Capítulo 20: Más que amigos.

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El estrés por la graduación tenía a todos muy ocupados. Los chicos y chicas no hablaban de otra cosa; pues las fiestas que se llevarían a cabo tras la ceremonia iban a ser memorables. Algunos como Light y Elle, acababan de salir de su último examen. Al fin.

―No puedo creer que ya hayamos terminado el instituto ― dijo Elle, rascándose el cuello y quejándose del calor que hacía aquel día. Ya se notaban las temperaturas veraniegas.

―El instituto es algo que parece que jamás va a terminar, hasta que un día entregas el último examen y te das cuenta de que eres libre ― rió Light, caminando demasiado pegado al moreno.

Ninguno había querido decir nada ni ponerle nombre a todo lo que ocurría entre ellos. Pero estaba claro que dos chicos que follaban, tenían citas y además iban a compartir dormitorio en el campus de la universidad, eran mucho más que amigos. Light se encontró muriéndose de ganas por desaparecer de la zona del instituto para enlazar sus dedos junto a los de Elle.

―¿Vamos a Jhonson & Ice? Quiero ver a Mello y Near todo lo posible antes de que se marchen.

―¿Cuándo se van? ―preguntó, asegurándose de que se habían alejado lo suficiente. Agarró la mano de Lawliet, sonriendo unos segundos por aquello.

―Mañana por la noche. Eso si la madre de Mello no lo mete en una jaula. Pobre mujer, va a sentirse muy sola cuando él se vaya.

―¿Qué piensa tu abuelo de lo de Washington?

―Está entusiasmado ― se encogió de hombros, tomando un atajo para llegar antes a la cafetería ―. Y cuando le dije que compartiríamos dormitorio me contestó: si ya sabía yo que Yagami y tú eráis amigos a pesar de todo ― rió, chasqueando la lengua ―. A este viejo no se le escapa una.

―¿Amigos?

Lawliet, sonriendo satisfecho porque comenzaba a conocer bastante bien a Light, lo empujó con suavidad hasta la pared más cercana, posando las manos contra su pecho.

―Si. ¿Somos amigos, no? ―siseó, con una voz sensual que erizó todo el vello corporal del castaño.

―¿Solo eso? ― jadeó, sin poder evitar excitarse por el gesto posesivo de Lawliet. Había descubierto que eso de que la gente pudiese mirarlos en mitad de la calle, lo ponía bastante a tono.

―No hemos dicho otra cosa. ¿O tú quieres que seamos algo más?

Bajó la mirada, cerrando los ojos cuando los besos de Lawliet se adueñaron de la piel de su cuello y su rodilla se abrió paso entre sus piernas.

―No estaría mal... ― dijo, besándole los labios con bastante hambre.

Lawliet se apretó más contra Light, deslizando las manos y metiéndolas bajo aquella camiseta deportiva que llevaba. Le gustaba la equipación secundaria del equipo de rugby, la que solían usar algunos días de diario a pesar de haber odiado siempre todo lo que eso conllevaba. Light estaba sexy vestido así.

―Es una pena que ya tengas el coche de Jeevas. Si la apuesta hubiese seguido en pie, ahora si podrías proclamarte un verdadero ganador.

Riendo, Light le dejó hacer con sus manos, excitándose de forma alarmante. Como siguiesen así iban a terminar follando al lado de los cubos de basura.

―No te he roto el corazón.

―Todavía ― dijo Elle, tirando de la carne de sus labios y lamiendo la comisura de su boca―. Pero podrías hacerlo con facilidad si quisieses.

Ronroneando de gusto, Light metió también las manos bajo su ropa, acariciándole la espalda baja. Se avergonzaba de pensar que le gustaba bastante su trasero, sintiéndose muy homosexual por todo eso.

La gran apuesta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora