importante en su vida.

  —  Promete que jamas actuaras así— le hago que lo prometa.

  — ¿Así como?

 — Así como un imbécil.  

 — Nunca mas actuare así — Dice el.

— ¿Lo prometes?

— Lo prometo.— Dice besando mi frente.

"Hey Micaela"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora