El es Jason Townsend, hazlo reír.

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“Perfecto, Virginia, tienes un nuevo aspirante. “

Un aspirante, un nuevo aspirante. Los aspirantes eran chicos o chicas que carecían de abundancia de plumas, mi deber como arcángel era hacerlos reír y sonreír. Hace ocho meses que no tenía un aspirante, no era una tarea fácil, claro.

“Jason, Jason Townsend” mi nuevo aspirante.

Era mi primer día de clases, era mitad de año pero me aceptaron. Los arcángeles mayores, quienes son como nuestros jefes, ellos me inscribieron aquí para buscar a Jason, ya quiero conocerlo.

No será difícil, pocos ángeles van a esta escuela.  

Ni siquiera me fije en cómo era la escuela, tenía que encontrarlo.

En las primeras clases no vi a ningún ángel. En el almuerzo vi a algunas chicas ángeles pero ningún chico, tal vez come afuera. Me senté en una banca con una chica muy amistosa llamada Catherine.

En el último periodo fue cuando tuve suerte, un chico rubio, alto y silencioso, además de apuesto se sentaba a mi lado. Sus alas eran apenas de treinta centímetros y tenía unas siete u ocho plumas. Llevaba el uniforme de la escuela igual que todos, un jersey azul marino, una camisa blanca y para los chicos pantalones negros,  para las chicas falda azul marino.

-Hola- saludé alegremente.

-Hola- respondió el fríamente.

-Me llamó Virginia- me presenté.

-Jason- dijo el secamente.

-un gusto- sonreí.

-aja- se limitó a decir el sin despegar la vista de su cuaderno, anotaba algo pero el profesor aun no llegaba.

Esto iba a ser un poco difícil.

En el resto de la clase no dijo nada, ni siquiera cuando estornude. Él era muy grosero.

A la salida Max, un amigo mío, me alcanzo, él no iba a esta escuela.

-él es Jason Townsend- me dijo señalando con la cabeza a Jason- hazlo reír.

-ya sé quién es- dije con los brazos cruzados.

-Kyle me mandó a decirte- se excusó- buena suerte.

Kyle, era uno de los arcángeles mayores.

Subí a mi auto y cuando lo

-hey ¿necesitas un aventón?- pregunté bajando la ventanilla.

-hum… está bien- dijo él y subió al auto.

Él era muy confiado, digo, yo podría ser una secuestradora mortal que buscaban por todo el país.

-Sabes, yo podría ser una secuestradora- le dije mientras conducía por el tráfico.

-tus alas, alguien con alas tan grandes y blancas no podría ser una secuestradora- dijo él.  

-oh bueno, ¿gracias?- sonreí- sabes, me caes bien.

-eres rara- dijo él.

Wow ¿Qué? ¿Rara? ¿Es lo único que tiene para decir?

-¿y se puede saber por qué?- inquirí.

-Soy el chico aburrido que pasa desapercibido, apenas me conoces, dices que te caigo bien y ya dejaste que me subiera a tu auto- explico el- yo podría ser el secuestrador.

-bueno, buen punto- dije yo sonriendo- pero aun no me has dicho ¿A dónde te llevo?

-oh, a la calle San Cristóbal, número cinco- me indicó.

-bien… y ¿quieres ir al cine el fin de semana?- le pregunté, me vio extrañado- con amigos, claro.

-bueno, claro- dijo él.

-muy bien, ¿paso por ti?- le pregunte sin despegar la vista del camino.

-ni siquiera sabes donde vivo- exclamó el.

-bueno, me acabas de decir, San Cristóbal, número dos- le dije sonriendo.

-número cinco.

-eso.  

Conduje en silencio hasta llegar a su casa, una enorme casa blanca con pilares que detenían un pequeño techo en la entrada. Había un montón de jardín con rosas y árboles frutales. Era increíble.

-¿vives aquí?- pregunté.

-si- respondió el.

En eso de la casa salió una mujer rubia, un vestido color crema, el cual asentaba sus curvas. La mujer tenía el cabello rizado y llevaba altos tacones a juego con el vestido además de un collar de perlas.

-Hey, Jason- saludó la mujer cuando el rubio se bajaba de mi auto.

Se acercó y pude notar el parecido entre Jason y ella.

-ou, hola- me saludó sonriente.

Tenía unas alas muy bellas, tenían muchas plumas y eran significativamente grandes.

-Hola- saludé sonriendo.

-¿eres amiga de Jason?- me preguntó la mujer.

Mire a Jason en busca de una respuesta y él se limitó a encogerse de hombros.

-oh, si- contesté.

-pero ¿Dónde deje mis modales?- preguntó la mujer- soy la señora Townsend, mamá de Jason.

-mucho justo, soy Virginia- saludé estrechando su mano.

-¿te gustaría quedarte a comer?- preguntó la mamá de Jason.

-me encantaría.

Estacione mi auto donde me indicó la señora Townsend.

“Hola, gracias por leer”

“COMENTA, VOTA, COMENTA, VOTA”

“Regina, no seas exigente… no le hagan caso, gracias por leer”

“subo…”

“Subimos”

“Subimos, capitulo todos los jueves”

“Pasen por nuestro perfil y entenderán” 

Arriba en el cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora