Harper corría lo más rápido que podía, no sabía por cuánto tiempo ya llevaba haciéndolo; sus piernas ardían al igual que su pecho, sus pulmones rogaban por oxígeno, su respiración entre cortada y sus pisadas resonaban por la calle, todo era apacigua...
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Peter y Harper tenían claro que tenían que descansar al menos un momento. Se detuvieron en lo que parecía ser una pequeña cafetería abierta las 24 horas y el chico ordenó por ambos, ya que Harper parecía demasiado concentrada en lo que fuera que le dio la tal Jessica. Y hablando de ella, Peter se encontró a si mismo dándole vueltas a las últimas palabras que le había dirigido la investigadora. No había sido la gran cosa. Los profesores o compañeros también tenían la costumbre de emparejarlo con Harper dado que casi siempre estaba con ella, luego ambos lo negaban y reían sin ningún tipo de incomodidad por el comentario. ¿Entonces porque ahora Peter no podía sacarse eso de la cabeza?. Lo que era cierto es que, a él tampoco le gustaba la idea de ver a la rubia involucrada en un lío como este. Aunque intentara ayudar sólo llevaba un par de meses siendo Spiderman. Se sentía algo impotente y entonces se preguntó si su amiga había pasado por algo como esto antes de conocerlo. Se veía bastante tranquila ante la situación. Su mente viajó ahora un par de momentos atrás, cuando ella le pidió bailar. No pudo evitar sonreír, seguramente era uno de los mejores recuerdos que tendría toda su vida. Peter supo que le gustaba estar con Harper y lo importante que era para él que ella estuviera bien. Quizá no conocía toda la vida de la chica, pero Peter estaba seguro de conocerla a ella como persona, a su auténtico yo. Y, como era una de esas personas que son una en un millón, no estaba dispuesto a dejarla ir. Su ceño se frunció cuando se dio cuenta que esa misma frase había utilizado en una conversación que había tenido con su tío Ben un día, una conversación sobre Gwen. Se suponía que estaba intentando una relación con ella, fue su crush por tanto tiempo y finalmente estaba pasando.
¿Entonces que sentía por Harper?.
Como si la vida quisiera enredarlo aún más, su celular comenzó a sonar sobresaltando a ambos.
GWEN.
Peter de había ocupado de mentirle a medias a su tía, diciéndole que estaba con Harper y que se quedaría con ella porque después de lo del baile y la desaparición de su padre la chica no estaba tomando las cosas tan bien y lo que necesitaba era un amigo, alguien que la escuchara. May estuvo de acuerdo pensando en cómo debería estarla pasando esa pobre chica y le hizo prometer a Peter que ambos se mantendrían a salvo. Si tan solo supiera.
—Deberías contestar.- Harper le sonrió a medias.-
Peter lo pensó un par de segundos, para después voltear su celular sobre la mesa sin despegar la vista de su amiga.
—No creo que sea una buena idea. Intento darle su espacio y justo ahora, me gustaría dejarla fuera de esto.
—Entiendo.- Murmuró Harper.-
—¿Encontraste algo?
—Hay varios informes de trabajos antiguos de mi padre, así como direcciones de instalaciones pero, algunas cosas parecen no tener sentido, al menos para mí. ¿Recuerdas que te conté con quién trabajaba?.- Peter asintió. — Mira estás fotos. ¿Qué se te hace familiar?
