Harper corría lo más rápido que podía, no sabía por cuánto tiempo ya llevaba haciéndolo; sus piernas ardían al igual que su pecho, sus pulmones rogaban por oxígeno, su respiración entre cortada y sus pisadas resonaban por la calle, todo era apacigua...
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Peter notaba el silencio incómodo. Pasaba su mirada de su amiga rubia a la chica de cabello negro; la primera tenía una expresión algo burlesca, mientras que la otra parecía algo fastidiada y confundida con la presencia de Harper.
—¿No crees que es algo tarde?.-Le reprendió Jessica.-
—Bueno, no es como si lo hubiera planeado.-Jones caminó hasta posicionarse delante de su escritorio. Se sentó en la orilla, cruzó los brazos y miró hacia los chicos.-
—Si, creo que puedo notarlo.-La pelinegra la examinó, Harper ni siquiera había tenido el tiempo de quitarse el vestido aún.-
— Tuve algunos problemas hoy .-Sonrió de lado.—Escucha, sé que no me debes nada. No a mi...
—Sé porque estás aquí, Harper.-La interrumpió Jones.— Pero estoy segura de que tú mamá no sabe dónde estás.
—Ah...ese no es el punto.- La otra chica negó varias veces en signo de desaprobación.— Tu no entiendes.
—Si lo hago.-Le respondió, tomó la botella que estaba junto a la lámpara sobre la mesa y le dio un sorbo.— La respuesta es no.
—¡No! No puedes decir que no, Jessica.
—Pues es lo que te acabo de responder. Y además de irrumpir en mi departamento estás gritándome. No voy a delatarte, pero ten cuidado allá afuera.- Jones dio por terminada la conversación, rodeando su escritorio y sentándose en la silla detrás de este.-
Peter pudo ver la impotencia en la cara de Harper. Se sintió mal por la chica y creyó que lo mejor sería hacerle caso a la pelinegra. Sin embargo la rubia no se rendiría tan fácil. Pasó su vista de Peter a Jessica de nuevo, y caminó unos pasos hacia ella.
—Ayudas a gente desconocida a diario...-Empezó la rubia, Peter intentó tomarla del brazo pero ella se soltó.-
—No lo hago gratis y usualmente son problemas que involucran infidelidades.
—Harper...- Le murmuró Peter, ella lo miró sobre su hombro. Parker hizo una mueca antes de hablar.— Tal vez deberíamos irnos. -Si la desconocida no estaba dispuesta a ayudar Peter estaba seguro que Harper y él podrían encontrar algo de todos modos.-
—Vuelve a casa, Harps. No te metas en todo esto.- Le dijo Jones. Por supuesto que eso hizo enfurecer a Harper.-
—No puedo volver a casa, ¿Si?. Mi mamá no está dispuesta a buscarlo, la maldita mitad del mundo nos quiere para matarnos. Las personas en está habitación son las únicas en las que estoy confiando justo ahora...Jess no me pidas que me vaya.- Jessica pareció pensarlo, el ceño fruncido volvió a su cara.— Me canse de huir, ya no lo haré más. No te estoy pidiendo que luches mi batalla, sólo que me ayudes a no estar en desventaja.
—Huir a veces es lo más inteligente.
—No está vez.
Jessica suspiró, resignada.
—¿Tienes un plan?
—Algo así.
—Maldita sea, Harper.- Murmuró Jones. Le tomó un par de segundos tomar la decisión definitiva.-
La rubia sonrió en cuanto vio a la pelinegra comenzar a teclear algo en su computadora. Peter soltó el aire que estaba conteniendo, algo sorprendido de que realmente Jessica aceptara. Harper se acercó a Jones, e ignorando su malhumorado gesto comenzó a trabajar a su lado.
Peter no sabía quién rayos era la otra chica, pero Harper parecía algo familiarizada, incluso no se sentía mal por algunos tratos algo toscos de Jones. El chico se sintió un poco fuera de lugar, y algo incómodo llamó de nuevo la atención de las dos chicas para pedir la ubicación del baño.
Jessica siguió con la vista en su computadora, pero no dejó pasar la oportunidad de comentarle a Harper:
—¿Y arrastrar a tu novio a esto pareció buena idea?
—Él no es...nosotros no estamos...No es mi novio.
—Entonces, ¿Tú babeas por él o él por ti?.-Harper giró los ojos.—Niña, nadie en su sano juicio te seguiría hasta aquí si no fuera así.
—No es por eso, ¿Okey?.-Harper respondió, algo decepcionada de que eso fuera verdad, o al menos a medias.-
—Como digas.-Jessica pareció no querer hablar más del tema.-
—¿Tú estás bien?.-Nuevamente, Harper tenía una expresión de preocupación en el rostro. Cosa que no le agradaba a la pelinegra.— He visto las noticias, la chica que defiendes...
—Y no es un asunto tuyo.-La cortó Jones. Harper ni se inmutó.-
—Jess, no me digas que volvió.-Jones siguió tecleando en su computadora. Eso fue suficiente para Harper.—Oh por dios...
—¡Harper!.-La llamó está vez, y le dio una mirada de que era suficiente. Lo fue, al menos unos segundos antes de que la rubia volviera a hablar.-
—Mi papá intentó esconderte de Kilgrave...-Empezó.-
—Y se lo agradezco.-Jones miró a la chica.—Hizo lo que pudo, Harper. Sé muy bien eso. Pero supongo que a todos nos alcanza el destino tarde o temprano.-Presionó un botón en la máquina y la impresora comenzó a trabajar.— Tu padre es un buen hombre, y tiene una buena familia. No hago esto sólo para saldar una deuda.
—Si hay algo, que él o nosotros...-Jessica negó.-
—Supongo que es como dices. Esta es mi lucha.-Harper asintió.-
—Cuando encuentre a papá, te prometo que encontraremos una forma de ayudarte.-Jessica apenas y sonrió.-
—Mira, rubia. No digo que no estés lista, pero no es lo que tu padre hubiera querido para ti.-Harper miró abajo.—
—Tampoco verme miserable el resto de mi vida. Y aún no está muerto.
Harper volteó a ver al único chico en el departamento en cuánto sintió su mirada en ella. No se doblegó, ni un segundo. Así era ella, debía estar segura de lo que dijera, siempre.
Jessica le entregó un par de hojas, Harper le sonrió de lado y tomó el lugar que Jones había ocupado antes. Empezó a leer, sin querer perder ni un sólo segundo, para que no se fuera la posibilidad de idear un buen plan, lo suficientemente bueno.
Jessica le dijo que iría a descansar un rato, y que quizá ellos también debían hacerlo. Cuando pasó al lado de Peter, no pudo evitar decirle en voz baja:
—Niño, si en verdad la quieres vas a tener que convencerla de dejar esto. Y eso será posiblemente lo más difícil que tengas que hacer. Pero si lo logras, entonces te darás cuenta de que eres el correcto.
