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Capítulo 9 {Perdóname}

Ocho consonantes. Seis vocales. Catorce letras. Cuarto palabras. El mismo sentimiento:

'Al fin es viernes'

Estaba a punto de acabar mi castigo, sólo tenía que 'aguantar' dos días más. Aunque ya no sabía si quería dejar de pasar mi descanso con los chicos.

Me divertía mucho charlar con ellos. Ellos me hablaban y me trataban como si fuera uno de ellos. Pero me respetaban por ser una chica. Eran los chicos más caballerosos que había conocido.

No tengo que decir que fue lo que hice el jueves en mi descanso. A decir verdad sólo tuve que calificar los exámenes del grupo entero.

No era un examen que importara. Lo hacían cada año con la intención de saber nuestro "rendimiento académico" en la materia.

Era una estupidez. Todos sabían que ese examen no contaba para calificación, así que todos lo respondían al azar. Y por lo tanto, al menos, más de la mitad del salón no sacaba más de cinco.

Después de calificar los exámenes me dirigía a la última silla, de la última fila, justo donde se sentaba Matthew. Su lugar siempre estaba desocupado.

Iba y me sentaba para platicar con George, Matt, Harry y Mike sobre cualquier cosa.

No era que la ausencia de Matthew me afectara. Pero era incómodo que no me hablara. Sólo se apartaba cuando yo llegaba y se iba a otro asiento a hablar con alguna chica.

Nadie me quería decir por que le caía mal. Sabía que conocían la razón. Pero no querían decirme.

El miércoles, después de que Harry me hubiese llevado a casa, el se fue a no se dónde. Por supuesto no pude evitar la bomba de preguntas de mi pequeño hermano:

'¿Son novios?''¿Ya se besaron?''¿Cuando tenga tu edad podré besar a las niñas?''¿Crees que Nataly acepte ser mi novia si le doy un pastel de tierra y gusanos?'

¿Les digo algo? Le respondí con un SI a todo.

Un día antes, me refiero al jueves; Harry también me llevó a casa junto con Baruch. Con la misma monotonía del miércoles. El me llevó a la escuela de mi hermano y luego a casa.

Sentía que las cosas iban muy rápido con el. Me tomaba de la mano, me abrazaba por los hombros con un brazo y besaba mi mejilla antes de dejarme en casa.

Esa misma tarde del jueves, llegué a casa con Harry tomados de la mano a mi casa y, oh sorpresa... Mis padres ya estaban en casa. Tuve que presentarles a Harry.

Es lo más incómodo que me ha pasado. Nunca les había presentado un chico a mis padres, ni siquiera porque fuera mi amigo.

Tengo que decir que me libré de una gran carga cuando Harry se fue. Mis padres hablaron muy bien de el y me dijeron que cuando quisiera podía invitarlo a casa.

Pero aún así, hay algo que no me cuadra en Harry. No me da buena espina. Es un buen chico, pero cuando lo observo...parece un problema.

El nunca se quitaba la sudadera o el suéter que llevara puesto, y durante mi castigo me dijo que no lo hacía porque la escuela tenía estrictamente prohibido que los alumnos llegaran con tatuajes.

Creí que sólo era uno, pero cuando se quitó la sudadera para mostrarme, (un momento en que el señor Wesley se descuidó) me di cuenta que su brazo izquierdo parecía no tener piel. Estaba lleno de tatuajes. Un barco, una gran rosa en el codo, un corazón, una flecha, un gancho, y muchos más.

Me asustaba ver a las personas con muchos tatuajes. Me hacia juzgarlos como personas con problemas para expresarse o delincuentes.

Era obvio que Harry no era un delincuente.

El ViolinistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora