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Micaela
Estaba en casa de mi prima, era obvio, no quería estar en casa con papá. Además no sabía ni como vestirme y maquillarme, que a diferencia de mi prima si.
Tenia en mis manos él vestido azul que me había comprado con todos mis ahorros, me fascinaba, había valido la pena.
Mi prima tenia uno rojo, era de forma de corazón junto unos cristales que adornaban él centro d del vestido, era largo junto sus tacones negros de plataforma. Yo solo rogaba para que no se cayera de un sopetón.
—¿Qué haces ahí parada mirándome? ¡Anda, que se hace tarde! —bufa mi prima metiéndome a empujones a su baño para cambiarme.
— Eres un dolor en él trasero, ¿lo sabias, no? —digo, mientras cierro él cierre de él vestido.
—Admite que amas a este dolor de trasero, mía. Me adoras, ahora sal que quiero verte. —golpea la puerta.
Salgo y lo primero que hago es verme en él espejo. Mi cuerpo se ve ajustado tras que él vestido es así, marca la poca cintura que tengo y gracias a dios, se me ven más pecho que de lo que tengo. Él vestido se era precioso junto él corazón era de delante, largo con una abreviatura dejando ver una pierna, me veía chaparra, pero sabía que con unos tacones no tan altos me vería mejor.
—¡Nos vemos preciosas! ¿no crees? —da pequeños saltos mientras yo asiento —Ven, vamos a maquillarte y hacer unos curlis en ese pelo que tienes. —dice antes de tomarme por los hombros y sentarme de manera brusca.
Veo como hace gestos con su boca al hacerme él delineado de ojo, se muerde la lengua mientras gruñe después de decir una que otra palabrota al notar se se a salido de la raya. Me pone labial rojo y sonríe satisfecha.
—Ven aún no termino, te veras hará que acabe.
Después de un buen rato, gimotea con alegría.
—¿Ya terminaste? —preguntó fastidiada.
—Si, si no estuvieras moviéndote cada rato ya hubiéramos acabado.
—Como querías que no me moviera si me estabas picando él ojo con ese palo. —digo defendiéndome.
—Ese palo que dices, se llama delineador. Eres bruta, mía.
—Ya, ya, me veré.
Volteo y siento la sangre helada al verme. ¡Santo cielo!
Me veía diferente, hasta podía decir que me veía como toda una diva. Mis ojos estaban pintados de todo negro con sombras azules haciendo resaltar mis ojos haciéndolos ver mas grandes. Mis labios color carmesí, y mis puntas ondulado. No era la gran cosa tal vez, pero para mi si. Me sentía segura y bonita, cosa que no sentía desde hace mucho tiempo.
Estaba segura que Ramiro se llevaría una sorpresa.
—Estoy lista.— dice mi prima a cabo de una hora. Bajamos y nos encontramos con mis tíos, padres de mi prima.
—Se ven preciosas. —dice él tío Henry, mirándonos con orgullo.
— Ya acabaran él año. —dice la tía Mony, quien desparrama pocas lágrimas de alegría — Estamos muy orgullosos de las dos.
—Gracias.. —decimos al mismo tiempo.
—Vengan, quiero tomarles una foto de nuestras próximas graduadas.
Nos tomo tantas que perdí la cuenta, la salvación llego cuando él timbre sonó.
Suspire aliviada.
—Hola, buenas noches, ¿se encuentra mica?— reconocí la voz de Ramiro desde la sala de estar.
—Claro, ven pasa.
A cabo de unos segundos, veo a Ramiro. Su traje negro con corbata azul y una rosa de él mismo color. Su pelo perfectamente despeinado dándole un aire de chico malo, me miro y sonrió.
— Estás preciosa.
—Hola.
— ¿Lista?
—Si....espera, ¿con quien iras prima? —me dirijo a ella.
—Con Azul. —se sonroja al decir su nombre —No debe de tardar, anda ve, al rato te alcanzo.
Acabo de unas fotos tomadas de mi y Ramiro, salimos. Y para mi sorpresa una limosina nos esperaba.
—Tenemos que llegar con clase.—dice a mi oído causando escalofríos por toda mi espina dorsal.
Esta noche sera inolvidable.
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"Hey Micaela"
FanfictionNota tras nota. Insultos tras insultos. Una en especial; " Hey Micaela, ¿Porque tuviste que existir? - Ramiro". Valla forma de recibir notas insultantes de quien estas enamorada desde hace tres años. ¡Novela ADAPTADA!