Piloto

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Harper.

Un leve susurro, deslizándose a través de su sueño, fue apenas perceptible para ella.

Harper, levántate ya.

Frunció el ceño, negándose a dejar ir la sensación de tranquilidad. Se giró, dándole la espalda a aquella voz.

Cuándo creyó haber reinstalado la atmósfera, la luz brillante que se coló por su habitación la hizo fruncir el ceño. De un momento a otro sus cobijas ya no estaban sobre ella.

—¡Mamá!.-Gritó molesta, no hacia falta abrir por completo los ojos para saber que era ella.-

—Vas a llegar tarde.-La reprendió.-

—Quizá ni deba ir.-Su madre frunció el ceño, acercándose a ella.-

—¿Qué es lo que te ocurre?.-Sin esperar respuesta, colocó el dorso de su mano en la frente de la chica.—No tienes fiebre. Anda, arriba.

—¡No!.-Alargó la rubia, mientras se volvía a recostar.-

—¡Harper! Vamos, tengo que ir a trabajar y sabes que no me gusta que te quedes sola en casa.

—¿Qué hay de papá?.-La señora se tardó en contestar.-

—También tiene cosas que hacer.-Harper suspiró.—Además, ¿No pasas por Peter y Olivia?

—Pueden caminar.-Su madre la miró mal.-

—Abajo, vístete ya.-Harper iba a hablar, fue interrumpida.—Ahora.

—De acuerdo.-Giro su cuerpo reincorporándose, haciendo que sus piernas tocaran el suelo.-

Talló sus ojos con fuerza y tomó su celular de la mesita de noche. Calculó mentalmente el tiempo que le sobraba para darse una ducha decente y desayunar bien antes de pasar por sus perdedores amigos.

Cuando salió del baño y se alisto para la escuela fue hacia la cocina, su madre hacia el desayuno. Harper se sirvió un poco de jugo de naranja y espero a que se sentara a la mesa con ella.

No hablaban mucho últimamente, si lo intentaban todo se volvía incómodo y hostil en un segundo. Harper lo lamentaba, pero también quería que su madre se esforzara por conectar con su única hija (y no lo estaba haciendo). Al final de cuentas, después de todo lo que había pasado en el último año la menos culpable era ella, Harper era la que merecía las explicaciones y era justo estar molesta por no obtenerlas, o eso pensaba.

—¿Qué tal la semana de evaluaciones?.-Preguntó su madre de repente, haciéndola sobresaltar.-

—Estresante.-Respondió ella, viendo hacia su plato con comida.-

—Te has quedado a estudiar hasta muy tarde, ¿Cuántos exámenes has hecho hasta ahora?.

—Los suficientes para saber en que voy a reprobar.-Le sonrió sarcásticamente.-

—¿Por qué lo harías?.-Su madre ni siquiera parecía interesada, sólo buscaba con que seguir la conversación y eso a Harper la estaba hartando.-

—Quizá llevo menos de seis en química y matemáticas.-Suspiró.—No soy buena para esto, se los dije.-Exasperada se recargó en el respaldo de la silla.—¿Por qué si quiera estoy intentando fingir que todo es normal?

—Linda...

—Linda nada.-La cortó su hija.—Mamá, no sólo nos fuimos de California. ¿No lo ves? Estamos huyendo.-Su madre soltó los utensilios, causando un ruido agudo.-

Hold on  |Spiderman| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora