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Maratón 2/6

Camine por los pasillos tranquilamente, sonriendo, mi prima se encontraba a lado mio, ya listas para entrar a nuestro salón, no había llegado a casa ayer, no quería, no debía. A menos que quisiera ser golpeada por mi padre.

Estaba con una gran sonrisa en mi rostro, lo cual era extraño viniendo de mi. Me sentía viva, emocionada y con todos los ánimos que nunca había tenido.

Pero se derrumbó cuando vi a Ramiro al lado de Azul. ¿No me había dicho que terminaría con ella?, no estaban haciendo nada pero, yo aún mantenía la idea que Ramiro aun no la terminaba.

Él me miró, y yo voltee la cara inmediatamente, pase de largo a su lado, aun sintiendo su mirada a mis espaldas.

— ¿No habrá terminado ya a Azul?  —pregunta mi prima. Claro que le conté todo hasta él mas mínimo detalle.

Llegamos al salón rápidamente y aún no llegaba el profesor, nos giramos quedando cara a cara.

—No me interesa  —mentí.

—A mi no me mientas, digo tal vez y la termine en el recreo, tu no puedes meterte ideas en esa cabezota que tienes sin estar cien por ciento segura — dice ella.

 —Pero qué tal si todo lo que me dijo fue mentira.

— Buenos días chicos, lamento llegar tarde, habrán su libro en la pagina 167  —interrumpe él profesor, me encogí de hombros y saque mi libro, tratando de enfocarme en mis estudios que en Ramiro.

[......]

La clase terminó y fue él cambió de salón que llevó a cabo, yo tenía la hora libre mientras mi prima no. Me despedí de ella y camine hacia las canchas. Pero Ramiro apareció de pronto, tomándome del brazo jalandome hacia un cuarto de limpieza.

 —¿Qué quieres? — preguntó.

 —¿Estas enojada?  —pregunta él, pero no respondo. Como nota eso prosigue en hablar  —Si es por lo de Azul, no te preocupes en él descanso la termino, ¿de acuerdo?  —pregunta y asiento.

— ¿Tienes hora libre? — le preguntó.

—No, me la salte.

—Eso esta mal.

—Todo por verte.

—Me hubieras visto en él descanso.

—Le quitas el romanticismo a todo lo que digo.

—Perdón, así suelo ser.

No dice nada, me mira atentamente haciéndome enrojecer, mi cuerpo se hace chico cuando siento que me acorrala hacia la pared y su cuerpo se junta con él mío. Siento mariposas, fuegos artificiales en mi estómago, de todo, cuando toma de mis mejillas y con su pulgar frota de ellas delicadamente, su pulgar roza con mis labios, haciéndolos abrir delicadamente, inconscientemente cierro los ojos, disfrutando el momento.

Los abro de nuevo, fue cuando sus labios atacan los míos.

Suaves y gruesos con sabor a fresa, es lo que descifró al besarle. Un beso tierno y delicado, como si en ese beso, estuviera demostrando todo su amor hacia mi.

Mientras me besa, siento su mano acariciar mi cuello haciéndome estremecer. El beso se torna más rápido haciéndome reaccionar.

— Espera.. —le digo con una mano en su pecho.

 —¿Qué pasa? — pregunta juntando su frente con la mía.

 —Vamos muy rápido.

La verdad, no sabía si íbamos muy rápido o no, pero sentía vergüenza hacia mi, nunca había hecho esto.

 —Solo te iba a besar el cuello, pero está bien. — dijo aun sonriendo.

¿Acaso nunca se cansa de sonreír?

 —Te intoxicarías con él perfume  —le aviso.

 —No me importaría.

Él timbre sonó.

¿Tan rápido había pasado una hora?

Me sonrió sin mostrar sus dientes, y beso mi frente.

 —Anda, es hora de ir a clases.

[....]

Ya era él descanso, me comía una manzana mientras Bianca traía un plato lleno de rebanadas de pizza.

 —¿Segura que no quieres? —me ofrece.

 —No, gracias.

 —¡Ándale! ¿como puedes desaprovechar el día de pizza?  —pregunta ofendida.

Me río.

Pero paro cuando veo a Azul entrar ala cafetería furiosa y atrás Ramiro. Oh, oh...

¿Ya la habrá terminado?

Se sienta Azul junto con sus cómplices y Ramiro le resta importancia.

Camina hacia nosotras, o eso creía cuando en realidad se sentó con sus amigos, al lado de la nuestra.

Me mira, junto sus amigos. Le sonrió y levanto mi mano saludándolo, me sorprendo cuando veo que no hace lo mismo, en cambio se ríe y me voltea la cara volviendo hablar con sus amigos.

¿Que le pasa?, ¿que hice mal?, ¿se arrepintió?

Miro triste a mi prima, quien me mira con pena.

— ¿Sigues sin querer?  —pregunta sin saber qué decir.

Asiento furiosa.

Tomó una rebanada y la muerdo con enojo mirando hacia su mesa.

 —Imbécil  —murmuré con una gran decepción.

[......]

 —¡Mica!, ¿acaso no harás otra cosa que ignorarme?  —gritaba desde lejos — ¡Que pares!

Dice haciendo parar, faltaban tan solo una cuadra para llegar a casa.

Volteo y lo miró con desagrado.

 —¿¡Que diablos quieres!? —levanto la voz enojada.

— Perdón, enserio. Aún no les he dicho lo que hablamos. Ya sabes que mis amigos son muy estrictos con la popularidad y esas cosas, no me dejarían....

Lo interrumpo.

 —¿No te dejarían que, Ramiro?

—No me dejarían que arruinara mi vida social por una chica que es como tú. Pero no importa yo de todos modos les diré...pero no ahora.

Sentí mi corazón encogerse.

Doy un paso hacia él y él retrocede.

—Dime Ramiro...... ¿Te avergüenzas de mí?

"Hey Micaela"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora